Parte sin título 24

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Mis compañeros de piso se habían marchado hace mucho rato. Mi madre se acerco por detrás y me abrazo, con su metro cincuenta de altura. Me hizo querer levantarla del suelo y cargarla como si fuese un simple bichito. Mi padrastro con su gesto torcido y cabellos casi grises, me dio una palmadita en el hombro y me dio la enhorabuena. No entiendo porque los padres y los hijos varones, dejamos de mostrarnos cariños mediante vamos creciendo.
-Ese chico de ojos azules, me parece muy joven e inocente. ¿como habrá llegado a tener tanto dinero?-preguntó mi madre mientras miraba a Daniel, que estaba hablando con un periodista del Newyork time.
-veras mama, es...-comencé a decirle, pero no pude terminar.
-soy su prometido-añadió el con una sonrisa, una mano metida en el bolsillo y la otra rodeando mi cintura.
Por un segundo me sentí incomodo, pequeño y algo alejado de la realidad. No tenia ningún derecho a decir eso delante de mis padres. Tengo menos de treinta años y casarce parecerá presipitado. Respiro con fuerza y el grito monumental que da mi madre, hace que los oídos me duelan y la mandíbula se me tence.
-¿Desde cuando?¿porque?¿cuando?¿porque no me lo habías presentado?-mi madre soltó mas de cien preguntas en menos de cinco minutos. Nunca habia escuchado a una persona hacer eso.
-piensa bien la pregunta mama-dije tocándole el antebrazo.
No sabia si estaba feliz o cabreada, con mi madre nunca se sabe eso y bueno mucho menos con su esprecion. Parece que se aplica botox.
-¿cuando empezasteis a salir?-pregunto mi madre.
Mire a Daniel. Trago saliva y respondió un número que apenas escuche. No se cuando empezamos a salir, me voy a casar con alguien el cual no se cuando le comencé a querer, con alguien que bebe sangre para vivir, con alguien que...¿los vampiros no explotaban ante la luz solar?, al parecer Daniel no.

Después de comer y una larga charla, madre y prometido. Daniel me tomo del antebrazo y corrió conmigo hacia su coche. Su mano fría se juntaba con la mía y hacia que me sintiera seguro. Como puedo saber si estoy completamente enamorado, como puedo saber que es el hombre de mi vida. Si cuando estoy con el, el tiempo se detiene, el aire sopla tranquilo y pienso que todo es solo por el, pero al mismo tiempo, pienso que la eternidad es algo muy largo, pienso que estar muerto por amor, no es el sueño que tenia cuando era pequeño.
Bajamos las escaleras y llegamos al aparcamiento, se detuvo de golpe y me miro.
-Tenemos que hablar.-soltó.
-¿aqui?
Sus ojos azules como el mar, me ponen nervioso. Como si fuesen miles de águilas mirándome, dispuestas a atacarme. Me muerdo el labio inferior y cuando estoy apunto de moverme; Daniel me empuja contra una pared de color negro, se junta a mi pecho. Siento sus abdominales perforando los mios. Pone un mano en la cintura y otra en la mejilla. El aire de su nariz, golpea la punta de mi nariz. Se muerde el labio y junta su boca contra la mía. Sus suaves labios se mueven con lentitud, tocando cada fibra de los mios y su mano, me acerca mas a el. Muevo la mano para tocar su cintura, pero la aparta y la sostiene en el aire, sube la otra y sigue beandome como si fuese el ultimo beso de nuestras vidas. Se aparta y entre jadeos dice:
-Quieres ir a mi casa?
"-solo si prometes tenerme sushi para comer o muchos caramelos en forma de oso"-quise decir pero respondí con un gran Si.
Me dio un ultimo beso y subimos a un coche negro que había aparcado en el aparcamiento.
-todos son tuyos?-pregunte.
-La mayoría- respondió mientras metía la llave en el agujero- me gusta coleccionar coches.
-yo colecciono libros, que es nas normal y de gente pobre. Tu eres rico y no sabes en que gastar el dinero.-solté y abrió los ojos como platos.
-Bueno, desde ahora tu administraras mi dinero-. Me puso la mano en la pierna y puso el coche en marcha.
Conducido con una velocidad algo temeraria. Nos movimos con rapidez y llegamos al otro hotel, había olvidado por completo que mi querido y multimillonario novio. Es de chicago. Subimos y nos montamos en el helicóptero. Parece que comienzo a tomarme esto como algo normal.

Una vez llegamos. Subimos a un ascensor. Por primera vez en nuestra vida juntos. Podíamos estar solos en un ascensor. Parece una tontería, pero es algo que había querido hacer siempre. Las puertas se cerraron cuando Daniel presiono el botón y una musiquita agobiante sonó de fondo.
-Quiero quitarte la ropa-me dijo de golpe, en voz baja, tan baja que me costo escucharla.
-intentalo-dije con un tono tranquilo.
El ascensor comenzó a bajar, el pecho se me vacío de golpe y el corazón me latió mas rápido que antes.
-Quiero que recuerdes esta noche-se pone delante de mi y pone sus manos en mi cintura.
-Pues tendrá que ser fantástica, como para no olvidarla.-respondí.
Al terminar mis palabras. Golpeo mi epald contra la pared del ascensor. Levanto mis manos en el aire y se junto contra mi. Me besa con mas pasión que antes, mete la mano entre mi cintura y me acerca mas a el. Dios es tan fuerte y tan maravilloso.
La puerta del ascensor se abre, toma mi mano y comienza a correr hacia la puerta de su apartamento. Me besa antes de abrir y mete la llave. La puerta se mueve y entramos con rapidez. El da un paso hacia el interior y le tomó de la corbata, lo traigo hacia mi y junto sus labios con los mios.
-¿quieres jugar?-me pregunta.
Levanto los hombros y el me levanta del suelo. Me sujeta entre sus brazos con fuerza y se mueve entre su casa, como si yo no pesara nada. Me lanza contra el sofá de piel y me sienta sobre su regazo. Le beso y el me besa, me siento como el aire y las nubes, moviéndome hacia la dirección del otro.
-Te quiero-le digo.
-y yo a ti, mas que a la sangre.
Junta sus labios con los suyos. No me importa lo que a dicho. La sangre la necesita para vivir, tal vez sea eso. Me necesita para vivir. Aunque lo dudo. Me mira con sus ojos azules y yo me muerdo el labio inferior.
-no te muerdas el labio.
-¿porque?-pregunto.
-no responderé de mis actos-dice y ne muerdo el labio otra vez. Respira y rompe mi camisa de un solo movimiento. Dejando mi pecho al aire, me quita la camisa y besa mi cuello, moviendo sus labios y diciendo entre movimientos circulares: Te quiero.

El deseo de Daniel  (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora