ੈ✩‧₊˚055⋆·˚ ༘ *

421 65 3
                                    

Capítulo 055⋆.ೃ࿔*:・

Oscuridad, no había nada más. Su delicado cuerpo reposaba en el aire sin soporte alguno. Sus manos descansaban unidas sobre su pecho. Sus ojos permanecían cerrados en un profundo sueño, manteniendo la serenidad característica de ella. Su cabello ahora era muchísimo más largo y ondeaba con delicadeza.

Escuchó una voz dulce y serena. Era como un eco que resonaba suavemente dentro de su cabeza, como un susurro que cada vez se hacía más claro. Sintió un suave viento rozar su mejilla. De repente, sus ojos estaban abiertos y brillaban con intensidad dorada. En un instante, ya estaba de pie sobre la nada y frente a ella; una bella mujer de larga cabellera blanca. Piel pálida al igual que la suya. Ojos dorados con un misterioso brillo que les brindaba la ilusión de tener el universo dentro. En sus labios, una dulce sonrisa. Llevaba en su frente, una luna creciente del mismo color de sus ojos.

- Megumi. - Una calidez se extendió sobre su pecho al escuchar aquella melodiosa y dulce voz. Supo quién era.

- Madre...

Yoko ensanchó un poco más su sonrisa y se acercó a su amada hija. Su mano se elevó un poco y la acercó a su bello rostro para así, acariciarle con delicadeza. La apreció con dulzura y nostalgia, era su hija, era tan idéntica a ella. Tan solo tenía diecisiete años, era su pequeña hija con una gran responsabilidad sobre sus hombros.

De un momento a otro, Megumi sintió los brazos de su madre rodearla con cariño. – Lo siento tanto, hija mía. – Megumi estaba pasmada. No se esperaba aquel abrazo, un abrazo que había anhelado por tantos años aun sin saber de quién era hija. Uno que extrañaba sin siquiera haberlo experimentado, pero que, junto a aquellas palabras, le hizo romperse en ese instante. Era su madre.

Los brazos de la joven, también atraparon el cuerpo de su madre en un cálido y ansioso abrazo. Lloró, como un bebé, pero ya no en el alfeizar de una ventana contemplando el cielo estrellado con amargura y ansia en su corazón. Esta vez, lloró en brazos de su madre.

Se dejó ser, lo dejó ir absolutamente todo. Era débil, no lo iba a negar. Aquella coraza se había roto en mil pedazos frente a aquella mujer y había quedado vulnerable. La necesitaba, no era fuerte, solo fingía serlo. Había aguantado tanto y al final había sido compensada con ese momento.

Yoko sintió sus ojos humedecerse al escuchar los sollozos de su hija. Aquel llanto cargado de liberación le dolía como nunca se lo había imaginado. Le había dejado sola y a la deriva, era una pésima madre. Su hija había tenido que morir para poder poner su fe en Naruto y Sasuke; ella había aguantado aquel sufrimiento para que fueran ellos los que pudieran erradicar aquél mal y todo por su culpa.

La había visto, siempre estuvo observándola. Tenía la certeza de que era una joven fuerte y valiente. Su corazón era noble y puro. Siempre se preocupaba por los demás y les protegía de aquellos con perversión y aunque su método era poco ortodoxo, velaba por el bienestar de los demás, dejando el suyo a un lado. Ella era su orgullo.

Megumi se separó levemente de su madre y sintió como luego ella limpió con delicadeza las lágrimas que poco a poco cesaban. – ¿Estás consciente de que ya no serás la misma?

La joven bajó un poco la mirada y asintió. – Lo sé.

- ¿Qué piensas hacer con él?

Entendió a qué se refería por lo que levantó su mirada y la miró con firmeza. – Madre yo realmente lo amo y no podría vivir una eternidad sin él. Quisiera pasar mi vida a su lado y envejecer junto a él mientras tomo su mano, pero sé que el tiempo para mi se pondrá en pausa, mientras que para él, las manecillas del reloj seguirán avanzando...

Ice Heart ❊ ⤑ Uchiha Sasuke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora