𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 43

1.4K 148 6
                                    

Los Rohirrim
⋇⊶⊰ 🍃 ⊱⊷⋇

A través de campos cubiertos en césped seco y amarillento, rodeados de rocas altas y grises, cuatro seres corrían sin cesar en búsqueda de dos pequeños hobbits que habían sido secuestrados por una tropa de Uruk-hais.

En aquel momento, Aragorn escuchaba los pasos de los monstruos que se aceleraban al haber olfateado su olor. Los habían logrado rastrear gracias a ______, quien había aprendido a usar su esfera de cristal y podía conocer su locación. Aún así, los Uruks se movían a una rapidez impresionante, e indudablemente iban muy atrasados en su cacería.

Tras ella venían Legolas y Gimli, éste último tratando de convencer a sus compañeros de darse un descanso, pues él mismo sentía que se desmayaría si seguía corriendo.

-Los hemos perseguido por tres días- suspiraba el enano con dificultad y sudor por todos lados -No hemos comido, ni dormido, ni tampoco hemos atrapado a ese montón de escorias ni con la ayuda de esa bola de cristal.

-Agradece que siquiera estamos cerca, Gimli- exhortó ______, sacando de nuevo su esfera para ver con mucha angustia que los Uruk-hai se burlaban de Merry, quien estaba herido y enfermo -Si no fuera por esta esfera estaríamos perdidos en quién sabe dónde.

Pasaron por varias montañas, colinas y ríos, hasta que alcanzaron un punto que les dio una pista más. Entre fuertes pisadas en el suelo lodoso, un pequeño objeto de plata estaba escondido, pero resaltó a la vista de todos debido a los destellos que los rayos de sol provocaron al iluminar su brillante material. Aragorn se agachó y lo tomó en sus manos, una pequeña sonrisa levantó las comisuras de sus labios rotos.

-Las hojas de Lórien no caen nunca en vano- suspiró, examinando el broche que alguno de los hobbits había dejado caer.

-Siguen con vida- sonrió Legolas.

-_______, déjame ver la esfera- pidió Aragorn, tomando el objeto en su mano y levantándolo al nivel de su ojos. La imagen transparente de ésta cambio, mostrando a los Uruk-hai corriendo con dos hobbits en sus espaldas. Aragorn pareció reconocer el lugar por el cual pasaban, y devolviendo la esfera, se apresuró a seguir corriendo -Están a menos de un día de camino.

-¡Vamos, Gimli, estamos ganando terreno!- exclamó Legolas, siguiendo a Aragorn con premura.

El enano cayó al suelo y dio una voltereta. Estaba verdaderamente agotado, y todas las extremidades le dolían. Su espesa barba no hacía mucho por aliviar el calor. ______ rió y se devolvió a ayudarlo a levantarse, a lo que el enano refunfuñó.

-¡Los enanos no estamos diseñados para esto! ¡Somos muy peligrosos en distancias cortas!

Cuando el enano finalmente pudo alcanzar a sus compañeros, estos ya estaban subidos en una pequeña colina rocosa, observando la tierra frente a ellos.

-Rohan- dijo Aragorn -Hogar de los señores de los caballos. Hay algo extraño llevándose acabo en este lugar. Hay un mal que le otorga esa rapidez a estas criaturas.

Legolas se apresuró a posicionarse en una colina aún más alta, entrecerrando sus ojos azules para mirar en la gran distancia que los ojos ni de Gimli ni de Aragorn podían apreciar.

-¡Legolas! ¿Qué es lo que ves?- cuestionó el Montaraz.

-¡Los Uruks se dirigen al noreste!- respondió el elfo, y ______ pudo confirmar lo que decía al darle una mirada a su esfera, a pesar de que en sus ojos, la imagen que se le mostraba parecía ser una tierra cualquiera al no conocer el lugar -¡Se llevan los hobbits a Isengard!

𝔗𝔥𝔢 𝔖𝔦𝔩𝔢𝔫𝔱 𝔓𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora