𝘊𝘢𝘱í𝘵𝘶𝘭𝘰 37

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La caída de Gandalf
⋇⊶⊰ 🍃 ⊱⊷⋇

La Comunidad del Anillo corrió por los pasillos aparentemente eternos de Moria, huyendo de los miles de orcos que los seguían por todos lados. Comenzaban a acorralarlos, y la esperanza comenzaba a perderse cuando aún más orcos vinieron bajando de las columnas.

Los diez estaban rodeados, completamente incapaces de defenderse en contra de la cantidad de enemigos. Sus malévolas risas y gritos inundaron el amplio lugar, y todos en conjunto se prepararon para lanzarse sobre la compañía hasta que...

Una luz se prendió en una entrada del salón, iluminando grandemente, y la criatura que acababa de despertar, soltó un rugido no similar a ninguno de los orcos. Las bestias corrieron ante su presencia, volviendo a trepar las columnas de donde habían venido.

Pero la compañía no percibió esto como una victoria. Algo mucho más grande había espantado a los orcos, algo que ni ellos se atrevían a enfrentar.

-¿Qué clase de nueva brujería es esta?- cuestionó Boromir, entrecerrando sus ojos.

-Es un Balrog- suspiró Gandalf con mucho pesar, observando con ojos cansados el fuego del demonio acercarse, sus rugidos se intensificaban más y más. En ese momento, incluso los dos elfos de la compañía temblaron visiblemente pues ya habían oído hablar de la bestia de la que Gandalf hablaba -Un demonio del mundo antiguo. Este enemigo es mucho más poderoso que cualquiera de ustedes... ¡corran!

Y de nuevo se encontraban corriendo por sus vidas a través de muchos escalones de piedra y pasillos iluminados por fuego. Gandalf les gritó a todos que fueran al puente, el cual ya se veía en la lejanía.

Llegaron a una gran pared de escaleras con un hueco en medio, lo suficientemente grande para hacer que los hobbits no pudieran atravesarlo saltando. Legolas no perdió nada de tiempo, y tomando la mano de ______, saltó al otro lado, tomándola por sorpresa.

Primero saltó Gandalf, el cual pudo saltar por su cuenta. Luego, Boromir se lanzó abrazando a Merry y Pippin, todo esto sucediendo mientras orcos llegaban de la nada y comenzaban a lanzar flechas. Legolas se ocupó de matarlos, y _______ tomó la responsabilidad de recibir a Sam, al cual Aragorn arrojó hacia sus brazos. Luego de dejarlo en un sitio más seguro, la elfa se preparó para recibir a Gimli, a quien Aragorn estaba a punto de arrojar.

-¡Nadie lanza a un enano!- refunfuñó Gimli, siendo demasiado orgulloso y dando un gran salto mientras otra parte de las escaleras de desmoronaba. Su salto fue apenas lo suficientemente largo, pues sus pies resbalaron fácilmente de la orilla y _______ tuvo que sostenerlo de su barba para jalar de él -¡La barba no!

-¿¡Te dejo caer entonces!?- exclamó ______, riendo un poco ante la manera tan apresurada en que Gimli negó con la cabeza, cerrando su boca para no dejar salir más quejas.

De repente, cuando solamente faltaban Frodo y Aragorn de saltar, un pedazo de piedra del techo se derrumbó, haciendo el hueco más grande que antes, e imposible de saltar. Aragorn rápidamente decidió volver, pero otra piedra cayó, dejándolos sin salida alguna. La ahora pequeña columna en la que estaban comenzó a desmoronarse, tambaleándose de atrás hacia adelante. Aragorn sostuvo a Frodo de un hombro y lo obligó a inclinarse hacia el frente, obligando a la columna a hacer lo mismo mientras la Comunidad observaba con terror y sin posibilidades de hacer nada.

Finalmente la columna se inclinó lo suficiente hacia el frente, colisionando con la que sostenía a la compañía. Frodo saltó a los brazos extendidos de _______, aferrándose a ella como si fuera la vida. Pero no había tiempo para estar aliviados, sino que, aún con Frodo en brazos, tanto _______ como la comunidad continuó corriendo.

𝔗𝔥𝔢 𝔖𝔦𝔩𝔢𝔫𝔱 𝔓𝔯𝔬𝔪𝔦𝔰𝔢 || ᴸᵉᵍᵒˡᵃˢ ᴳʳᵉᵉⁿˡᵉᵃᶠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora