Dademian?

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-!detente!-grite a todo pulmón, antes que sus pantalones se bajaran con totalidad.
Le empuje un poco y se movió hacia atrás, sus ojos se clavaron en los míos como flechas llameantes, clavándose en mi pupila.

intente dar un paso hacia atrás, pero la pared de madera no me dejaba. Toque la fria pared con los dedos e intente relajarme. No podía estar a punto de tener sexo en ese lugar, sabia que estaba volviéndome loco, una mala persona y alguien sin corazón; pero no podía pasar aquello. Después de destruir mi mundo entero, no podía desfogarme teniendo a Daniel dentro de mi.

-¿Que pasa?-Pregunto Daniel.

-No puedo-Solté de golpe, mientras intentaba abotonarme la camisa; pero el salvaje de Daniel habia roto todos los botones- Tenemos que irnos de aqui.

Comencé a caminar en el interior de la cabaña; la sangre en el suelo y los cuerpos sin vida de las personas que me habían ayudado seguian en el suelo. Intente no mirar, pero el cuerpo de mi madre o lo que quedaba de el; me llamaba a gritos. Me detuve de golpe, me agache y toque la mano de mi madre; senti que las lagrimas caian por mis mejillas; era sorprendente que aun tuviese lagrimas, despues de todas las que habia derramado a lo largo del dia.

Sentia que el corazón me iba a explotar, hubiese matado porque mi corazón se detuviese y me dejara un mundo oscuro, donde no existen los vampiro, hadas o cualquier cosa de esas que parecen ser sacadas de un maldito cuento infantil. Me deje caer con todas mis fuerzas contra el suelo, las rodillas parecieron no funcionar en ese momento y yo no intente forzarlas.

Los seres humanos nos manejamos mediante las emociones y los jodidos sentimientos, si me convierto en vampiro; las emociones y los sentimientos no serian los mismo de cuando era un humano. Pero si lo miro por el lado positivo; dejare de llorar por las muertes humanas que parecian importarme, tal como lo esta haciendo Daniel. Que no ha derramado una maldita lagrimaa desde que todo este termino.

¿Acaso no tiene humanidad? ¿acaso es un monstruo?

-Eden...

-Quiero irme de aquí-Solte de golpe.

Habia intentado ser fuerte. Pero joder, ver el panorama que me rodeaba, me hacia querer cortarme las venas con un cuchillo de plástico. La sangre de color casi negro, que habia salido del cuerpo de los vampiros, manchaba mis ropas y la tierra mojada, se pegaba a mi piel.

-Vamos a casa-me dijo Daniel levantándome con la mano.

-¿Que casa?-Pregunte sin saber a que casa se refería.

-La nuestra.

Me quede un segundo en silencio. No sabia exactamente a que casa se referia, solo deje que me pusiera en su espalda con un movimiento rapido. En ese momento parecia ser un muñeco de trapo, tan fragil e inhumano; que cualquier persona podia hacer conmigo lo que quisiera. Daniel me puso en su la espalda fria, sujeto con una de sus manos mi trasero y salio corriendo por la puerta de la cabaña. Sentia el frio del aire golpearme las mejillas, sino hubiese sido por el aire, que me golpeaba las mejillas y me resecaba la piel; pensaria que estaba muerto. La velocidad con la que Daniel corria no era nada normal ,pero a estas alturas de mi vida...¿que es normal? Salto un par de veces, algo que me causaba algo de dolor. Tenia los huesos adoloridas y parecia que mis costillas habian descidido romperse en miles de fragmentos imposibles de juntar.

El bosque se hacia mas verde a medida que habíamos avanzando, pensé que nos acercábamos a la gente y por ende, nos acercábamos a la vida y a los corazones latiendo. Pero en realidad nos acercábamos a casa de la familia Dilaurenttis. Que parecía muy pequeña desde la colina por la que Daniel había decidido saltar y hacerme sentir como si me clavaran clavos en el estomago. Pero en realidad era bastante grande, era una de las casas mas grandes que habia podido ver a lo largo de mi vida.

Daniel se detuvo de golpe, me dejo bajar con mucho cuidado y me fije en los cristales de la casa, que estaban esparcidos por el suelo. Me dolia en el alma, sentía que miles de piedras se caian sobre mi espalda. Por mi culpa, por la culpa de un humano/hada habian muerto muchas personas a las que tenia muchas ganas de conocer y arriesgaron sus vidas por mantenerme a salvo. 

En medio de aquel caos, intente encontrar el cuerpo de Damian entre la multitud de cuerpos sin vida de hadas, vampiros y hombres lobos. Me impacto ver a una chica en un árbol, con una rama atravesándole el pecho; como si su cuerpo estuviese hecho de gelatina. Mire por encima del hombro de Daniel (Algo realmente dificil, teniendo en cuanta que es mas alto que yo) pero no encontré el cuerpo de Damian. Tal vez se lo habían llevado los otros licantropos o se lo habían comido alguna clase de ser que solo come carne de hombre lobo.

-¿Quieres darte un daño?-Pregunto Daniel, mientras me sujetaba la cara con sus manos.

-Si-Le dije con tranquilidad, aunque muy dentro de mi sabia que mi corazón estaba de los nervios-Pero si lo hacemos juntos.

Aquello pareció sorprenderle. Levanto las cejas con mucha rapidez, pero luego junto sus labios con los mios. El sabor a vainilla que desprendía, comenzaba a no saber a nada, tal vez se me habian destruido las papilas gustativas de algun golpe que me habían dado. Pero lo dudo, es algo que no se pierde asi tan facil. Senti su mano jugar por debajo de mi camisa, mientras yo ponía mi mano sobre su pecho desnudo.

Tomo de mi mano y me condujo hacia el interior de la destruida casa. Había sangre por las paredes y cristales rotos por todos lados. Subimos los escalones de madera, hacia la ducha. Habia algo realmente curioso, la pared de la cual salían los escalones de madera; tenían manchas de sangre como si una mano hubiese estado jugando en ella. Me fije en aquello como si fuese muy importante, los escalones también tenian gotas de sangre; pero Daniel parecía no darse cuenta de eso.

Subimos el ultimo escalones, Daniel me empujo contra la pared de color verde pastel y me comenzo a besar. Sus labios se juntaron en mi cuello un par de veces, mientras yo apretaba los labios y los dedos, intentando contener un grito de placer.

Se agacho un poco y sujeto mis piernas, las levanto en el aire y las puso en su sintura, como solia hacerlo casi siempre. Puse los brazos contra su cuello y las manos sujetaban sus cabellos de color dorado. Le mordí el labio inferior con fuerza, a el parecio no importarle y entonces salio sangre, su labio comenzo a sangra. A ninguno de los dos le importo aquello, a ninguno de los dos nos molesto la presencia de la sangre en aquel acto.

Pense que me estaba volviendo loco, pero eso no fue nada, comparado con el placer inhumano que senti, cuando sus colmillos se clavaron en la parte trasera de mi cuello. Grite, tal vez fue de dolor, pero mi cuerpo lo confundió con placer. Senti un hilo de sangre caer por mi espalda, pero no me importo en absoluto.

Daniel comenzó a caminar, mientras se quitaba el pantalon con una mano y yo me quitaba la camisa. Era curioso como podiamos hacer eso, mientras me sujetaba con una mano y yo intentaba no caerme de su cintura.

Casi desnudos, su cuerpo musculoso se juntaba con el mio y su piel fria me hacia sentir mas vivo que nunca. Mi espalda empujo la puerta del baño, entonces fue cuando todo lo que estaba sintiendo desapareció de golpe.
Daniel me dejo caer de sus brazos, me di un golpe en la cabeza con la pared y quise que mi jodido futuro marido, se fuese a tomar por culo. Pero casi no me importo, cuando la sangre toco mis pies y cuando vi quien estaba allí tirado.

Me puse de pie con mucha rapidez, sentí como el corazón se me activo a miles de latidos por segundo.Dentro de mi,Me alegraba de verle. Me moví con rapidez y llegue hasta donde estaba, toque su cara con las manos. Estaba helado y parecía estar débil.

-Damian!-Le grite mientras le golpeaba la cara.

-Hola,parejita- dijo con una sonrisa en la cara-¿Sabéis una cosa?...Me desangro.

El deseo de Daniel  (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora