𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 13

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La carta
⋇⊶⊰ 🍃 ⊱⊷⋇

Al día siguiente, a Arwen se le ocurrió una gran idea. Había pasado la noche en vela, preocupada por su nueva amiga, y anhelando más que nada ver una sonrisa genuina en su rostro.

Con pies descalzos, corrió hacia la habitación de su dama de compañía y tocó tres veces. Era muy temprano aún, y los únicos despiertos eran los guardias que resguardaban el reino.

______ abrió la puerta después de unos minutos, estaba usando su bata de dormir blanca que caía hasta sus talones como una cascada de tul. Su cabello estaba despeinado, y habían unas ojeras debajo de sus ojos inusuales para una elfa.

-Lady Arwen, ¿está bien? Aún es temprano, se suponía que yo la despertaría para que iniciara con sus actividades diarias- balbuceó aún medio dormida, tratando de arreglar su pelo alborotado para que la princesa no se llevara una mala imagen de ella.

-Entiendo, me disculpo si te desperté, pero simplemente tenía que venir. Se me ocurrió una idea para que te comuniques con el príncipe Legolas- sonrió muy animada.

Arwen fue repentinamente jalada dentro de la habitación, inmediatamente la puerta se cerró tras ella. Sus palabras parecían haber despertado por completo a ______, y ahora estaba más activa que nunca, ofreciéndole un lugar en donde sentarse y una taza de té.

-En fin, te decía...- continuó Arwen, ahora con una tacita de té de jazmín entre sus manos, el cual removía con una pequeña cuchara plateada -Podrías enviarle una carta, y se comunicarían así hasta que sea tu momento de volver, ¿qué te parece?

-¡Arwen eres una genio!- exclamó ______, tan emocionada que se olvidó de su educación y se abalanzó sobre la princesa para abrazarla. Rápidamente se dio cuenta y se apartó, muy apenada -Discúlpeme, alteza.

-Ay no seas así, somos amigas- sonrió Arwen -Olvídate de eso de "alteza", me hace sentir extraña.

-Está bien- murmuró _____, ruborizándose nuevamente.

-Volvamos a lo de la carta, y por favor déjame ver lo que escribes.

-Olvídalo.

-Por favooor.

-¡Oh, está bien!

🍃

Volviendo al Bosque Negro, Thranduil se paseaba por su palacio con una gran sonrisa llena de satisfacción y orgullo. Su plan había resultado perfectamente, ______ estaba fuera del mapa y Legolas jamás había estado tan enfocado en sus clases como en ese momento.

Estaba seguro de que cuando ______ tuviera que volver, sería como un reencuentro de completos extraños y no volverían a haber inconvenientes.

Sin embargo, su presuntuosa sonrisa se borró de inmediato cuando Meludir llegó y comenzó a hablarle. Thranduil rodó sus ojos, apenas escuchando lo que le decía su sirviente.

-Más despacio, Meludir, no entiendo nada- se quejó el rey, llevándose una mano a la cien para frotarla como si tuviera dolor de cabeza por tan solo escuchar su voz.

-Majestad, solo preguntaba si el príncipe Legolas ya salió de sus lecciones- cuestionó Meludir, escondiendo algo detrás de su espalda.

-Aún no- suspiró el rey, desinteresado en el tema, hasta que notó que Meludir algo escondía -¿Por qué?

-¡Oh, p-por nada, señor!

-¿Qué tienes ahí?- exigió el rey, sus ojos desviándose al papel que Meludir sostenía con cada vez más fuerza.

-¿Y-Yo?- Meludir era muy malo cuando se trataba de ocultar algo, más aún cuando se trataba del rey. Las puntas de sus orejas estaban rojas, y su rostro estaba formado en una mueca aterrada.

Alzando una de sus gruesas cejas, Thranduil arrebató el papel que Meludir trataba de ocultar. Su semblante inexpresivo cambió rápidamente a uno colérico, era una carta de ______ para Legolas. La abrió sin pensar, apretando el papel con más fuerza a medida que leía.

Querido Legolas,
Sé que las circunstancias no han estado en nuestro favor últimamente, pero escribo esta carta para que estés seguro de que no te he olvidado, ni planeo hacerlo.
Todos han sido muy amables aquí, aunque no puedo ser completamente dichosa si no estás conmigo.
Afortunadamente, mi nueva amiga Arwen tuvo la grandiosa idea de que podría seguirme comunicando contigo por medio de cartas. Sé que sueles estar ocupado, pero si llegas a leer esta carta, solo quiero que sepas que me haces mucha falta, y contaré pacientemente los días hasta que nos volvamos a encontrar.
Con amor,
_______.

La carta en manos de Thranduil fue arrugada y despedazada en miles de pedacitos. No había cómo rescatarla del estado en que el rey la había dejado. Sin mirar a Meludir, quien temblaba del miedo, proclamó su siguiente mandato.

-Quemen todas las cartas que vengan de ella- sentenció -Que Legolas ni siquiera se acerque a ellas.

Meludir no respondió, se quedó inmóvil y atónito. Jamás lo admitiría, pero no entendía como un padre podía hacerle eso a su único hijo. Se exhortó a sí mismo por siquiera acercarse al rey con esa carta en manos, si hubiera sabido, se la habría dado al príncipe sin importar si interrumpía sus clases o no.

-¿Me entendiste?- fue la furiosa reacción del rey lo que lo hizo volver en sí.

-¡S-sí, majestad!- Meludir no tuvo más opción que obedecer, corriendo fuera de la presencia del rey antes de quebrar en llanto y nervios. Thranduil ya no era más ese rey razonable y gentil que escuchaba las opiniones de sus súbditos, ahora lo único que quedaba de él era una arrogante versión de sí mismo que atemorizaba a todo el reino.

𝔗𝔥𝔢 𝔖𝔦𝔩𝔢𝔫𝔱 𝔓𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora