7.¿Qué es cierto?

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Me quedé pensando, mientras comíamos dentro del auto.
Tenía muchas preguntas para él.
¿Las respondería?

-¿Ella te molestaba? - preguntó con curiosidad.

- Sí. Una idiota y hueca de las qué odias.

- Todo lo qué dije es verdad.

-¿Cómo?

- Te ofrecí matrimonio porque me gustas. Quiero protegerte. A ambos.

- Ah... - dije algo decepcionada.

Esperaba qué me confesará más detalles. ¡Qué me gritara que le volvía loco!

-¿Dije algo qué te molestará?- preguntó sin dejar de observarme.

- Pensaba en varias cosas.

- ¿Qué no estaba en tus planes?

- Yo... En nosotros.

- Vamos al hospital, después podemos tener más privacidad.

-¿A qué te refieres?

Me señaló,no muy lejos estaba Sandra con un tipo qué se me hizo conocido.

- Ah... Ya entendí.

El auto estaba cargado.

-¿Cómo es que sabes conducir?

- Mi abuelo me enseñó. Decía que un Lintu debía ser capaz de valerse por sí mismo.

- Sabías palabras. Me habría gustado conocerlo.

- Era un maravilloso hombre.

- Lo siento - dije comprendiendo.

- No te preocupes, vivió feliz mucho tiempo. Aunque deseaba ver a mis hijos.

Encendió el auto y comenzó a conducir.
"Hijos" Sí deseaba un matrimonio me preguntaba cuál era su idea sobre los hijos.

- Ya sé que no deseas casarte - dije algo decepcionada.

- No creas que tiene que ver contigo. Me parece absurdo que deba cumplir una tradición obsoleta.

-¿Y no lo es nuestro acuerdo?

- Acabas de asesinarme - dijo bromeando.

No dije nada más.
No le gustaba apegarse a las costumbres de su familia,pero sin embargo acataba una  vieja Cláusula para ayudarme.
¿Qué le empujaba a brindarme ayuda?
Suspiré. El me observó mientras estábamos esperando que la luz nos dejara continuar.

- Tienes algo que me dice que debemos estar juntos.

- Sí, como amigos - dije con sorna.

- No, cómo pareja - dijo mientras miraba hacia el frente.

¿Qué demonios me habías hecho? Estaba emocionada por lo qué dijiste.
¡Tenía que obligarte a confesar la verdad! No podía quedarme con las ganas de saber qué sentías por mí.

-¿Te molesta lo qué pienso?- preguntó algo preocupado.

- ¿Qué sientes por mí?

- No es momento para hablar de eso, llegamos al hospital.

Maldije mentalmente. Unos segundos más y tal vez habría confesado.
Estacionó el auto y fuimos a informes.
Una señorita mascando chicle atendía el mostrador.

- Buenos días - dijo Lauri - buscamos la habitación del señor Seiek.

- ¿Quién? - dijo con flojera la chica.

- Jack Seiek - dijo Lauri molesto.

-¿Qué es de ti el paciente?

- Es... Un conocido.

- Lo siento, sí no eres familia no puedo ayudar. Pero por ser tan guapo podría hacer una excepción.

- ¿Entonces a mí sí me puedes dar informes?- dije estallando - soy la hija del paciente.

-¿En serio?

-¡Limitese a hacer su trabajo en vez de coquetear con mi esposo! - grité molesta.

- Elisa...- dijo Lintu sorprendido.

- Tercer piso, habitación 204 - dijo la mujer molesta.

Lintu me abrazó y caminamos hacia el elevador.

-¿Ésos son celos?

-¿Notaste su incompetencia? - le cambié el tema.

- No. Ví tus celos.

-¿Qué si fueron celos?

- Nada... Tengo qué decirte algo,pero no es el momento ni el lugar.

Traté de calmarme. Esa tipa estaba de resbalosa con él.

¡Pero qué tonta Elisa! ¿Cómo podías comportarte cómo su dueña si ni siquiera sabes lo que siente?
Y sí te lo dijera no serías su dueña. Todos necesitamos espacio. Y a él no lo conocía bien.
Suspiré mientras el elevador subía.

- Una chica cómo ella no me interesa.

-¿Cuál es tu tipo de chica?

- Una sincera,reservada... Rara.

- ¿Existe?- pregunté en broma.

- Eres tú Elisa - dijo sonriendo.

- Tengo muchas dudas señor Lintu.

- No me digas señor, y llámame Lauri.

- Como digas Lauri.

-¿Qué dudas?

-No estabas interesado en las mujeres... ¿Por qué de pronto te interesó?

- Ah,esa es una respuesta muy larga. ¿Puedo invitarte a comer y responder la mitad?

-¿La mitad?

- Te lo dije, es una respuesta larga.

- Muy bien.

- En parte la he respondido. Pero se que deseas saber qué pasa por mi cabeza - dijo riendo.

-¿Cómo puedes saberlo?

- Tus dudas son mis dudas.

Me dejó extrañada.

Cláusula secreta (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora