-Imprudente.- "La Maldición del Titan." (Saga Percy Jackson x Oc)

Capítulo 24: Un peligroso miedo por poder.

Pov Percy

Regresé con el dios Nereo, y apenas capté el momento en que Thalia rompió una carta por la mitad. Un escalofrío recorrió mi espalda al reconocer ese brilló que se formó delante.

Aunque las últimas horas no habían sido de las mejores, lo que significaba esa carta traería de vuelta algo de alivio entre nosotros.

Ya las había visto en acción antes. Yo mismo usé una en el Mar de los Monstruos, y Nico en Westover Hall. Un artículo mágico que podía invocar a una persona, y cuando la luz desvaneció ahí estaba Alex.

Thalia lo había traído de vuelta, y a juzgar por las expresiones de Zoe y Grover, jamás se esperaron eso venir. Pero Thalia y yo estábamos más que aliviados de verlo delante nuestro.

Ya imaginaba lo que vendría. Algunos regaños, otras risas, pero de nuevo juntos.

Aunque todo cambió en un instante cuando el rostro de Alex se transformó al encontrarse con el nuestro. La preocupación en sus ojos indicaba que algo pasaba, y ese alivio inicial se desvaneció rápidamente.

Sabía que algo no estaba bien, y el alivio inicial dio paso a una completa preocupación y nerviosismo al oírlo preguntar.

-¿Dónde está Annabeth?-

Mi cerebro se detuvo por un segundo, y mis pensamientos se aceleraron al escuchar ese nombre. Annabeth. No había razón para que la mención de su nombre provocara esa oleada de inquietud.

-¿Annabeth?- Repitió Thalia, casi con el mismo shock que yo.

Pero antes de que pudiéramos formular la pregunta, Alex agarraba su cabeza, completamente irritado mientras soltaba algunas maldiciones.

-¡Si tan solo la hubiera sujetado por dos segundos más...!- Gruñía, tirando de sus pelos. -¡Maldito idiota!-

Las palabras se perdieron en su desesperación, y el ambiente tenso creció mientras un olor a ozono comenzó a crecer de algún lado debajo nuestro. Thalia y Zoe lo miraban con preocupación.

-Alex, por favor.- Thalia le suplicó, intentando que se soltara. -Cálmate y... cuéntanos que pasó.-

La mirada preocupada pero calmada de Thalia pareció tener un efecto tranquilizador en Alex. Tomó una profunda y temblorosa bocanada de aire antes de hablar.

-Yo... estuve con Annabeth.- Respondió.

Las miradas de todos, incluyendo la mía, se clavaron en él. Sentí que algo se movió en mi pecho cuando lo escuché. No tenía por que mentir con eso, y por cómo reaccionó antes, algo había pasado.

-¿Literal? ¿O figurativamente soñando?- Grover preguntó.

Alex apretó los dientes con enojo.

-¡No soñé con ella! Estuve con ella. La vi. Hablé, la abracé, la be...- Sus palabras se ahogaron al final, y apretó los labios con incomodidad. -Estuve con ella, y... ahora estoy aquí.-

Sus ojos bajaron hacia los dos trozos de carta en el suelo, y recordé lo que había dicho en un principio. Si la hubiera sujetado, estaría aquí con nosotros. Eso fue una gran patada para mi estómago.

Thalia soltó un tembloroso y largo suspiro, como si de alguna manera se sintiera responsable. Mientras que Zoe y Grover intercambiaron miradas inquietas.

-Vamos por un inicio.- Dijo Thalia, antes de mirarlo. -Que fue lo que sucedió ahí atrás.-

-O si, porqué yo tengo todo el día.- Nereo se quejó a mi lado.