Capítulo 26: Un dragón de mascota.

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Pov Percy

-¿Esto no puede ir más rápido?- Thalía exigió desde el asiento delantero.

Zoe la miró fijamente y extendió el brazo hacia delante.

-No puedo controlar el tráfico.-

Alex suspiró a mi lado, en los asientos traseros.

-Esto no estaría pasando si yo condujera.-

-¡Cierra la boca!- Le gritaron las dos al mismo tiempo.

-Ambas suenan como mi madre.- Comenté en un murmuro.

Thalia se dio la vuelta y me fulminó con la mirada antes de señalarme.

-Tu, no hables.- Dijo antes de pasar a Alex. -Y tú, jamás tocaras un volante de nuevo.-

-¡Oye, la última vez lo hice bien!- Alex se defendió indignado. -No teníamos ningún helicóptero caza sobre nuestro trasero al cual deshacer.-

-Oh, pero manejaste muy bien la situación.- Respondió Thalia, volteando los ojos antes de girar hacia delante.

-Bueno, tampoco te vi haciendo nada.-

-¡¿No hice nada?! ¡Tuve que sujetar el volante cuando decidiste salir por la ventana!-

-¡Para deshacernos del helicóptero! ¡No es mi culpa que tu no puedas invocar un rayo!-

-¡Ah! ¡¿Ahora es mi culpa?!-

Así ambos comenzaron una pequeña discusión, de nuevo. Zoe parecía intentar mantener toda su concentración sobre la calle, mientras Alex y Thalia se gritaban el uno al otro. Pero incluso podía ver lo irritada que estaba de ambos.

Mejor lo cambió, ella era la madre que debía soportar a sus dos hijos.

Decidí no intervenir. Ya sufrí de primera mano algunas patadas eléctricas por acercarme. Además, tenía cosas más preocupantes que pensar.

Pasé el viaje respirando profunda y temblorosamente. Sabía que cualquier cosa que ocurriera allí arriba no iba a ser fácil. Y si las profecías chocan, uno más de nosotros podría... irse.

Entonces, por ahora, necesitaba ahorrar energía y concentrarme. Necesitaba estar listo para lo que venía.

Zoe entraba y salía del tráfico en el puente Golden Gate. El sol se hundía en el horizonte cuando finalmente llegamos al condado de Marin y salimos de la carretera.

Los caminos eran increíblemente estrechos, teniendo que serpentear a través de bosques, subir por las laderas de colinas y rodear los bordes de barrancos empinados. Y en ningún momento, Zoe disminuyó la velocidad.

-¿Por qué todo huele a pastillas para la tos?- Pregunté.

-Eucalipto.- Zoe respondió, señalando los enormes árboles que nos rodeaban.

-¿Lo que comen los osos koala?-

-Y los monstruos.- Respondió Alex, mirando por la ventana. -Es raro ,pero a ellos les encanta masticar las hojas.-

-Especialmente a los dragones.- Agregó Zoe.

Entonces la miré confundido.

-¿Los dragones mastican hojas de eucalipto?- Pregunté de nuevo.

-Créeme.- Dijo Zoe. -Si tuvieras aliento de dragón, también masticarías eucalipto.-

No lo discutí. Eso tenía mucho sentido, así que no hice más preguntas. Miré a través de la consola central del auto y vi a Zoe agarrando el volante con los nudillos blancos. Estaba casi temblando de nervios por alguna razón. ¿Tal vez por sus hermanas? 

-Imprudente.- "La Maldición del Titan." (Saga Percy Jackson x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora