CAPÍTULO 11

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Ya eran las dos de la tarde. Había dormido fatal así que estaba muy cansada. Si de normal no me solía apetecer ir a la playa ahora aún menos.

Blake nos recogería en una media hora y justo acabábamos de terminar de comer así que aún no me había cambiado.

Me probé todos los bikinis que había traído pero ninguno me convencía, estaba muy nerviosa y no sabía por qué. Las palabras de Gina antes de ir a dormir todavía sonaban en mi cabeza. ¿Conocer mejor a Blake? ¿Le había gustado? Mierda, tenía que dejar de darle vueltas al asunto o me iba a volver loca. Igualmente, yo no estaba preparada para salir con nadie y ojitos curio... O sea Blake, solo me interesaba como amigo así que... Finalmente me decidí por el bikini rojo. Era el que más me favorecía y con el que más cómoda me sentía. Me preparé una bolsa con la toalla, la crema solar y las demás cosas que necesitaba. Cogí también unas cartas para jugar, nunca están de más.

Gina salió del baño ya preparada y me dijo que bajáramos a la entrada de la casa, ya que Blake nos estaba esperando allí.

Justo cuando bajábamos nos encontramos con mis hermanos y nos preguntaron si podían venir con nosotras. Estaba pensando en la manera más educada posible para decirles que ni en sueños cuando Gina les dijo que sí, que ningún problema. Ya llevaban el bañador puesto porque iban a bañarse a la piscina así que ya nos podíamos ir.

Estupendo, si no me gustaba ir a la playa tenía menos ganas aún si venían los idiotas de mis hermanos.

Blake nos estaba esperando fuera. Venía con un jeep de color rojo que combinaba a la perfección con mi bikini. Lástima que llevaba un vestido puesto y no se podía apreciar la perfecta combinación.

Mis hermanos se sentaron en la parte de detrás y yo hice ademán de sentarme junto a ellos cuando la lista de mi prima me quitó el sitio. No tuve más remedio que sentarme en el asiento de delante junto a Blake. Por una parte estaba feliz, ya que no tendría que hablar con los tontos de atrás pero por otra parte estaba enfadada con Gina. Me la acababa de jugar y yo ni siquiera me lo esperaba.

Blake sonrió cuando me vio entrar, noté que me repasaba con la mirada. La verdad es que no estoy muy segura porque llevaba unas gafas de sol puestas que le quedaban muy bien pero mis instintos me decían que me miraba, o eso quería pensar.

Vestía una camiseta de tirantes que dejaba al descubierto unos brazos muy morenos del sol, musculosos y con un pequeño tatuaje con una especie de fuente o algo así. Supongo que tendría algún significado especial para él pero no quise preguntar.

-¿Alguien me va a contar quiénes son los dos chicos que se acaban de subir en mi coche? -nos preguntó Blake. Cierto, estábamos todos como si nada pero aún no los habíamos presentado.

-Ahh si, lo siento ¿Te molesta que vengan los hermanos de Lily? Nos acaban de preguntar si podían acompañarnos y he supuesto que no te molestaría -contestó Gina. Crucé los dedos para que los echara del coche pero no funcionó.

-Ningún problema -dijo él, amablemente.

-Pues a mi si me molesta -intervine yo-. ¿Qué os costaba quedaros en la piscina? -les dije a mis hermanos.

-Nosotros también te queremos Lily -dijeron los dos a la vez-. Si no vais a notar que estamos, no vamos a salir del agua. Por cierto, gracias por dejarnos venir --le agradecieron a Blake. Tan educadamente que me hicieron quedar mal. Lo del agua era verdad. Cuando íbamos a la playa actuaban como dos niños pequeños que nunca antes se habían bañado en el mar.

Blake arrancó el coche y encendió la radio. Estaba sonando una canción de Justin Bieber y me hizo gracia ver que se sabía la letra. Estaba moviendo los labios sin emitir sonido alguno y creo que me quedé demasiado tiempo mirándolos, porque se dio cuenta y los cerró. Todo era culpa de ese estúpido lunar que me provocaba tanta ternura, y suerte que llevaba los ojos cuberitos con gafas de sol porqué si no...

Pequeñas coincidenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora