45.¡No me dejes!

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Me apretaba contra su pecho.
¿Lauri era el causante de todo?

- Es sólo un sueño - dije tratando de convencerme.
De nuevo el sueño se veía tan nítido, tan amenazante,mostrando un futuro irreal y casí palpable.

- Éso no era real- dijo Lauri tratando de creerlo.

- Tenemos que hacer algo.

- Creo que debemos separarnos - dijo Lauri.

- Eso es una locura. No eres tú.¡Debo ser yo!

- Algo me dice que debemos estar lejos el uno del otro.

- Eso no me dice nada - dije con frustración.

-¿Entonces qué propones?

- No lo sé.  Algo se nos ocurrirá- dije poco segura.

-Debemos hablar- dijo serio.

-¿Qué pasa?

-  Voy a romper el compromiso.

-Sabes qué eso no es posible.

-Lo mejor es que nos alejemos- dijo antes de dejarme sola.

-¡Sí te vas me matarás lentamente!- grité a la nada.

Me sentí vacía. La vida sin él no era nada. El resto del día lloré por su abandono.
Era cómo si me sintiera marchita por dentro. Tarde o temprano la depresión terminaría de liquidarme con lentitud.
Se alejo de mi. Nos dejó. Sin explicación alguna, me dejó sola en aquella enorme casa. 
Mi padre vivía conmigo, al igual que mi hermano. Pero no era igual con el lejos. Nadie me daba explicación alguna. Y yo sentía que no era bueno guardar todas aquellas emociones.
Tahik dejo de presentarse un tiempo.
Después no supe nada de John.
Y no mencionaron nada de mi supuesta madre, la cuál, después me enteré que había muerto por la herida que le hice. Y qué era un experimento de "ésa gente".
Unos meses después de que se fue sin explicación alguna, decidí que lo mejor era regresar a mi vida normal. Habia estado demasiado tiempo dentro de mi tonto caparazón,lamentando una vida que no debía ser mía, lamentando algo que tal vez no podría ser.

Mi hermano me apoyó en todo lo que pudo, no mencionó para nada a mi esposo, lo cual fue un alivio y malo a la vez para mi.
Yo tenia ocho meses y medio de embarazo cuándo encontré un trabajo en una pastelería. Me dedicaba a decorar galletas y pasteles, en un lugar adecuado para mi.
Mi hermano me dejaba en el trabajo todas las mañanas y por las tardes mi padre se encargaba de recogerme, con lo que estaba prácticamente protegida por ambos, algo que no era necesario, ya que había aprendido a defenderme y usar mis habilidades en el tiempo qué él me dejo.
Una semana después de que empecé a trabajar, aquel día, exactamente, pasó algo inesperado.

Era medio día cuándo decidí parar con el trabajo. Mi hermano había quedado de pasar a comer conmigo, cuándo escuché alboroto en el mostrador.

-¡No puede pasar señor!- gritó la dueña de la pastelería.

-¡Tengo que verla!

Me quedé paralizada cuándo lo vi entrar. Tenia mi bolso en la mano, a punto de salir para encontrarme con mi hermano.

-¿Lo conoces?- preguntó la dueña, una amable mujer de cincuenta años.

- Sí. Es ... Un conocido.

-¡Soy tu esposo! ¡Y tú no deberías trabajar!

-¿Nos dejas a solas?- le pedí a la mujer.

- Te daré el resto del día- dijo la  mujer.

-¿Qué quieres?- pregunté de manera directa.

- Debemos hablar.

- Sí, claro, la última vez que lo dijiste me dejaste por tiempo indefinido.

- De verdad, quiero que hablemos.

Lo tomé del brazo.

Cerré los ojos y me concentré en mi hogar,así qué transporte a los dos a la casa.

-¡No sabia qué podías hacerlo!- dijo sorprendido.

- No debería hacerlo- dije mientras lo soltaba.

-¿Estás bien?

-Estaba bien, luego de tu abandono- le dije dolida- trataba de buscar una forma de vivir sin ti.

-No tengo excusa. Me alejé de ti,y... Las cosas se salieron de control.

-¿Éso es todo?¿Después de tantos meses?¿Sólo vas a decirme éso?

-En realidad... Quiero compensar todo lo que te hice pasar.

-  Es imposible - dije riendo.

- En ese caso, no me dejas otra opción.

Y supe que venía con un plan, algo qué no me esperaba.

-¿Qué piensas hacer?- pregunté a la defensiva.

- Ya lo verás.

Idiota Lauri. ¡No podías llegar así como si nada y decirme qué me amabas!
¿Es que no decías apoyarme?

Cláusula secreta (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora