Kill

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No entendía nada de lo que estaba pasando, me sentía como un juguete de guardería; pasaba de manos a otras manos, en cuestión de segundos. Me maree incluso cuando Synti, me tomo del cuello con fuerza y casi clavo sus largos, fríos, huesudos y todos los sinónimos que parezcan asquerosos, a mi cuello. Me miro durante unos segundos, en sus ojos se notaba el deseo y la fuerza de voluntad, que estaba ejerciendo sobre si misma. La mire a los ojos, su extraño color, me recordaba a la sangre y el olor que emitía; me recordaba a la tierra mojada.

Mientras yo seguia luchando inútilmente, contra las pálidas manos de Synti. Un hombre apareció entre la multitud, de cabellos completamente blancos, ojos azules y una altura considerable; me recordaba a alguien, pero no estaba en momentos de preguntarme a quien. Se movió con rapidez y llego a mi, toco mi mejilla y luego hablo con fuerza.

-Me parece, que nos hemos metido en un problema, ¿no crees, Sven?

-Alaric, ¡Deja al muchacho!- Grito Sven.

Entonces me di cuenta a quien se parecía aquel hombre, era una copia casi exacta de Sven. Tal vez eran hermanos o simplemente era una versión maligna de mi "suegro". Trague saliva con fuerza, senti que el interior de mi garganta me quemaba y antes de poder dar un ultimo respiro. Synti salto con fuerza, me sentí como un pájaro en ese momento. Un pájaro inofensivo y que no sabe volar. No pude pensar en nada mas, solo sentí mi carne clavándose en la tierra, el aire de mis pulmones saliendo de golpe y mis huesos queriendo hacerse polvo. Mire hacia arriba, los ojos me temblaban y los oidos me pitaban; un maldito sonido que perforaba mi tímpano.

Quise estar muerto. ¿Porque no me matan ya? tal vez, si sea importante para ellos o simplemente quieren mi sangre o incluso algo peor, hacerle la vida imposible a los Dilaurenttis. Synti me miro durante unos segundos y luego vi como algo gigante, peludo y alargado; paso por encima de mi y se llevo a la chica vampiro con el. Solo senti un grito agudo- Un grito que me alivio-El sonido de los cientos de huesos de un cuerpo, rompiéndose en miles de fragmentos y continuación, senti gritos, miles de gritos; que me hicieron doler aun mas la cabeza.

Veia como las hadas, seres que parecian perfectos y brillaban con la luz del sol. Saltaban de arbol en arbol, de rama en rama; sin nisiquiera aparentar dificultad en ello. si se supone que soy medio hada ¿Porque coño no puedo hacer eso?

En medio de los gritos, escuche la voz de Daniel, mi prometido, mas que eso, era ya mi futuro marido y mi futuro asesino. El hombre que me sacaría de la vida mundana y me transportaría a la vida de inmortal; bebedor de sangre y frio. Mientras pensaba en el, apareció, con sus ojos azules brillando y su cara manchada de sangre; tal vez suya, pero como el maldito se regenera como una lagartija, no tenia ninguna herida.

-¿Estas bien, cariño?- me dijo con tono cariñoso.

Estiro sus brazos y me levanto del cuelo. ¡Vale! tenia fuerza, muchísima fuerza y pudo conmigo sin ni siquiera mostrar esfuerzo.

-¿Te parece que estoy bien?!- le respondí casi con un grito.

-Me encanta, como te enfadas por cosas que ni yo te he hecho- Me dio un beso en la frente.

Me sorprendía que estuviese tan tranquilo en aquel ambiente. Estaban matando a la gente que el conocía y parecía no importarle. Parecía que no solo tenia la piel fria, sino también el alma y el corazón eran de hielo. Caminamos por la tierra casi corriendo, salto un cuerpo y cuando vi por encima de su hombro quien era; sentí que me clavaban una daga en el corazón. El chico hada, que habia llegado a la casa de los Dilaurenttis, esta muerto en el suelo y yo no podía hacer nada por ayudarle.

Trague saliva y cerré los ojos, mientras me sujetaba a Daniel con fuerza.  subio un escalon de las escalera que llevaban a la entrada de su gran mansion, destruida. Luego subio otro y cuando quiso subir el tercero, algo nos golpeo e hizo que yo saliera volando. ¡Otra vez un madito pajaro! Tarde unos segundos en caer a el suelo, sentir como las piedras, la tierra y las ramas se clavaban en mi, en mi carne y en mi piel.

El deseo de Daniel  (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora