Capítulo 028 ⋆.ೃ࿔*:・
Suigetsu había quedado pasmado con la declaración de cierta joven albina. Al principio no le creyó, pero al ver que Megumi no mostraba ningún indicio de que lo dicho haya sido una broma, cayó en cuenta de que tanto ella como Sasuke no tenían necesidad alguna de aparentar o decir algo que no era cierto.
Suigetsu soltó una pequeña risita y finalmente aclaró su garganta. – Ya que sabemos la otra cara de Daikoku Tenzen ¿No sabrás dónde lo podemos encontrar?
Megumi permaneció en silencio por unos breves segundos intentando hacer memoria y asintió. – Hacia el sur, hay un castillo abandonado en el bosque.
Suigetsu vio como Sasuke empezó a caminar hacia la dirección indicada por la albina y no tardó en seguirlo.
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Suigetsu estaba junto a Megumi viendo como cientos de mercenarios iban a caballo hacia el castillo de Tenzen, lugar al que ellos también acababan de llegar. Se encontraban un poco alejados del castillo, pero lo suficientemente cerca como para enterarse de lo que pasara en la zona.
- ¿Qué está pasando? – Masculló el Kozuki al ver la enorme horda de mercenarios a caballo.
En ese momento apareció Sasuke con actitud calmada, había dicho que saldría a ver por la zona en caso de alguna noticia. – Parece que otro poderoso Clan planea atacar el catillo de Tenzen mañana con un ejército de decenas de miles.
- ¿En serio? – Murmuró Suigetsu con asombro. – Ah como sea. Entre más confundido esté el enemigo, mejor será para mí. No importa la cantidad para un ninja como yo. Me infiltraré esta noche y tomaré la espada de verdugo.
En eso, Sasuke se acerca más a ellos y mira a Suigetsu. - ¿Y si hacemos una apuesta? – Tal propuesta llamó la atención de la joven y más aun de Suigetsu.
- ¿Apuesta? – Repitió Suigetsu como si no hubiera escuchado bien.
Sasuke dejó de verlo y se centró en el castillo frente a ellos. – Para ver quien obtiene primero la espada de verdugo.
Suigetsu sonrió emocionado. - ¡Jamás pensé que tendrías un lado tan juguetón! Hagámoslo, suena divertido.
- Solo hay una regla, no matamos a nadie. – Finalmente, Sasuke se centró en Megumi quien veía al ejército sin interés alguno. – Megumi. – La albina reaccionó a su llamado y dirigió su atención hacia él, mirándolo con curiosidad. – Al final de la competencia, serás tú quien decida qué hacer con los mercenarios. – Megumi asintió y no pudo reaccionar a tiempo cuando tuvo a Sasuke a centímetros de su rostro. – Quiero que esperes aquí. – Susurró en su oído para finalmente desaparecer junto a Suigetsu.
La albina reaccionó poco tiempo después y se hizo en la copa de un árbol para ver como planeaban tomar la espada de verdugo. Vio como Sasuke se hizo en medio de toda la caballería, los mercenarios lo vieron y de una vez se abalanzaron en contra de él, pero en cuestión de segundos él ya había noqueado a todos, dejándolos adoloridos e inconscientes.
A los pocos segundos, miles de flechas fueron lanzadas hacia ellos, pero nuevamente fue Sasuke quien acabó con ellas haciéndolas cenizas con su jutsu de fuego. Suigetsu parecía querer decirle algo, pero el Uchiha ya había desaparecido, dejándolo pasmado.
Una sonrisa apareció en el rostro de Megumi al ver como Sasuke había aparecido al otro lado, sobre un árbol y se había quedado observando a Suigetsu. Se le hacía raro desde un principio que el Uchiha retara a alguien a una competencia solo porque sí. Ahora sabía que él solo quería probar al Kozuki.
Cientos de hombre salieron de los muros del castillo con intenciones de atacar a Suigetsu, quien era el único en el campo. Megumi reconoció que los movimientos y las técnicas de combate cuerpo a cuerpo de Suigetsu eran realmente buenas. poco a poco los hombres empezaron a caer uno por uno de manera inconsciente y en efecto dominó.
Suigetsu logró ingresar al interior de los muros del castillo y se enfrentó a cientos de hombres, acabándolos en pocos minutos, abriéndose paso entre ellos para finalmente colarse al interior del castillo y desapareciendo del campo de visión de la albina quien no pudo disfrutar más del show.
Megumi bajó de la copa del árbol y en cuestión de un segundo, se encontraba en medio del campo de batalla, rodeada por miles de hombres en estado inconsciente. Su mirada se dirigió hacia cierto punto entre los árboles y una sutil sonrisa juguetona apareció en sus labios cuando vio como unos ojos ónix la miraban fijamente.
Sasuke le había pedido que se quedara escondida para que no interfiriera con su plan de poner a prueba a Suigetsu, pero como ella ya había descubierto aquél plan, ya no tenía caso seguir e donde estaba y Sasuke con el simple hecho de que ella supiera la verdad de su plan, no tuvo ningún problema, por el contrario; le gustó.
Megumi mordió su pulgar hasta sacarse sangre y realizó un par de sellos para finalmente tocar el suelo y que una enorme nube de polvo se alzara en el lugar. Poco a poco fue haciéndose visible un enorme lobo albino de apariencia majestuosa.
La joven sonrió con ternura y acarició el pelaje de este. El animal invocado era tan grande que Megumi era del tamaño de una de sus garras, lo que significaba que esta criatura invocada era el jefe de su manada. El lobo se inclinó hacia ella como si estuviera haciendo una reverencia y Megumi sonrió en grande.
- Megumi-sama. – La voz era suave, elegante y fría. Se notaba el respeto que le tenía aquella criatura hacia la joven Gekkō. - ¿En qué puedo servirle?
Megumi pasó sus dedos por el suave pelaje del lobo, brindándole caricias. – Shiro, tengo algunas cosas que hablar contigo, pero primero debo pedirte que traslades a todas estas personas hasta el monte Gassan por un tiempo. Has que no despierten hasta dentro de siete días y antes de que ellos lo hagan te invocaré junto con ellos.
Shiro dejó que Megumi le brindara caricias, pero finalmente los ojos dorados del animal se posaron en cierto chico. - ¿Quién es ese que no deja de mirarla Megumi-sama?
Megumi soltó una risita. – Está conmigo, no te preocupes por él. – Shiro resopló y se puso de pie, mostrándose imponente.
La cola de Shiro fue capaz de amontonar a todos los hombres y de tomarlos como si nada. – Entonces estaré a sus órdenes, Megumi-sama. – Finalmente, el enorme lobo desapareció en una explosión de humo, dejando todo el campo de batalla, libre de mercenarios.
- ¿Cuándo firmaste un contrato con una manda de lobos? – Susurró Sasuke en su oído.
Megumi se sonrojó con rapidez al sentir el cálido aliento del Uchiha sobre su piel, sin embargo, se mostró impasible y no le dio la cara. – No lo sé. Cuando Orochimaru quiso que firmara un contrato de sangre con las serpientes, no funcionó. El contrato de anuló y en lugar de eso invoqué a Shiro; el jefe de la manada del monte Gassan.
Sasuke se hizo frente a Megumi y la miró con seriedad. - ¿No has pensado que está relacionado con Yoko, la Diosa de la luna?
- ¿Con mi madre?... – Murmuró dubitativa. Sasuke no dijo nada, solo permaneció en silencio, observándola. – Quizá... ahora que lo pienso, Shiro siempre mostró veneración ante mí.
- Pregúntale. – Dijo el Uchiha para finalmente desaparecer de su vista.
Pasaron pocos minutos antes de que un derrumbe ocurriera a sus espaldas. Vio como el castillo se hacía polvo y como dos siluetas se acercaban a ella; eran Sasuke y Suigetsu. El Kozuki traía la espada de Verdugo y se reía como si le hicieran cosquillas, mientras tanto, Sasuke se veía tan inmutable como siempre.
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Ice Heart ❊ ⤑ Uchiha Sasuke.
FanficMegumi tiene pocos recuerdos de su infancia antes de ser rescatada por Orochimaru. Pese a ser una joven con una personalidad muy versátil, nunca tuvo algo llamado "Vínculo" Se consideraba a sí misma alguien agradable y centrada en lo que quería, per...