𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 22

1.4K 160 7
                                    

El funeral
⋇⊶⊰ 🍃 ⊱⊷⋇

Los cuerpos de dos príncipes y un rey yacían sobre sus tumbas de piedra, cuatro velas a cada lado de su cuerpo iluminaban serenamente sus pálidos rostros cubiertos en moretones y cicatrices. Las finas ropas que usaban y sus pacíficas expresiones podrían dar a pensar que simplemente dormían, pues no había señal alguna de angustia en sus párpados cerrados.

Los enanos tarareaban una noble canción, sus voces graves y bajas como la profundidad de la misma Montaña.

La joya del rey, la Piedra del Arca, residía brillando en las manos de Thorin cubiertas por guantes de cuero. Sería enterrada junto a él, pues en vida fue el objeto que más había amado.

Así terminaba el linaje de Durin.

________ mantenía su cabeza en bajo, siguiendo todo lo que hacían los enanos. Ocasionalmente colocaría sus manos sobre los hombros de Bilbo, a quien la situación parecía afectarle profundamente, y sollozaba fuertemente.

El nuevo rey fue prontamente coronado, un primo de Thorin que había luchado en la batalla de los cinco ejércitos. La corona de oro puro reposaba sobre su cabello escarlata, pero incluso en su majestad se veía atribulado por la muerte de sus seres queridos.

-¡El rey ha muerto!- anunció Gandalf, su voz haciendo eco por los salones de la montaña -¡Larga vida al nuevo rey bajo la montaña!

🍃

El funeral había terminado. ______ se rehúso a quedarse para el gran festín, no tenía nada de apetito. Se despidió de su amigo Bilbo, el cual también volvía a casa, y se fue a su hogar. Su madre y padre la recibieron muy felices de verla viva, pero ella no pudo siquiera fingir una sonrisa. Se dirigió directamente a su habitación y se desplomó sobre su cama, no molestándose en quitarse las ropas sucias y sudadas.

No supo cuánto tiempo estuvo allí. Horas, días, semanas. No tenía ni idea y tampoco tenía ganas de saber, solo se dedicaba a llorar y dormir. No comía nada, a pesar de los intentos de sus padres por levantarle el ánimo y el aspecto que comenzaba a palidecer. No entendían qué le pasaba, pues ______ tampoco lo reveló a nadie.

A veces quería irse del país. Mirkwood era un recordatorio tan vivo de sus buenos recuerdos con el príncipe al cual su corazón se aferraba. Cada hoja, árbol y raíz le recordaban a él, el aire portaba su dulce olor, el cielo azul combinaba con sus ojos, las risas de los niños eran iguales a las de él hace siglos.

Sus padres hicieron esfuerzos de contratar a los mejores curanderos de todo el reino, pero el diagnóstico siempre era el mismo. _______ estaba muriendo de un corazón roto.

No era inusual para los elfos sufrir el mal de amores, pero aún así, Calanon y Lyriel no querían perder a su hija, estaba demasiado joven, no había explorado el mundo como siempre soñó de pequeña. Por lo tanto, decidieron recurrir al consejo del rey Thranduil.

Thranduil, sintiéndose culpable por haber alejado a su hijo de la elfa, correspondió al llamado y ofreció una única solución posible, la cual esperaba que fuera a despejar su mente de todo el dolor que estaba sufriendo.

Fue entonces que una bonita mañana de primavera, un mago de sombrero puntiagudo y gris llamó a la puerta.

𝔗𝔥𝔢 𝔖𝔦𝔩𝔢𝔫𝔱 𝔓𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora