El cuadro qué apareció.

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Gracias por seguir mi historia.

Lo besé para romper la tensión. Y así iniciamos algo con lo qué definitivamente no quería parar.
Me respondió el beso con pasión, aumentando mi libido al máximo.
Sentí sus manos en mi espalda apretándome contra su cuerpo y mi respiración se agitó.
Dejó de besarme y me susurró:

- Todavía podemos parar.

- No. Ésto debe suceder hoy,tal vez mañana o en unos meses... Yo no puedo esperar más.

¿Qué era esa sensación qué experimentaba con él en éste momento? ¿Deseo, pasión o amor?
¿Las tres cosas?
Se detuvo. Eso me asustó aún más que el miedo que uno puede tener a lo desconocido o al terror mismo.

- Espera...

- No puedo - dijo él antes de dejarme.

-¡Carajo!- grité a la nada.

- Una señorita no debe decir groserías - dijo Tahik mi guía.

- ¡Es qué no lo entiendo! Yo...

- Tú estás lista,en cambio él no. Dale algo que le dé seguridad.

Ya me lo había dicho. Yo le confesé lo qué sentía.

- Creí qué lo único que podía darle a cambio era... Tú sabes...

- Sí que eres una pervertida.

-¿Y qué puedo darle ? - pregunté a punto de perder la paciencia.

- Entregale tus recuerdos.

-¡Detesto qué me digas las cosas cómo si yo supiera cómo hacerlo!

- Había olvidado qué no pareces una Seiek.

- Gracias por burlarte de mí.

Me senté en la cama y me fijé en que ésa era mi habitación. Mis cosas,mi ropa. El ramo qué me regaló.
Y sin embargo seguía teniendo el toque de él,lo sentía.
Tenía muchos vestigios de él . ¿Tendría también su aroma?
Empecé a vagar por la habitación y ví una fotografía de él con su abuelo.

- Sí,es tu habitación - dijo él detrás de mí.

- Yo... - me gire para verlo.

- No,déjame hablar - dijo el abrazándome con cariño.

Suspiré. Hasta la más mínima cosa qué hacía me encantaba y ese gesto nada tenía que ver con algo sexual o provocativo.

- Se qué es lo qué siento por tí - dijo mientras me tomaba por sorpresa.

Tenía ganas de decirle muchas cosas, pero era fundamental dejarlo hablar.

- Hagamos el ritual ahora - dijo serio - existen cosas qué no se deben expresar a la ligera.

¿Le dice a la ligera qué le entregué mi vida,mi virginidad?
Me miró extrañado.

- No... ¡No digas nada! - dije de mil colores.

Ése era mi secreto.
Lauri empezó a reírse de mí expresión en el rostro.
Yo cada vez estaba más colorada.

-¿QUÉ?- dije mirándolo.

- Lo siento,ahora entiendo algunas cosas.

-¿Ahora,el ritual?- pregunté cambiando el tema.

Era demasiado vergonzoso hablar sobre ese tema.

- Ven, quiero que veas algo.

Me sentí aliviada de qué cambiara el tema.
Me tomó de la mano y caminamos por el pasillo del primer piso.

- Aquí están todos los Seiek - dijo orgulloso.

Llegamos al final de pasillo y noté dos cuadros especiales.
Uno era el de mi padre,con mi madre y el otro tenía a Lauri en él, conmigo.

- Ése último cuadro apareció después de qué mí abuelo compró la casa.

-¿Hace cuánto la compró?

- Antes de qué mis padres se casarán.

-¿Entonces dices qué apareció sólo de la nada?

- Según lo qué me contó mi abuelo- comentó pensativo- Una semana después de qué compró la casa el cuadro apareció conmigo en él.

-¿Cómo sabía qué eras tú?

- No sabía. Aparecía cómo un niño de unos diez años. Creyó qué era un Seiek.

-¿Cuándo se dió cuenta qué eras tú?

- Cuándo llegué a la casa. Tenía unos doce años, era idéntica la imagen a cómo era en ése entonces.

- Éso es extraño.

- Lo más extraño es que conforme crecí apareció la silueta de una chica, algo borrosa.

-¿Debo suponer qué era yo?

- No lo sé, supongo que sí. Y hoy qué llegamos... Me di cuenta de varias cosas.

- ¿Como es posible que la casa sepa que estamos ligados?

- Es un lugar especial- dijo Tahik - si está destinado sucederá.

- Eso no me dice nada - me molesté.

- No porqué no conoces nada de tu herencia.

- Más acertijos.

- No. Debes hablar con tu padre.

Me quedé pensando en lo qué ése cuadro significaba.
¿Es qué en realidad estaba destinado a ser mío?
¿De qué se dió cuenta él?

- Tienes razón, debe ser en éste momento - dijo él apretando mi mano.

No,no te dejes llevar por los nervios...

-¿De qué... Estamos hablando?- dije dudosa.

En realidad estaba entrando en pánico.
Mí corazón latía con rapidez.

Cláusula secreta (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora