Bienvenido

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Cuando todo era normal, me gustaba sentarme en una de las muchas cafeterías de la famosa Starbucks y escribir tonterías, veía como las parejas aparentaba ser felices, me sorprendia la facilidad que tenían para aparentar que no tenían problemas y que eran unos malditos humanos,  los cuales no tenían problemas. Luego comprendí que aquella felicidad, seguramente, era causada por alguna clase de droga, primero pensé en la marihuana,pero luego supe que esa droga era el amor. Y resulta que ahora, justamente en este momento de mi vida,  estoy drogado, estoy enamorado de Daniel y no puedo imaginarme un mundo sin el.
Tal vez suene egoísta, pero me alegro que sea humano,  porque de esa manera podremos morir juntos y tal vez,  planear nuestras cortas vidas juntos.
-Daniel-.dije con un grito-Tranquilo! 
Sus ojos habían perdido aquel color extraño, ahora eran más opacos y un poco perdidos en el espacio.  Sus manos eran calientes,  un calor humano que no me gustaba y el cual me parecía confuso.
Intente tranquilizar mi corazón,  intente por los medios suficientes calmarme y poder explicarle lo que había sucedido.
-Daniel, tranquilo-repitió Damián.
Una de las gemelas de acerco con una toalla de color azul,  estiro la mano para ponérsela en la frente y Daniel,  el chico que aparentaba ser educado, estiro la mano y de un movimiento lanzo la toalla a unos cuantos metros de distancia,  al mismo tiempo que gritaba algo que no entendí y sus ojos parecían llenos de confusión.
-Que estamos haciendo aquí? -me pregunto, lavándome sus ojos a los míos con un poco de enfado-Larguemonos de este maldito lugar!
Intento moverse,  intento levantarse con rapidez y no pudo, produjo un sonido de dolor que me dolió a mi también.
-Daniel... -comenzo Damián, pero le detuve con una mirada.
Si Damián le comunicará lo que le había pasado,  lo mas seguro es que mi prometido,el chico que era un vampiro y ahora un simple humano,  intentaría arrancarle la cabeza y Damián, que sigue siendo un lobo de dos metros y ojos hermosos, lo mataría de un mordisco.
-calmate-dije con voz tranquila.
Daniel respiraba con fuerza, parecía que sus pulmones estuviesen a punto de explotar y llegar a su maxima capacidad pulmonar. Me enamoraba su enfado,  su cara de querer romper un hueso o de golpear una pared, pero en este momento,  no me gustaba nada ver sus cejas juntas.
-No me quiero calmar! -grito a todo pulmón, como si todos fuésemos sordos -No entiendo que esta pasando. ¡Me siento raro!  Quiero irme de aquí y comer, necesito sangre o quizás...no se!
Sus ojos siguieron mirándome y entonces me tomo la muñeca con fuerza,  una fuerza con la que nunca me había tomado. Se levantó del sofá e intento moverme con fuerza.  No sabia que estaba pasando, no entendia porque se estaba comportando de aquella manera. Tiro de mi brazo, aunque le costaba caminar y mantenerse en pie,  parecía que la fuerza era lo ultimo que estaba perdiendo.
-Sueltame! -le grite y logre soltarme de su mano.- ¿que crees que estas haciendo?
No había hablado así a Daniel casi nunca, me sentía con poder y con una superioridad extraña. El parecía agitado,  su respiración era fuerte y ruidosa, mientras me miraba con perplejidad,  note que sus labios habían comenzado a tomar color y sus piel era un poco mas coloridas. Entonces comprendí, que era momento de decirle.
-Escuchame-le di dos segundos, lo suficiente para que procesasé lo que le iba a decir-Soy Puede que esto sea muy difícil para ti,  puede que vuelva a marcar un antes y un después en tu vida, puede que...
Yo intente apaciguar el golpe,  intente contarlo con tranquilidad,pero el parecía estar impaciente por saber todo y me grito, de su boca salieron pocas palabras = ve al grano!
Lo suficiente para yo dejar de irme por las ramas y soltar aquella bomba.
-Eres humano.
Me miro un segundo, luego miro a todos los que estaban en la habitación y pareció estar confundido, arrugo las cejas y esbozo una sonrisa, pero no una de esas que muestran felicidad, era una sonrisa que expresaba confusión. Se miró las manos, primero la parte superior y luego las palmas,  suspiro como si estuviese a punto de morir y levanto la cara.
-¿alguien me lo puede explicar?
Aquello salio de su boca con tranquilidad. Pero en realidad no era lo que sentía,  porque lanzo un puñetazo contra la pared de madera gruesa y sonó algo rompiendose  antes no me hubiese preocupado porque sabía que lo roto, no había sido una mano, sino los trozos de madera. Pero en este caso,  lo que se había roto, sin lugar a duda,  eran los tres dedos centrales de la mano de Daniel.
Agito el brazo de arriba a abajo un momento,  su cara de dolor me era confusa,  nunca le había visto hacer una cara de dolor y aquello me confundia. Se dejó caer sobre el sofá t me miro un segundo.
-He vivido unos años como vampiro, he cambiado mi vida y... Ahora... -miro al suelo como si sintiera miedo-ahora soy un maldito humano,  alguien mortal y sin importancia.
-Daniel...
No comprendía nada,  en un momento de nuestras vidas,  de su boca habían salido unas palabras que me decían, lo mucho que el,  ese chico que me enamoro, quería ser un humano normal y pasar su vida conmigo.  Pero ahora,  en este momento, parecía que lo único que le importaba y quería, era volver a ser un ser inmortal y todo poderoso.
-¿que haré ahora?
Damián dio un paso hacia nosotros y respondió.
-Vivir -dijo sin pensar-Ahora puedes ser normal, dejar de esconderte y de tener miedo,  todos los subterráneos deseamos ser normales y tener vida normales.
Daniel le clavo los ojos a Damián y por un momento, no vi odio, no vi desgana por estar junto a Damián.
-Morire, me enfermare, me envejecer...
Por un segundo intente compadecerme, pero no podía, incluso me hacia feliz la idea de que le vería envejecer.  Yo envejecer, yo moriré y el también hará eso,  supongo que no es crueldad, no es egoísmo, supongo que es amor puro.
-Es lo que hace la gente normal,  si ese es el precio por ser normal... -añadio Damián con una sonrisa-No importa nada mas, además... -me miro a mi y sonrio-Podras pasar el resto de tu vida, una vida humana,  junto a la persona que amas.
Daniel se quedo un minuto en silencio y me miro,  me dedico una sonrisa tímida,  se puso en pie y en medio de un suspiro confuso dijo:
-Sera mejor que nos marchamos de aquí.
Mire hacia todos Lo lados, no comprendía lo que quería hacer.  Me estiro la mano y mientras yo me ponía de pie y preguntaba:
-A donde vamos?
El me sujetaba la mano y parecía demasiado decidido, dio un paso hacia delante y en medio de un silencio en el lugar,  dijo:
-A vivir nuestra vida humana.

El deseo de Daniel  (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora