CAPÍTULO 11 - PARTE 1 - COVEN: Nuevo miembro en el equipo

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Coven se sentía entre aliviado y precavido por la positiva decisión de Laia de entrar a formar parte de la organización. Ahora tendría que encargarse de comunicárselo al resto de miembros, por lo que decidió reunirlos a todos al día siguiente, en su propio apartamento, después de llevar a Laia a su casa. Llamó también a Herlen, y con él iría Andal. 

—Hola Coven —lo saludó Herlen mientras entraba por la puerta, detrás de Andal.

Con él venía también Demian, uno de sus dos óbitos y su mano derecha en el bufete. Llevaba veintiocho años trabajando con Herlen. Poseía una mente privilegiada para las leyes y la investigación, pero mantenía la apariencia de un precoz estudiante de doctorado. Entró a trabajar en el bufete muy joven, recién licenciado, fichado por el propio Herlen, y desde bien temprano mostró el firme deseo de ser óbito, por lo que, vistas sus capacidades, el abogado aceptó. Coven lo saludó con una inclinación de cabeza.

—Debe ser importante lo que tengas que decir —comentó Andal.

—Lo es —contestó él.

Los condujo hasta la parte alta de su apartamento, donde ya esperaban Semyon, Insomnia y Jules; solo faltaba Ciro, que llegaría en cualquier momento. Los vampiros saludaron a los óbitos con inclinaciones de cabeza, y éstos respondieron de la misma forma. El óbito debía respeto al resto de los vampiros, pero obediencia solo a su creador, como marcaban los Códigos. Algunos se quedaron de pie, mientras que otros se acomodaron en el gran sofá de su salón comedor, o en la mesa del comedor.

—Os he reunido para comunicaros que Laia ha aceptado entrar en la organización —les dijo Coven sin más preámbulos. Herlen y Andal sonrieron de forma leve, pero con miradas llenas de precaución. Jules ni se inmutó y Semyon gruñó conforme, como hacía siempre.

—¡Bien! —exclamó Insomnia. Coven la miró curioso, alzando las cejas—. La chica me gusta —confesó ella con una mirada divertida. Jules soltó una risita y los vampiros la miraron pasmados.

—Pues ya que te entusiasma tanto, supongo que te importará su seguridad —le dijo Coven inquisitivo. Ella asintió—. Y espero que no intentes nada con ella.

—Eso no lo puedo prometer —contestó sin inmutarse. Jules rompió en carcajadas, pero a Coven no le hizo tanta gracia. Sin embargo, decidió no añadir nada más.

—Insomnia, necesitamos que investigues sobre el paradero de un vampiro —interrumpió Herlen—. Tengo a Demian en el asunto. Espero no te importe colaborar.

Insomnia miró a Demian, se estudiaron y parecieron conformes. La unión de esas dos mentes aventajadas podría dar sus frutos en poco tiempo, y celeridad era lo que necesitaban.

—Se trata de Ontames —explicaba Coven—. Está desquiciado y creemos que tiene algo que ver con el pasado de Laia, y como represalia hacia mí por asuntos pendientes del pasado, puede tratar de hacerle daño o reclamarla.

—¿Le crees capaz de transformarla sin el consentimiento de ella? —preguntó Andal.

—Es posible —contestó Coven—. Es uno de los pocos que no respeta los Códigos.

Los óbitos tenían la obligación de seguir las leyes vampíricas como hacían sus creadores, pero había tanto vampiros como óbitos que se las saltaban, no reconociendo autoridad alguna. A los segundos se les podía eliminar, como castigo por el incumplimiento de los Códigos, mientras que, para los primeros, era Hagall el que se encargaba de dictar el castigo. Había vampiros que ya habían probado la ira del adalid.

En ese momento aparecía Ciro, entrando por una de las ventanas

—¿Había alguien? —le preguntó Coven en cuanto hubo entrado.

Negra Sangre I: Elegida (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora