𝔗𝔥𝔢 𝔖𝔦𝔩𝔢𝔫𝔱 𝔓𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠ

𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 36

El trol de las cavernas
⋇⊶⊰ 🍃 ⊱⊷⋇

Moria era todo un laberinto rodeado de rocas y ruinas. Era obvio que en sus tiempos de gloria, la minería había sido magnífica, y había traído muchas riquezas, por lo que ver su estado ahora traía mucha tristeza, especialmente para el pobre Gimli.

Luego de un pequeño recorrido por las minas, las cuales eran profundas y escarbadas con una notoria avaricia, Gandalf de repente detuvo sus pasos, y observó sus alrededores con una mueca, frunciendo el ceño mientras miraba de un lado a otro.

-No tengo memoria alguna de este lugar...

Así fue como la Comunidad se vio de nuevo obligada a detenerse y esperar a que Gandalf se decidiera por qué camino ir. Los hobbits murmuraban entre sí, asustados ante la idea de que estaban perdidos. Aragorn fumaba como siempre su pipa, Boromir parecía querer salir de ese lugar lo antes posible, y Gimli tomaba una siesta roncando audiblemente.

_______ no hacía nada en particular, solo acompañaba a los hobbits y trataba de asegurarles que todo estaría bien. Merry y Pippin estaban recostados en cada uno de sus hombros, mientras que Sam estaba sentado de piernas cruzadas a su lado. Frodo había ido a hablar con Gandalf, y en su ausencia, los pequeños hobbits no podían hacer nada más que esperar.

-_______- susurró Pippin, acurrucándose más cerca a su amiga -¿Podrías cantar algo? Siento que en un momento así, en verdad ayudaría a calmarnos un poco.

La elfa lo miró con una sonrisa, no pudiendo negarle la petición al pequeño e indefenso hobbit. Después de todo, ella era como una figura de seguridad para ellos, por lo que sin más, comenzó a tararear una dulce melodía, cuyo eco llenó el salón de un sentimiento de completa paz.

Mientras cantaba su canción sin letra, notó que tanto Pippin como Merry comenzaron a dejar sus párpados caer, casi batallando para mantenerse despiertos. Aún así, siguió cantando, cerrando sus ojos al dejarse llevar por su melodía. Sam también comenzó a dormirse, apoyándose inconscientemente en una pared rocosa que en aquel momento se sintió tan suave como una de las almohadas de plumas en su casa allá en la Comarca.

Frodo le dirigió una mirada sonriendo dulcemente, y notó que inclusive la criatura que los había estado siguiendo hace tres días se había ido, como si la canción de _______ alejara todos los males del mundo en aquel momento.

Legolas, por su parte, también se acercó a _______ hasta que estuvo sentado frente a ella, admirándola con su barbilla apoyada en las palmas de sus manos. Cuánto había extrañado oírla cantar, y cuántas veces había tenido que contentarse con el recuerdo de su voz para poder dormir en paz, Legolas había perdido la cuenta.

La canción se detuvo abruptamente cuando ________ escuchó que Gandalf se levantó de su asiento y dejó salir una risilla. Abrió sus ojos, al principio sorprendiéndose al ver al príncipe enfrente suyo con una boba sonrisa, pero ignorándolo, despertó a los hobbits y les avisó que ya era tiempo de moverse.

-¡Ya se acordó!- sonrió Merry, ahuyentando el sueño.

-No- contradijo el mago, acercándose a una entrada oscura -Pero el aire no huele tan mal de este lado. Si tienes dudas, Meriadoc, siempre hazle caso a tu nariz.

La compañía siguió al mago por algunas escaleras y más salones oscuros, eso fue hasta que Gandalf decidió arriesgarse con un poco más de iluminación, revelando la magnificencia de los reinos de los enanos, quienes construyeron columnas en piedra que eran tan altas que el techo no podía verse ni forzando los ojos. La simetría, la perfecta grandeza de cada pilar tallado a mano con runas y detalles era digno de sorpresa, parecía un laberinto que seguía y seguía hasta la infinidad.