𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 12

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Lothlórien
⋇⊶⊰ 🍃 ⊱⊷⋇

Thranduil se encargó de que _______ dejara Mirkwood con todas las necesidades básicas y lujos impensables. La mandó con el capitán de la guardia y muchos soldados, todos montando los mejores corceles del reino. Legolas apenas tuvo tiempo de despedirse, pues Thranduil no quería arriesgar un cambio inesperado del destino.

Sería un viaje largo y lleno de tristezas para la joven ______, cuya miseria era compadecida hasta por los guardias que solemnes la acompañaban. Sentían su angustia, entendían sus lágrimas, y por poco se arrepentían de tener que apartarla del príncipe, a quien ellos sabían que amaba. Pero órdenes son órdenes, y siempre es más fácil escoltar a alguien fuera del reino, que perder la cabeza por una desobediencia conducida por empatía.

Entonces, muy, muy lejos del Bosque Negro, ya en los dominios de la dama Galadriel en Lothlórien, ______ lamentó su condición.

No porque el lugar fuera de su desagrado, todo lo contrario. Lothlórien era bellísimo, con inmensos árboles cuyos troncos tenían escaleras labradas en su madera, cada una dirigiendo a diferentes lugares. Luces de estrella colgaban de las hojas y brillaban con una fría luz blanca, iluminando la noche. Los cantos de los habitantes llenaban el ambiente, sus voces eran hipnotizantes, Lothlórien era un lugar en el que nunca faltaba la canción.

______ abrazaba sus rodillas junto a un estanque cercano, sus aguas estaban tan quietas que cualquiera podría tropezarse pensando que era suelo. Apenas algunas hojas que caían de los árboles flotaban con calma, y en su transparencia se reflejaba la belleza de todo el país.

Pero a pesar de la magnificencia del lugar, _____ no se encontraba feliz. No era capaz de disfrutar de lo que la rodeaba, pues aún sus labios cosquilleaban con el fantasma del beso de Legolas. Tal vez si él estuviera allí con ella, estaría más feliz, pero en su ausencia, lo único que podía hacer era pensar en él.

Fue una mano en su hombro lo que la sacó de sus pensamientos. Se dio la vuelta con nervios, encontrando al capitán de la guardia de Lothlórien sonriéndole amablemente. Era alto y fornido, con un rostro muy gentil cuya sonrisa no emanaba nada más que paz.

-Mi señora- habló, su voz era suave y tersa -¿Se encuentra bien?

-Si, si- disimuló ______, ofreciéndole una sonrisa al elfo de cabellos platinados.

-La dama Galadriel la espera- informó, extendiendo su brazo para guiarla hacia donde la reina se encontraba. _____ acepto el gesto y se dejó guiar cabizbaja. -Im Haldir, man i eneth lîn?

-_______- se presentó ella, dedicándole una sonrisa pequeña al caballeroso Haldir. El capitán ladeó su cabeza ante tal actitud, pero tuvo control de su lengua, entendiendo que esa era una tristeza que por el momento ella deseaba sufrir en su privacidad.

Subieron las escaleras de un árbol, el más grande de todos. Cada escalón estaba iluminado con polvo y luz de estrella, parecían flotar alrededor con completa autonomía. Finalmente, luego de un buen rato de subir, llegaron al salón del trono, en donde la dama Galadriel y su esposo Celeborn residían.

Eran dos tronos iguales, rodeados de luz y esculpidos bajo un umbral de madera blanca que se cerraba por encima de las cabezas de los monarcas. En la apertura del umbral entraba completamente todo el esplendor de la luna, y ninguna otra luz era necesaria para que el lugar estuviera iluminado con un resplandor cegador. Además de ello, tanto el rey como la reina parecían reflejarse en la luz de los astros, y sus propios cuerpos emanaban claridad.

-Mae Govannen, ______ ó Taur-Nú-Fui- habló Celeborn, su mano derecha sosteniendo la de su esposa con mucha delicadeza -El rey Thranduil nos habló maravillas, es un honor tenerte aquí.

𝔗𝔥𝔢 𝔖𝔦𝔩𝔢𝔫𝔱 𝔓𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora