capitulo 10

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Nos dirigimos por las calles de Nueva York con el misterioso y costoso coche de Daniel. La alegria invade mi cuerpo, al mismo tiempo que lo hace la confusión y la desesperación por saber que pasa en este momento. Quiero preguntar muchas cosas, quiero aclararme y saber que esto puede ser algo bueno.
El se acomoda un poco hacia mi, me mira directamente a mis ojos y eso me pone nervioso.
-Crees que vas comodo con eso?.-me pregunta mirando el traje.
Habia olvidado que lo tenia puesto, es un traje tan suave.  Es como lamer la piel de un bebé,  no es un buen ejemplo, es como tocar la seda pura. No me extraña que sea tan suave, ya que ha costado mas que mi coche, tendria que estar hecho por los mismos ángeles.
-Si.
Me toca la pierna, la acaricia con suavidad y luego me aparto de el. No entiendo por que lo hago.
El coche sigue moviéndose por las calles abarrotadas de personas. Mientras intento buscar la atención de mi... de mi ¿que?.
Me muerdo el labio inferior, me asusta recordar lo que paso en el vestidor.  Que queria decir con qué soy suyo y porque me besa sin mas.

-Creo que es hora que nos marchemos a Chicago,  no te veo comodo.-me dice cuando ya estamos en su apartamento, me da un beso al cerrar la puerta.
-Mira Eden, no se nada de ti, no se quien eres y me has comprado un traje que vale mas que mi jodido coche.-le digo casi frustrado y viendo como el parece pasar completamente de lo que le estoy diciendo.-Dices que tienes secretos y luego me llevas a commprarme un traje, es ridiculo, estoy en nueva york ¿que hago aqui?.
Se deja caer en el sofa. Me mira con mucha atencion. Se quita el chaleco del traje y se cruza de brazos. Sus musculos se marcan mas y me hacen perder el hilo de la conversación.
-Solo queria comprarte algo bonito.
-¿Algo que cueata quince mil dolares?.
Levanta los hombros, parece no importarle mucho lo que pase con su dinero. Me quito el chaleco del traje color azul, lo dejo caer en el sofa y el se levanta de golpe.
-Estas en nueva york porque no te iva a dejar borracho en casa de tus amigos, no podia permitirlo.
Junto las cejas, es ran extraño y tierno a la vez, que me entran ganas de besarle.
-Es mi casa, no esto que no encaja conmigo en ninguna forma.
Da un par de pasos hacia mi, me sujeta la cara con sus manos frias y gigantescas. Mis ojos se juntan con loa suyos.
-Recuerda que me llamaste tu, no es solo culpa mia.- maldito millonario, sabe como hacer daño.
Habia olvidado por completo que habia sido yo, el que le habia llamado en medio de la noche. Espero no haver dicho una tonteria, ademas, porqje christiene dejo que Daniel me llevara con el. En este momento podria eatar matandome o violandome.
Siento su respiración golpeandome la punta de la nariz, me recorre algo extraño por todo el cuerpo.
No le conozco de nada, solo es mi futuro jefe. En cinco dias se ha convertido en algo mas que un simple amigo, ha introducido su lengua en mi boca, me ha comprado un traje muy costoso y me ha dicho con tono serio, intrigante y auroritario que ahora era de su propiedad. No se ha que se refiere con eso, pero me invade la curiosidad y el deseo de saber que queria decir.
-Nunca debes hacerle caso a un borracho.
Sonrie.
-Lo tendre en cuenta, para otras ocasiones.
Me da un pequeño beso en la frente, odio ser pequeño. Me trata como un niño y parezco un simple adolescentes dentro de un traje azul.
-¿Quieres comer algo?.-Me pregunta mientras se sube en direccion a su habitación y de camino, se quita los botones de la camisa blanca.
-No gracias. -respondo algo timido, interesado en lo que podria salir de dentro de esa camisa.
-Pues ven aqui.-me dice con tranquilidad.-Me dare una ducha y nos marcharemos a Chicago en cuanto podamos.
Por un simple sengundo no quiero irme de Nueva york,  meneo la cabeza y me doy cuenta que aqui no pinto nada. El desaparece del lugar y yo subo las escaleras poco a poco, intentando no hacer ruido.
Porque un multimillonario se habria fijado en mi o simplemente porque ja hecho todo lo que ha hecho hasta ahora, solo por tenerme en este lugar. Miles de preguntas entran en mi cabeza pero desaparecen cuando abro la puerta de su habitación y le veo con los pantalones puestos y el pecho al aire.
Me sorprende ver que tiene múltiples tatuajes en el cuerpo, le miro de arriba hacia abajo. Su espalda es mas ancha de lo que me imaginaba y sua abdominales están perfectamente trabajados.
-No te quedes ahi.-me dice mientras se quita el pantalon.-Que no muerdo.-mme guiña el ojo.-Supongo que te sorprende toda la tinta que hay en mi piel. Bueno pues...Es una de las pocas cosas que no sabias de mi.
Abro los ojos como platos al ver aquel tatuaje, un pecho pajaro en el costado derecho. Ya lo habia visto antes, pero no recuerdo donde. Mas cosas que me hacen pensar que Daniel Dilaurenttis no es un completo desconocido para mi.
Me sorprende ver todos esos tatuajes, supongo que significan algo o simplemente es placer al dolor. Lo segundo no lo creo,¿quien tiene placer al dolor?.
-¿Porque no me enseñas todos tus secretos?.-le pregunto.
-Se que si te enseño todo lo que hay de mi, te marcharas de este lugar y no trabajaras conmigo.
-¿eres un asesino en serie?, No creo que haga eso, soy muy dificil de sorprender.
Se sienta a mi lado, me toca el cuello y me mira fijamente a los ojos. No se que decir, sus tatuajes le hacen el doble de provocativo y encantador.
-Pero antes tendras que prometer que nada de lo que veas en esta casa, saldra de aqui.-parece serio y enfadado.-Porque si cuentas algo de lo que pasa aqui, podria hacer que tu vida cambie.
Me da un beso y me levanta de la cama. El miedo recorre mi cuerpo con mucha velocidad, quiero marcharme y escapar. ¿cambiara mi vida? Entonces comienzo a pensar, sabe donde vivo, con quien vivo y sabe todo lo de mi vida. Maldita entrevista.
Caminamos por un largo pasillo, llegamos al final; una puerta dorada escondida tras una cortina blanca.
La mira un par de veces y habla.
-Este es uno de mis mas oscuros secretos, señor Montgomery. Confio en sh discreción y en que no saldra corriendo al ver lo que hay aqui dentro.
Me muerdo el labio inferior, que es lo peor que puede pasar. No entiendo que pasa en este lugar y soy demasiado curioso para dejar esto asi. Toca los pomos de la puerta, me mira y dice por ultima vez:
-Si despues de esto, quieres marcharte, lo entendere.
Abre la puerta y una luz negra sale del interior.

El deseo de Daniel  (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora