Capítulo 3: Un extraño baile de escuela.

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Pov Alex

De acuerdo... Si partiéramos por un inicio, este no es uno de las mejores ideas que habré tenido. Si vamos al caso, tampoco pienso mucho en ideas. 

El invierno tampoco ayudó, y las cosas de vuelta en casa iban de extrañas a aún más extrañas, llegando al punto en el que me encontraba. De vuelta en mi vieja escuela. La más rara y horrible que podría haber existido.

Westover Hall.

No me traía buenos recuerdos, o bueno, no tenía muchos. Habré venido por poco más de dos años, luego de lo que ocurrió con el orfanato. Un lugar "decente" al que me inscribieron como hogar provisional y con tal de seguir asistiendo a clases. No podría haber tomado mejor decisión que haberme ido hace años.

No esperaba que me reconocieran tampoco. Era una extraña escuela militar en dónde los niños no eran niños. No del tipo normal que uno imaginaría. Si tuviera que compararlo con algo sería con la película de "Predator", solo que con muchos más depredadores cazando a sus presas, y no sumaba nada el baile a nuestro alrededor.

Cada vez que había un evento especial, los niños se volvían completamente locos. Claro, era una excusa para quitarse el uniforme, incluso yo lo odiaba. Pero para ellos... supongo que es porque todo es tan estricto el resto del tiempo que sienten que tienen que compensar en exceso o algo así.

Habían globos negros y rojos por todo el suelo del gimnasio, y los chicos se los pateaban en la cara o intentaban estrangularse con las serpentinas de papel crepé pegadas a las paredes. Y eso no era nada.

Las chicas se movían en grupos de fútbol, ​​como siempre lo hacen. Se ponían toneladas de maquillaje, blusas con tirantes finos, pantalones de colores brillantes y zapatos que parecían dispositivos de tortura. Y de vez en cuando, rodeaban a algún pobre chico como una manada de pirañas, chillando y riendo como hienas que cuando finalmente seguían adelante, el tipo tenía cintas en el pelo y un montón de graffitis de lápiz labial por toda el rostro.

Por eso no tenía pensado bailar con nadie.

Después estaban los chicos mayores. Algunos se parecían a mí. Callados y con poca importancia por lo que sucedía alrededor. Y otros me recordaban a varios amigos del campamento. Incómodos, merodeando en los bordes del gimnasio y tratando de esconderse, como si en cualquier momento tuvieran que luchar por sus vidas.

Por supuesto que intentaron meterse conmigo en varias ocasiones, pero no era un problema. No, el problema eran los monstruos que habían aquí, de eso estaba seguro. Siempre hubieron y esta vez no sería una excepción.

Podría irme. Podría dejar este lugar cuando quisiera. No tenía obligación alguna, y dejé de preocuparme por los estudios cuando un centauro ex-profesor me obligaba a escuchar clases personales junto a otros campistas.

Pero estaba aquí por ellos dos.

-¡Barbanegra!- Exclamó el niño delante mío con asombro.

Asentí.

-¿El Barbanegra?- Preguntó la niña a su lado, un poco mayor que él.

Y asentí otra vez.

-Se los digo, ni una palabra de mentira.- Juré con la mano en el corazón, apoyando mi refresco sobre la mesa.

Ambos me miraban con expresiones diferentes, lo que me hizo sonreír. Aún seguían siendo los mismos desde el Casino Lotus. Aquellos niños que conocí, y que no han cambiado ni un poco en el último año.

-Eso no puede ser cierto.- Su hermana razonó.

-¿Ah, no me crees Bianca?- Le pregunté.

-Por supuesto que no, Alex.- Me respondió con un ceño fruncido. -Quiero decir, ¿Barbanegra? ¿Qué sigue? ¿Napoleón Bonaparte?-

-Imprudente.- "La Maldición del Titan." (Saga Percy Jackson x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora