CAPÍTULO 17 - PARTE 1 - COVEN: Valor para contarlo

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La noche de negocios se había dado bien en Colonia, con ajuste de cuentas productiva y nuevas ventas. Semyon y Ciro se habían deshecho de la furgoneta llena de cadáveres sin contratiempos, mientras él había aprovechado para visitar a un cliente habitual. Después de los negocios, volvió a Bruselas en su moto, pues apenas se encontraba a dos horas, llegando a Watermael antes de las siete de la mañana. Cuando entró en La Loma, Jules no estaba e Insomnia seguía trabajando en su buhardilla. Le dio reporte de cómo se había dado la noche, sin contratiempos, y bajó de nuevo para buscar a Laia.

Laia dormía en una de las habitaciones. Se movió ligeramente, sin cambiar de posición. Él la observó sumido en pensamientos sobre todo lo que estaba ocurriendo y que tenía como foco central a la mujer que vigilaba en ese momento, y entonces, se percató de que llevaba una hora observándola.

Sonó su teléfono en ese momento, un mensaje de Herlen. Al parecer, Olema y Amuntares, junto con Minte y Zoser, se iban a reunir en el despacho; Andal también. Hagall había ordenado introducir en los anales de su raza el altercado de Copenhague y era imprescindible que Coven y Laia fueran.

Coven bufó ante la idea de tener que obedecer otra orden de Hagall, hasta el punto de plantearse no ir, sin embargo, era una oportunidad para Laia de conocer nuevos miembros de su raza. Lo que Coven no entendía era por qué estaban Minte y Zoser, y no tenía buenos presentimientos sobre esto. El mal humor lo apresó sin poder evitarlo.

Abrió las cortinas de la habitación de Laia con rapidez, dejando entrar la luz de la mañana que regó la cara de la joven con un brillo molesto, a lo que ella respondió con un gruñido, abrió un ojo, lo miró, y sin fuerzas lanzó el almohadón que abrazaba en un intento por darle a él en la cara, pero el proyectil cayó patético a sus pies. Lo agarró y se lo lanzó de vuelta, con demasiada fuerza. Al momento lo lamentó, pero no se disculpó.

—¡Animal! —respondió ella irguiéndose de golpe y frotándose la cara, ligeramente enrojecida.

—Así te levantas rápido.

—Ya lo iba a hacer de todas formas —se defendió ella mientras salía de la cama, vestida solo con la ropa interior y una camiseta de tirantes.

—Tenemos que ir al despacho de Herlen esta mañana —decía mientras ella se vestía—. Hoy vas a conocer a Olema, Minte, Zoser y Amuntares. También estará Andal.

—Qué bien, voy a ser de nuevo la atracción —dijo con afinada intuición, lanzando uno de sus habituales dardos mañaneros.

Cuando entraron en Wampira Abogados, Rose, la despampanante y estirada secretaria, estaba en la recepción. Cuando vio a Coven, puso una gran sonrisa, seductora y atrevida.

—Hola Coven —lo saludó casi ronroneando, mientras ignoraba, como siempre, a Laia.

—Hola Rose.

—Llegas pronto. Herlen está reunido, y el resto aún no ha llegado, pero puedes esperar en su despacho —le informó la joven.

—Muy bien.

—Voy a aprovechar para ir al baño —señaló Laia mientras se dirigía allí.

Coven fue al despacho sin más, para esperar, y no llevaba ni dos minutos cuando entró Rose. La miró esperando que le dijera algo sobre Herlen, pero ella se dirigió hacia él, con un contoneo de caderas bastante explícito, y una sonrisa llena de intenciones.

La chica hacía tres años que coqueteaba con él, rogándole que la transformara, loca por entrar a formar parte de su grupo, pero él no quería ni oír hablar de ello. Trabajaba con Herlen, y, en cualquier caso, le correspondía a él crearla, sin embargo, por lo que Herlen le había confirmado, a él no se lo había pedido.

Negra Sangre I: Elegida (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora