𝔗𝔥𝔢 𝔖𝔦𝔩𝔢𝔫𝔱 𝔓𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠ

𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 48

El inicio de la batalla
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Luego de dejar a Kai, ______ corrió a las puertas de la fortaleza que se abrían para recibir al extraño intruso cuyo cuerno había alertado a todo el pueblo de Rohan. Al llegar, la elfa se encontró con sus tres amigos, y al reconocer la nueva presencia en el abismo, una sonrisa la poseyó.

Las tropas de elfos de Lothlórien llenaron el pasillo de entrada, hasta acabar en el puente del exterior. Los cuatro montaraces sonrieron ampliamente, reconociendo al capitán de la guardia de Lórien entre los elfos. El rey Théoden fue el primero en hablar.

-¿Pero cómo es posible?

-Traigo noticias de Elrond, de Rivendell. Hubo una vez en que una alianza existió entre elfos y hombres, hace mucho tiempo peleamos y morimos juntos. Hemos venido a honrar esa alianza- explicó Haldir.

-Haldir- una cierta voz llamó la atención del capitán, y por instinto, abrió sus brazos para recibir a _______, quien corrió a abrazarlo. -Llegas en el momento oportuno.

Luego de ella, lo saludaron Aragorn y Legolas. Los elfos cambiaron sus posiciones simultáneamente con éste último, pues conocían que era de la realeza.

-Estamos orgullosos de volver a pelear al lado del los hombres.

Aún sonriendo ampliamente, _______ se dio la vuelta y comenzó a correr subiendo las escaleras. La mano de Legolas tomando la suya la detuvo, y ahora todos la miraban con extrañeza.

-¿A dónde vas?

-A llevar a los niños a las cuevas- explicó brevemente, no ignorando la mala mirada que Théoden le lanzó -Usted me disculpará, majestad, pero usted dijo que los niños sólo debían pelear debido a la falta de hombres. Me parece que ese asunto ya está resuelto.

Théoden no dijo nada, solamente suspiró al observar como ______ ni siquiera esperó a su autorización, simplemente corrió a los niños y se los llevó a las cuevas, en donde cada madre, abuela y hermana los recibió con alivio.

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Ahora, todos se encontraban en filas en la muralla del abismo. Estaban en sus posiciones todos, solamente observando cómo los miles de Uruk-hai se acercaban en la distancia. Ver a tantos despertó un temor desconocido dentro de los corazones de todos, pues aún con la ayuda de los elfos, simplemente los Uruk-hais los triplicaban en número.

-¿Qué está pasando ahí afuera?- exclamó Gimli, dando saltitos al intentar ver por encima del muro que era más alto que él.

-¿Te lo describo, o mejor te busco una cajita?- bromeó Legolas, a lo que Gimli río. ______ por su parte, habiendo escuchado, sacó su esfera de cristal de su túnica y se la extendió a Gimli.

El enano la tomó y en pocos segundos pudo ser testigo de lo que todos a su alrededor contemplaban. Abrió sus ojos un poco ante la cantidad exuberante de enemigos que aguardaban allí afuera, y al mismo tiempo, sonrió un poco para sí mismo con algo de emoción.

Sus rugidos eran lo suficientemente fuertes para escucharlos incluso desde dentro de las cuevas, la lluvia torrencial caía con gruesas gotas sobre sus armaduras de hierro.

Instintivamente, Legolas se acercó un poco a _______, quien estaba a su lado. Sabía y compartía esa misma angustia, aquella horrible incertidumbre sobre si sobrevivirían o no aquella noche.