𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 40

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Despedidas y obsequios
⋇⊶⊰ 🍃 ⊱⊷⋇

La mañana llegó a Lothlórien como una hora indeseada y agobiante para la Comunidad del Anillo. Sabían que debían seguir con su camino, y era apenas natural para ellos pensar que sin Gandalf, la muerte solo estaría más cerca que nunca.

La blanquecina luz matutina se abrió paso por entre los árboles del bosque e iluminó tenuemente las siluetas de nueve viajeros, quienes ahora estaban siendo vestidos con capas de hechura élfica. Eran de una tela muy liviana y ciertamente fácil de camuflar con el entorno, además de que les habían dado a todos un bonito broche para asegurarla alrededor de sus cuellos, el cual tenía la forma de la hoja de Lórien, la cual nunca cae en vano.

-Nunca antes hemos vestido a extraños con las prendas de nuestra propia gente- dijo Celeborn -Que estas capas los escuden y protejan de los ojos enemigos.

La compañía apenas pudo llevar una sonrisa de agradecimiento a sus rostros, todos aún con la muerte del hechicero demasiado fresca en sus mentes.

Pero eventualmente el tiempo llegó en que tuvieron que irse de Lothlórien. Lady Galadriel y Lord Celeborn fueron lo suficientemente amables como para darles botes y raciones de comida, y mientras empacaban todo, un elfo en particular se acercó a la compañía.

-Así que de nuevo te vas- Haldir murmuró mientras se acercaba a _______, manteniendo una distancia respetuosa que haría a cualquiera pensar que no eran amigos.

-Haldir- suspiró ella cuando notó su presencia, acercándose a él y rompiendo aquella distancia que por alguna razón él insistía en mantener, tal vez por miedo a volver a sentir que le arrancaban el corazón cuando la observara irse -No puedo quedarme, aunque quisiera. Prometí proteger a Frodo, y ahora que Gandalf no está, solo puedo honrar su memoria haciéndolo.

-No vine para reprocharte- sonrió el general, bajando su mirada avergonzado por hacerla pensar así de él -Vine a despedirme. Sé lo fiel que eres a tus promesas y es algo que admiro en verdad.

Haldir sacó un pequeño objeto de su túnica y se lo extendió a su amiga, nunca dejando de sonreír gentilmente.

-¿Tu daga? Oh, Haldir, no puedo aceptarla- suspiró _______, observando la bonita arma plateada que reposaba en la pálida mano del elfo. _______ sabía que Haldir no solía desprenderse de sus cosas, por lo tanto no podía aceptar algo que sabía que significaba mucho para él.

-Claro que puedes, solo tómala. Quisiera que la tengas y te acuerdes de mí, si es que me extrañas en algún momento.

Sonriéndole y tomando la daga, _______ se lanzó a abrazar los hombros de Haldir con mucho afecto. El general se paralizó, no sabiendo si sería apropiado devolver el abrazo o no.

-Es mejor que vayas ya. Tu compañía te espera.

-Gracias, Haldir- la elfa se apartó de él dándole un pequeño beso en la mejilla y abrazando la daga cubierta en una manta -Pensaré en ti cada vez que la use, o la vea, o siquiera la sienta dentro de mi bolsillo.

Sin decir más, _______ corrió de nuevo hacia los botes, dejando a Haldir con aquel sentimiento que había tratado de evitar, y una vez más, se sintió incompleto.

De nuevo en los botes, _______ notó que sus compañeros se peleaban por quién iría con quién, pues los botes eran tan solo tres.

-¡Yo iré con mi señor Frodo!- Sam se cruzaba de brazos.

-Yo puedo ir con Frodo y Sam- sugirió Boromir.

-No, yo iré con ellos- dijo Aragorn -Tu irás con Merry y Pippin.

𝔗𝔥𝔢 𝔖𝔦𝔩𝔢𝔫𝔱 𝔓𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora