Capítulo 6: Un tenso momento en una tienda.

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Pov Percy

En el momento en el que esta chica, Zoë, le dijo a Alex que Artemisa quería verlo, estaba mucho más cerca que cuando apareció con las cazadoras. Ahora que estaba delante mío podía notar que era mucho más alta en comparación de las demás cazadoras. También tenía ojos castaños oscuros y una nariz ligeramente respingona, además de traer ese extraño aro plateado sobre su cabeza, con una expresión orgullosa en su rostro. 

No sabía si confiar en ella, especialmente después del tenso cruce que tuvo con Thalia y Alex.

Pero como si lo pensara demasiado, su cabeza giró a mi lado. Sentí un escalofrío recorrerme cuando sus ojos castaños oscuros se fruncieron contra los míos. De repente, me di cuenta de que ella también me estaba evaluando, estudiando con desagrado, como si fuera una bolsa de ropa sucia que le hubieran enviado a buscar, así hasta que me señaló con el dedo.

-Tu también, Percy Jackson.-

Me desconcerté al oírla.

-¿Qué?- Pregunté en simultáneo con Thalia.

Ella parecía tan confundida como ofendida, viendo la sonrisa de suficiencia de Zoë.

-Ya, guarden silencio.- Gruñó Alex, poniéndose de pie.

No pude entender que estaba pasando. Miré a Thalia una última vez, viendo que en verdad estaba enojada. Otro leve escalofrío corrió por mi espalda, recordándome el momento cuando llegamos a la escuela.

-Andando, Jackson.- Gritó Alex, caminando con Zoë por delante.

-Si.-

Me apresuré, poniéndome al día con ellos mientras caminábamos por las tiendas de campamento. Así nos condujo hasta la última de ellas, haciendo señales para que entráramos. Dudé un segundo, dejando que Alex suspirara y con molestia pasara primero.

Había estado así desde lo que ocurrió con... Annabeth. Pero no era el tipo de enojo que esperaba. Esto era más parecido a cuando estaba fastidiado, como en nuestra primera búsqueda. 

Algo en verdad le molestaba de las cazadoras.

Al seguirlo y entrar a la tienda, Bianca di Angelo estaba sentada junto a la chica de cabello castaño rojizo, a quien todavía me costaba creer que era Artemisa. El interior de la tienda era cálido y confortable. Alfombras y almohadas de seda cubriendo el suelo.

En el centro, un brasero dorado de fuego parecía arder sin combustible ni humo. Detrás de la diosa, sobre un soporte de roble pulido, estaba su enorme arco de plata, tallado para parecerse a los cuernos de una gacela. De las paredes colgaban pieles de animales: oso negro, tigre y varios otros que no reconocí.

Me imaginé que a un activista por los derechos de los animales le habría dado un ataque cardíaco al ver todas esas pieles raras, pero tal vez como Artemisa era la diosa de la caza, podría reponer todo lo que disparara.

Por un momento creí que tenía la piel de otro animal junto a ella, y luego me di cuenta de que era un animal vivo. Un ciervo con pelaje brillante y cuernos plateados, con la cabeza descansando contenta en el regazo de la diosa.

-Únanse a nosotros.- Dijo Artemisa.

Alex no movió un pie. Solo se mantuvo a mi lado sin decir o hacer nada. Su mirada fija en ella. Comencé a sentir la tensión en el lugar por lo que esta vez tomé la iniciativa, y me senté en un lugar frente a ella en el suelo.

La diosa me estudió, lo que me hizo sentir incómodo. Tenía unos ojos tan viejos como para ser una niña.

-¿Te sorprende mi edad?- Ella preguntó.

-Imprudente.- "La Maldición del Titan." (Saga Percy Jackson x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora