El mes de agosto pasaba, y pesaba. El calor no era excesivo, pero a Laia la llevaba a desear encerrarse en su apartamento con el ventilador y dormir, eligiendo solo las noches para salir. No era vampira, pero se comportaba como tal. Además, la distancia entre Coven y ella parecía hacerse cada vez más insalvable, más profunda y triste. Apenas se dirigían la palabra cuando se veían, que era cuando salían a hacer su trabajo, aunque muchas de las noches era su pareja la que la reclamaba.
Cada vez que sonaba el móvil suspiraba, casi rezando para que no fuera él. Temía que llegara el momento de intimar, que tanto evitaba ella con la excusa de que tenía que trabajar. No quería enfrentarse a eso, no estaba preparada, y sin embargo él lo ansiaba. Se insinuaba y trataba de persuadirla de diferentes formas.
Coven, con su interesada atención, parecía darse cuenta de todo, y eso la enfurecía. Posiblemente la dichosa Insomnia le estaría dando reporte de absolutamente todo lo que hacían y hablaban, porque, como venía siendo costumbre, no la dejaban sola nunca, aunque no se mostraran. Pero no decía nada. Laia deseaba golpearlo, cogerle del cuello de la camisa y espetarle en la cara por qué en ese momento se interesaba tanto por sus sentimientos hacia otro y no de los que sentía hacia él. Era como si los ignorara intencionadamente.
Incluso con la gente que tenía a su alrededor y a pesar de su relación con Thomas, un nuevo vacío crecía en ella, esa conocida sensación de soledad, de no encajar, de no formar parte de nada, de no ser importante para nadie.
A Insomnia apenas la veía, pues no había vuelto a pasar por La Loma. Ciro llevaba tres semanas de episodios de locura demasiado intensos y seguidos, lo que ensombrecía aún más el humor de Coven. Laia no podía recurrir a su amigo y temía cada día más su final. La idea la hacía llorar sin control cuando estaba sola. No habría jamás sustituto para él, y eso era doloroso para todo el equipo. Ese supuesto aire fresco que era Laia en palabras de Ciro, se había tornado insalubre, afectando al humor de todos.
Un día de finales de agosto, después de comer con Thomas, Laia decidió ir a ver a Herlen. El futbolista y ella habían estado cerca del Parque del Cincuentenario y pensó que ver al abogado sería reconfortante.
Decidió ir hacia el despacho de Herlen por su cuenta, y cuando estaba cerca, escuchó una fuerte discusión. La puerta estaba entreabierta. Para su desdicha, o sorpresa, eran Rose y Coven. Le daba remordimiento escuchar conversaciones ajenas, pero ante esa oportunidad no se iría.
—¡Llevo tres años pidiéndotelo! —reclamaba ella, con voz bastante enojada—. No puedes seguir evitándome.
—No lo hago Rose, te he dicho mil veces que no te voy a crear —le contestó Coven. Se lo podía imaginar apoyado contra la mesa de Herlen, de brazos cruzados—. Que lo haga Herlen si tantas ganas tienes, trabajas para él, no para mí.
—Pero yo quiero estar contigo... ¿Y lo que hemos tenido? ¿No significa nada para ti? —casi sollozaba ella.
Laia sintió un latigazo en su estómago, pero no por lo que era una evidencia, sino porque esa misma discusión la había visualizado montones de veces en su cabeza, haciéndole ella la misma petición que le hacía la secretaria en esos momentos.
Entonces entendió los intereses de la chica; eran los mismos que los suyos, aunque desconocía los sentimientos reales de ella por Coven, pero, si llevaban tanto tiempo quedando juntos, ¿quién era ella para interponerse? ¿Cómo había podido ser tan egoísta? ¿Tan ingenua? ¿Tan estúpida? ¿Y si esa chica estaba igual de enamorada? ¿Sería que Coven jugaba con ambas? De pronto sintió compasión por la guapa rubia, mientras un sentimiento de rabia la invadía, y el desprecio por Coven nacía.
—Yo quiero que me crees tú, Coven, quiero estar ligada a ti, ¿qué más da que trabaje para Herlen? No es incompatible —decía ella, le suplicaba. Una bombilla se encendió en la mente de Laia al escucharla.
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Negra Sangre I: Elegida (Completa)
VampiriLIBRO PRIMERO: NEGRA SANGRE Bruselas 2014 Laia no es su verdadero nombre. Su vida es un constante huir de su pasado, y desde el primer momento que inició esa carrera buscando un futuro prometedor, se encontró con un terrible presente, una realidad c...