***ADVERTENCIA***
ESTE CAPÍTULO TIENE CONTENIDO GORE. LEER CON PRECAUCIÓN. RECORDAR AL LECTOR QUE TODO LO DESCRITO ES FICCIÓN.
Dos larguísimas horas después, ambos salían por la puerta del edificio, ella cogida del brazo de él, visiblemente encantados. Coven maldijo de nuevo. Se dirigían andando justo en su dirección, donde él esperaba en la moto. Habían decidido que irían andando hasta el Les Jeux d'Hiver, que estaba a diez minutos.
Pasaron delante de él y ella lo ignoró deliberadamente, mientras que el deportista reparó en su presencia, y al ver que Laia no se paraba, él siguió, con rostro de triunfo. Esos juegos no le gustaban nada en absoluto, porque sabía podían acabar mal, así que se dispuso a no perderlos de vista.
Les Jeux d'Hiver no estaba demasiado lleno a esa hora, pero era julio, y sábado, por lo que se presuponía un lleno esa noche. Coven se posicionó en su reservado con la intención de vigilarlos. Ellos bebían y hablaban, la cosa no iba más allá, por lo que se permitió relajarse levemente.
La hora siguiente estuvieron bailando en un lateral de una de las salas, tan pegados que Coven ardía de celos. Actuaban como si no hubiera nadie a su alrededor, dejándose llevar por el alcohol. Él la sujetaba con lasciva posesión, y ella no parecía incómoda. Empezaron a besarse, primero despacio, y luego con ansia, como si no hubiera un mañana. Coven partió la mesa baja que tenía a su lado de un leve golpe, mientras tensaba la mandíbula. Estaba a un paso de ir a separarlos y estrellar la cabeza del guapo futbolista contra el suelo.
Fue entonces cuando algo llamó su atención peligrosamente.
Coven reparó en un joven, de penetrante mirada, que estaba visiblemente nervioso, en la barra, y observaba de vez en cuando a Laia, pero también a él, y lo supo porque se cruzaron una mirada, lo que provocó que el chico se levantara de golpe. Coven reconocía un óbito a la legua, había creado miles a lo largo de su existencia. Al momento lo adivinó: era la creación de Ontames. Posiblemente solo estaba vigilando, pero esa era su oportunidad de darle caza. Coven no lo dejaría escapar.
Se acordó entonces de Laia y se sintió impotente; indeciso repentinamente, entre dejarla sola en brazos de ese baboso o salir tras una de las amenazas que la perseguían.
Fue tras el óbito mientras veía de reojo a Laia y su pareja. Éste empezaba a bajar la mano peligrosamente en dirección a la parte baja de la falda de la joven. "Maldita sea" pensó. En fugaz movimiento pasó al lado de ambos y los empujó, con demasiada fuerza para su gusto, pero no pudo evitarlo, y fue tras el óbito mientras llamaba por teléfono a Semyon para que entrara a por la joven, sin volverse para ver cómo estaban. Había evitado por lo menos que el futbolista metiera la mano donde no correspondía. Ese lugar de Laia estaba prohibido para él.
Cuando salió al exterior y dejó atrás el local, recurrió a sus sentidos y su instinto de vampiro para tratar de localizar al óbito. No le había dejado tanto tiempo como para perderlo de vista. Algo se movía en dirección sur, a toda velocidad.
Tensó los músculos, inflamándolos y comenzó a correr a velocidad imposible siguiendo ese rastro, sin perderlo, esa era su oportunidad. Su vertiginosa persecución no le impedía esquivar los árboles que trataban de interceptarlo, oscuros y siniestros. Corría y corría, cada vez más cerca de su presa, ya casi la olía, le pisaba los talones, sentía su miedo.
Temía que el óbito saliera a la ciudad, pues sería peligroso ser vistos, pero debía de tener esto en cuenta porque no se salió de la espesura del bosque que se unía a Bois de la Cambre, y siguió corriendo en dirección a los bosques del sur de Bruselas, el muy ingenuo. Iba directo a la muerte, pensando que el bosque podría ser un buen sitio para despistar a quien no se puede engañar.
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Negra Sangre I: Elegida (Completa)
VampirLIBRO PRIMERO: NEGRA SANGRE Bruselas 2014 Laia no es su verdadero nombre. Su vida es un constante huir de su pasado, y desde el primer momento que inició esa carrera buscando un futuro prometedor, se encontró con un terrible presente, una realidad c...