CAPÍTULO 19

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—¿Por qué no me dejaste contarles lo del coche? Tampoco fué para tanto, era tu primera vez conduciendo sola… —-decía Day, aunque yo no iba a cambiar de opinión.

—Ya me estoy arrepintiendo de habertelo contado a ti así que dejemos el tema —Le di un sorbo a mi café y seguí escuchando lo que me estaba diciendo.

—¿Cómo fué anoche? —me preguntó. Ya se me estaba haciendo raro que tardara tanto en sacar el tema.

—Fué bien. Cené una sopa riquísima que tenía como unas mini verduritas…

—Me alegro por ti pero sabes que no me refería a esto… —me paró en tono cortante. —Sin ofender ¿eh?

—Tranquila, si tu nunca ofendes… —contesté, irónicamente—. Nos lo pasamos bien. Nos presentó a unos amigos de surf y estuvimos hablando y bailando un rato. 

—¿Y cómo está Gina? —me preguntó.

—Pues hablando de ella… Blake le presentó a un amigo muy mono y creo que se llevaron bastante bien. No se separaron en toda la noche.

—¿Amigo o algo más? —me interrogó. 

—Yo qué sé, supongo que amigos, si se conocieron ayer…

—¿Y tuvieron esa química? ¿Intercambiaron miradas como hizo con mi hermano? 

—¡Y yo que sé! Pero qué más da, si tu hermano tiene novia. ¿O lo han dejado? —pregunté, terminando de beber mi café.

—A ver, técnicamente siguen juntos pero el otro día tuvieron una discusión bastante heavy así que no creo que aguanten juntos mucho más tiempo.

—Y qué pena te daría ¿verdad? —Ironicé yo. Aunque no me prestó la mínima atención y siguió hablando.

—Bueno, tu mantenme informada y yo ya te iré contando como avanza su relación. No podemos echar a perder esa tensión que hay entre ellos… —murmuró, sonriendo pícaramente.

—Eres una entrometida. ¿Lo sabes verdad? 

—Prefiero pensar que soy más como una ayudadora de parejas —se definió, haciendo caso omiso de mis palabras—. Una celestina…

—¿Ayudadora? ¿Eso existe? —pregunté—. Bueno da igual, dejemoslo….

—Ahh, por cierto. El jueves de la semana que viene es tu cumpleaños —recordó, como si yo no lo supiera.

—Si, ¿Y? —cuestioné, descolocada.

—Pues que vas a venir ¿no? No me digas que vamos a tener que ir nosotras a Santa Barbara… —dijo, haciéndome pensar.

—Supongo que tendré que ir… Lo voy a hablar con mis padres y te digo algo.

—Está bien pero no tardes mucho en avisarnos… ¡Adióoos Lilsss! 

—Te quierooo —dije  antes de colgar.

Bajé al comedor para limpiar mis platos del desayuno cuando encontré a mi madre vestida de deporte. Me dijo que iba a andar un rato así que me ofrecí a acompañarla. Así le podría comentar lo de mi cumpleaños.

Subí a vestirme enseguida y me reuní en la puerta con mi madre y mi abuela, que también se había apuntado a última hora. 

Sin planearlo nos encaminamos hasta Inspiration Point, alias mi nuevo mirador favorito. No había vuelto a subir desde la primera vez que vine, cuando conocí a Blake. Fué cuando llegamos al camino de los dos cruces cuando más me acordé de él.

—¿Entonces es a la derecha o a la izquierda? —Preguntaba mi abuela por segunda vez perdiendo la paciencia.

—Esperate un momento que ya casi lo tengo —le respondí yo, aunque no tenía ni idea de que cruce era el correcto. Creo que la primera vez que estuve por aquí me fijé más en la persona que me guió el camino correcto que en el camino en sí así que….

Pequeñas coincidenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora