𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 5

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La invitación
⋇⊶⊰ 🍃 ⊱⊷⋇

El joven Legolas se abalanzó sobre su cama con un suspiro contento. Reposó su cabeza en sus brazos y cerró los ojos con una sonrisa que ni siquiera el repentino toque en su puerta borró.

-Legolas, ion nîn- reconoció la voz de su madre, y de inmediato se levantó para ir a abrirle la puerta. La reina bajó su mirada a su hijo y le sonrió, notando de inmediato su excelente humor.

La elfa entró en la habitación y se sentó en la cama junto a su hijo como solía hacerlo cuando quería hablar con él sobre algo. Legolas la miró esperando muy atentamente a que dijera algo.

-¿La pasaste bien con _____?- fue lo primero que preguntó.

-¡Sí, nana!- exclamó lleno de felicidad, a la reina se le enterneció el corazón -Claro que al principio casi nos deja sin jardinero, pero luego, me acerqué a ella y...- hizo una pausa, de repente dándole vergüenza admitirle a su madre lo que había ocurrido, aunque no hubiera sido nada de que avergonzarse, no quería admitir lo que sentía -...y le enseñé lo que pude y dio en el blanco.

-Me alegra muchísimo- suspiró la madre, sabiendo que su hijo le ocultaba una parte de la historia, pero no lo mencionaría para no incomodarlo -_____ se ha convertido no solo en una amiga tuya, si no del reino, es muy especial.

-Lo es- suspiró Legolas casi sin darse cuenta, el rubor en sus mejillas delatando los deseos de su corazón.

-Quería comentarte algo- dijo con mucha dulzura, desenredando con sus dedos el cabello rubio del menor -Sabes que pronto cumplirás mil años ¿cierto? Es una edad importante, ion nin.

-No sé porqué es tan importante, no es como que ya sea mayor de edad, o como si Adar me permitiera entrenar para estar en la guardia- se quejó Legolas, ya adivinando a lo que se refería la mayor.

-Aún así, el primer milenio de vida significa mucho para nosotros- explicó la madre con paciencia y calma -Aún te falta mucho para ser mayor de edad, y aún más para poder ser capitán de la guardia mi niño, pero tener mil años significa que ya estás listo para comenzar oficialmente tu entrenamiento.

El príncipe la miró estupefacto por un momento, sabía exactamente qué tipo de entrenamiento era aquel, y no le gustaba nada.

-No, nana- suspiró Legolas haciendo una mueca. Los hombros se le cayeron así como el semblante, y de repente sintió una pesadez en el corazón -Ya sabes lo que pienso al respecto.

-Pero Legolas, eres el único príncipe, el único heredero al trono. Algún día tú serás rey, y tienes que comenzar a aprender cómo se comporta uno.

El adolescente desvió la mirada disgustado, sus cejas oscuras frunciéndose por la frustración. El no quería ser rey; nunca lo pidió, y le parecía injusto tener que comprometer su vida por el simple hecho de haber nacido.

-Ya verás que no es tan malo como piensas, serás un gran líder como tu padre- la mayor intentó consolar, algo angustiada de ver como el buen ánimo de su hijo había decaído -Pero bueno, aún falta mucho. Por ahora, sólo vine a decirte que tu padre quiere hacerte una fiesta especial en honor a tu primer milenio de vida.

Legolas volvió a dirigirle una mirada, la cual no había cambiado su disgusto en lo absoluto. Primero un entrenamiento no pedido, y ahora una de esas fiestas fastidiosas que el rey adoraba lanzar, en la cual todos se terminarían emborrachando con los enormes barriles de vino tinto que se guardaban en las alacenas del palacio.

-Bueno pero no me veas así, esta vez sí fue idea de él- se excusó la reina alzándose de hombros -No lo dice a menudo, pero está muy orgulloso de ti, Legolas. Le complacería mucho verte feliz en tu día especial.

El elfo lo meditó por un segundo, cruzándose de brazos. Tenía una sola condición.

-¿______ puede venir?

-Pero claro, sabes bien que ______ es bien recibida siempre.

-Entonces está bien- Legolas asintió y dejó su orgullo de un lado, recibiendo dulcemente el abrazo de su madre de satisfacción.

-Me alegra que aceptaras- sonrió la mayor, dirigiéndose a la puerta para salir de la habitación -Ollo vae, Legolas.

-Gi melin, nana.

🍃

La mañana siguiente, mientras la joven ______ ayudaba a su madre a regar las flores en el jardín, el sonido de los cascos de varios caballos la hizo desviar su atención. Observó con el ceño fruncido, varios guardias del palacio se acercaban a su casa, se asustó al no tener ni idea de porqué estaban allí.

No tardó mucho tiempo para que los padres de ______ salieran de la casa alarmados, claramente intimidados por los serios guardas vestidos en su armadura dorada.

-¿Pasa algo?- cuestionó Calanon, posicionándose delante de su hija y de su esposa instintivamente.

En aquel instante, uno de los guardias se bajó de su caballo con un pergamino en mano, ignorando las miradas de los vecinos que habían salido de sus casas para husmear.

-Buenos días- el elfo saludó con cortesía, extendiendo el pergamino enrollado y sujeto por un listón carmesí -¿La señorita _______ Calanoniel?

-Es mi hija- afirmó el padre.

-Traemos una invitación para ella de parte de su majestad, el príncipe Legolas Thranduillion- informó. Expresaba todo con gran monotonía, apenas moviendo su mandíbula, pero todo el resto de su cuerpo se mantenía firme y recto.

Calanon lo miró extrañado pero tomó el papel, desprendiendo la cinta y leyendo el contenido escrito en una excelente tinta esmeralda. Era, como el guardia había mencionado, una invitación para la celebración de cumpleaños del príncipe en honor a sus primeros mil años.

-Hannon le- musitó, inclinando su cabeza para mostrarle respeto al elfo.

-Novaer- concluyó el guardia, subiéndose nuevamente a su caballo y retirándose con sus compañeros. Al marcharse, los vecinos nuevamente se metieron a sus hogares, pero aún a través de las paredes de las casas, podían escucharse sus cuchicheos y murmullos.

Sobra decir que Calanon no estaba muy complacido con la idea. Conocía debido a rumores como eran las fiestas del rey Thranduil. Magnificas, claro está, pero dadas al vino, y para el amanecer todos los presentes estarían tan ebrios que no recordarían ni sus nombres. No quería a su hija en un ambiente así siendo tan joven, pero al verla tan emocionada con la idea, sucumbió ante las súplicas de su esposa e hijas para dejarla ir, con la única condición de volver temprano.

🍃
Traducciones

"Ion nîn" -> Hijo mío
"Nana" -> Mamá
"Adar" -> Padre
"Ollo vae" -> Dulces sueños
"Gi melin" -> Te quiero
"Hannon le" -> Gracias
"Novaer" -> Adiós (formal)

𝔗𝔥𝔢 𝔖𝔦𝔩𝔢𝔫𝔱 𝔓𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora