13.Familias ancestrales.

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Estaba muy abochornada por lo qué dijo.
Sí en realidad sabía lo que pensaba...
¡Ay no, qué vergüenza!

- Te lo dije,soy muy anticuado.

-¿Qué? - dije distraída.

- Sé lo que deseas de mí,quieres que nosotros... nosotros hagamos...

-¿Te apena decirlo? - dije tratando de no reírme.

- En realidad... Es qué ... - le costaba mucho hablar

Suspiré,era difícil discutir ésos temas con él. ¿Por qué era tan correcto? ¿O le avergonzaba decírmelo de frente?
¿Así qué éso era lo qué querías decirme?
Una parte de mi se estaba inpacientando.

- Eres la única con la qué tengo ésa habilidad - confesó Lauri algo avergonzado.

-¿Ahora vas a decirme qué yo también la tengo? - pregunté incrédula.

- No lo había pensado,pero tal vez tengas razón.

-¿Por qué nuestras familias eran tan poderosas hace siglos?¿O qué es?

- Bueno,son especulaciones - dijo pensativo - pero nuestros ancestros tenían habilidades especiales.

- Creo que es suficiente por hoy - dije mientras veía que eran las dos de la mañana.

- Yo quiero algo de ti - dijo mientras se me acercaba.

"No lo hagas, te juro qué no podré detenerme"

- Ninguno de los dos debe detenerse - me susurró al oído.

Tragué saliva algo nerviosa.
Me besó en la frente y me abrazó,causando en mi confusión y frustración.

- Lo siento- de disculpó.

¿Anticuado eh? ¿Y sí yo le hacía cambiar de opinión?

- No hagas algo de lo que te arrepentirás - me advirtió.

- Ve a dormir,por lo regular no puedo dormir en la noche - dije tratando de hacer espacio y me alejé un poco.

Robé otra rebanada de pizza y tomé la computadora.

- Ésto es tuyo - dijo entregándome una caja.

-¿Así qué me lo compraste?

- Debemos estar en contacto,además tu padre tiene uno.

- Ah, sí. Eras el chico qué le llamó.

-¿Te gusta mí voz sexi?- preguntó algo burlón.

- Si,me pareció sexi dos veces ¿Y qué? - dije algo a la defensiva y cansada.

-¿En verdad quieres hacerme todas ésas cosas? - preguntó algo preocupado.

- Me parece que no es momento para eso - dije evadiendo ese tema.

Se acercó a mí y se detuvo antes de besarme.

- No siempre puedo controlar lo que siento - confesó él tan cerca que sentía su aliento.

- No entiendo lo que dices. Siempre te detienes - dije de manera imprudente.
Era ésa sensación de molestía por dejarme antes algo frustrada.
Miré hacía otro lado, no tenía ganas de terminar de nuevo molesta y frustrada.

-¿Qué sientes por mí?- ahora fue él quién preguntó.

Era una buena pregunta.

-¿Quieres la verdad completa?

- Ahora soy yo quien desea saber - dijo sin separarse de mí y viéndome a los ojos.

No tenía idea de qué sentía por él,para mí la mejor manera de enseñarle era demostrando lo que sentía.

Hice lo más impulsivo qué se me ocurrió,lo besé tomándolo por sorpresa, supongo que lo pensé en un segundo y me lancé.
Me tomó de la cintura y nos pegamos más.
¿Estaba lista? No era una tonta puberta, sabía lo que quería,al menos en este momento era él.
Dejé de besarlo y me recargue en su pecho.

-¿Sabes lo qué causaste en mí?- preguntó de manera acusadora.

-¿Y tú sabes lo que me causas a mí cada vez que me besas y me dices qué te gusto?- pregunté sin separarme de él.

-¿Yo dije que me gustas?- preguntó burlón.

No me dió tiempo de responder.

- Quiero que seas mía por siempre - me susurró causandome un escalofrío.

- Yo...

- Estoy contigo- dijo besando mi cabello.

-¡Te detesto!- grité antes de separarme enojada.

- Cásate conmigo y podrás torturarme lo que quieras con sexo- dijo algo bromista.

- ¡Te juro que pagarás lo que me haces pasar!- le advertí.

Y era cierto, si nos casamos no me alejaré de él.
Y tengo una idea de cómo cobrar mi deuda...
¿Podría yo provocarlo más antes de tiempo?

Cláusula secreta (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora