𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 8

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Tauriel
⋇⊶⊰ 🍃 ⊱⊷⋇

Un par de siglos después...

Una joven elfa corría por el bosque, despidiéndose de su familia apresuradamente mientras terminaba de devorar su desayuno al correr. Sentía cada rama y hoja quebrajándose debajo de sus pies. Iba tarde, y sabía perfectamente que eso era algo que no le agradaba para nada al rey Thranduil.

Finalmente llegando a las puertas del palacio, los guardias le abrieron sin problema al ya saber quién era. Al instante de estar dentro, buscó a cierto príncipe elfo con la mirada, no esperando para nada que dicho elfo la sorprendiera por detrás, tomando sus hombros de imprevisto, lo que la hizo dar un saltito alarmado.

-¡Legolas!- rió con alivio -Me asustaste.

Legolas apenas movió las comisuras de sus labios en una sutil sonrisa. Ya era todo un adulto, uno joven e increíblemente inexperto comparado a los elfos de antaño que todavía merodeaban la tierra media, pero aún así ya estaba formado como uno. Con su cabello más largo que antes, ahora le llegaba a la espalda baja, sus hombros eran más anchos y su altura era considerablemente mayor. Su rostro seguía siendo delicado y dulce, pero con una nueva madurez adherida en él.

-Pensé que aún estabas en tus lecciones- murmuró ella, sabiendo bien que todos los días en la mañana Legolas debía atender sus clases de monarquía, como Thranduil las llamaba, en las cuales se le enseñaba todo lo que debía saber sobre ser rey.

-Me dejaron salir temprano para la prueba.

______ notó que dijo eso con cierto disgusto, pero no dijo nada. Sabía que Legolas detestaba la idea de tener que seguir los pasos de su padre.

-Ven, debemos apresurarnos si queremos pasar la prueba- expresó con algo de frialdad y seriedad, tomando la mano de su amiga para dirigirla al campo detrás del palacio.

Era un día importante. Ambos amigos harían la prueba para finalmente estar en la guardia real. Legolas era el más entusiasmado, habiendo ese sido su sueño desde pequeño, y _____ solo lo seguía porque después de todos esos años nunca olvidaba la promesa que había hecho a la fallecida reina de cuidarlo siempre.

Algo había cambiado en todo el Bosque Verde desde la muerte de la reina. Una extraña enfermedad había invadido los árboles y los campos, un veneno extraño había surgido de la tierra, y ya los arroyos y ríos eran traicioneros para cualquiera que se atreviera a pasar por ellos. Thranduil descuidó por un tiempo sus tierras, y bajo sus narices comenzaron a adentrarse horribles bestias arácnidas, todas hijas de la mítica Ungoliant.

Matar arañas era una tarea que se había vuelto diaria para los guardias, por eso cada vez se reclutaban más y más, con el fin de ahuyentarlas de una buena vez, pero nada parecía funcionar.

Thranduil se volvió increíblemente distante con su único hijo, al punto de llegar a verlo no como su descendiente y el único recuerdo vivo de su amada esposa, sino como un soldado más que seguía órdenes. _____ no decía nada, pero veía el dolor de Legolas, quien más que un rey, necesitaba un padre. Legolas se había contagiado de esa frialdad, y ya no era aquel niño alegre y aventurero de antes.

En fin,

Puede decirse que ______ pasó la prueba de puro milagro. Había logrado matar con éxito a varias arañas, y según el capitán, no tenía una mala técnica, pero era algo torpe. Es probable que solo haya sido aceptada mayormente por ser mejor amiga del príncipe, pero nadie puede negar que tenía habilidad.

Luego estaba Legolas. Puede que fuera efecto del terrible enamoramiento que _____ sentía por él o simplemente porque él era así de perfecto, pero cada prueba la pasó sin dificultad alguna. Era atlético, era listo, era ágil, era... divino. Lograba asesinar a casa araña y esquivar sus ataques con tanta gracia y facilidad que todos los presentes sintieron envidia, y no les sorprendió que el hijo del rey fuera tan bueno con un arco y flechas. Tenía mucha confianza, y con solo mirarlo a los ojos se podía distinguir en el a un líder.

El capitán de la guardia en aquel momento había quedado impresionado, y felicitaba al príncipe con una mano en su hombro.

______ estaba verdaderamente feliz por su amigo, y se acercó para felicitarlo. Legolas la recibió con una sonrisa propia, de esas que ya eran difíciles de ver en el, entonces ella atesoró aquel gesto en su corazón como la joya mas preciada.

Ambos fueron interrumpidos por un intenso color rojo pasar por enfrente. Alta, hermosa, atlética y con ojos labrados en jade, una chica desconocida tomó su turno en la prueba. Se le veía extremadamente confiada, sosteniendo con fuerza su arco en sus manos. Su precioso cabello de fuego se movía con cada movimiento como si estuviera hecho de seda, sus orejas eran un poco más puntiagudas de lo normal y resurgían naturalmente por entre los mechones de rojizo pelo. Aquella elfa, fuera quien fuera, era prácticamente perfecta, y solo lo demostró aún más cuando se puso en acción. Al volver de su prueba, la chica sonrió con presunción, sabía que lo había hecho bien, y mostró completamente su rostro suave y cubierto en piel blanca y cremosa, sin ninguna sola arruga o marca de ningún tipo.

-Muy bien, señorita...- titubeó el capitán.

-Tauriel, hir nîn- la muchacha hizo una reverencia completa, bajando su torso con los hombros muy rectos y brazos adheridos a cada lado de su cuerpo.

-Bien. Bienvenida, Tauriel. Ve con los demás.

_____ estaba estupefacta, observándola prácticamente sin ningún disimulo. No la conocía de nada, nunca la había visto, y aún así había logrado impresionar a todos. Legolas por el otro lado, no le prestó mucha atención, al menos no hasta que la muchacha se acercó por su cuenta.

-Mi señor Legolas- saludó cortésmente -Será un honor para mi trabajar junto a usted.

El príncipe asintió en su dirección, símbolo de que aceptaba y agradecía sus palabras. En aquel momento, a _____ le agradó Tauriel, le parecía muy amable y gentil, además de fuerte y sensata.

Hizo esfuerzos de volverse amiga de Tauriel, y lo consiguió fácilmente. Le pareció buena idea tener a una amiga con quien hablar de las cosas que no podía conversar con Legolas. ______ era muy alegre siempre, por lo que no veía malicia alguna en invitarla a comer junto a ella y Legolas, y también traerla a actividades que ellos dos solían compartir.

𝔗𝔥𝔢 𝔖𝔦𝔩𝔢𝔫𝔱 𝔓𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora