CAPÍTULO 44

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You'll see me in hindsight

Tangled up with you all night.

-¿Estás despierta? -susurró una voz ronca a mi lado.

-Puede -le contesté yo de vuelta, girandome para quedar de cara a él.

Eran como las tres de la madrugada y aún no había conseguido dormirme. Blake tampoco al parecer. Después de todo lo que nos habíamos dicho esa noche era imposible hacerlo.

El silencio de la habitación estaba roto solo por el suave golpeteo de la lluvia en las ventanas, creando un patrón casi hipnótico, y por nuestras agitadas respiraciones. Blake y yo nos mirábamos en la penumbra, conscientes de la cercanía que había entre nuestros cuerpos, de la electricidad en el aire. La tensión que había dominado la noche ahora parecía transformarse en algo diferente, algo mucho más íntimo, algo mucho más ardiente.

-No puedo dejar de pensar en ti -murmuró Blake, su voz cargada de anhelo, de anticipación, de certeza, y apenas un susurro en la oscuridad.

Sentí un escalofrío recorrerme desde la cabeza hasta los pies. Esas palabras... Esas puñeteras palabras se me grabaron a fuego en el fondo del cerebro. Oírlo decir eso me despertó sensaciones que llevaba tiempo intentando reprimir, y que en el día de hoy no habían dejado de luchar para salir. Cuando lo vi dándole el biberón a Candy, o cuando salió de la ducha...Ese tipo de sensaciones.

Sus palabras fueron el detonante que tanto necesitaba oír, y esos ojos clavados en los míos... Nuestras miradas hablaron por sí solas.

Nos acercamos el uno al otro lentamente, como si temiésemos romper el hechizo que se había formado en la habitación, como si temieramos romper esa amistad que hacía poco que habíamos recuperado. Podía sentir su aliento en mi piel, cálido y lleno de emoción.

No pude contenerme.

Mi mano desobedeció todos mis impulsos racionales y se acercó a su cara. Mis dedos rozaron suavemente su mejilla, trazando un camino hacia su mandíbula mientras él cerraba los ojos, disfrutando de ese contacto y emitía un jadeo que me subía las pulsaciones.

-No me creo que esto sea real -susurré, mi voz temblorosa mientras nuestras respiraciones se mezclaban.

-No sabes la de veces que he querido que pasara esto -respondió Blake, esbozando su ya clásica sonrisa ladeada mientras me colocaba el pelo detrás de la oreja-. Y no sabes la de veces que he querido hacerte esto.

El poco autocontrol que quedaba entre nosotros desapareció cuando, en un segundo, me atrajo hacia su cuerpo y unió nuestros labios en un apasionado e intenso beso. Sus manos se deslizaron por mi espalda, atrayéndome hacia él, y no pude evitar gemir suavemente contra su boca cuando quedé sentada sobre su regazo.

-¿Acabas de besarme? -pregunté incrédula, separando prudentemente mi cuerpo a unos centímetros del suyo.

-Tenía pensado seguir haciéndolo, así que si me permites-. De nuevo acortó la distancia entre nuestros labios pero lo volví a detener. ¿Que se suponía que estaba pasando? ¿Por qué ese gesto me estaba afectando tanto?

-¿Qué significa esto? ¿Qué demonios...

-Puedes dejar de hablar de una vez, algunos estamos intentando hacer cosas de provecho.

Esta vez cuando me agarró de la nuca y profundizó el beso no osé apartarme. Fué raro al principio. Pero raro para bien, es decir... Aunque ya nos conocíamos en muchos aspectos, este era un terreno totalmente desconocido para ambos así que el deseo de explorar y descubrir cada rincón del otro y todo lo que nos gustaba más o nos hacía disfrutar fué lo que nos mantuvo ocupados buena parte de la noche. Ambos estábamos atentos a cada detalle, cada gesto o sensación que nos provocabamos el uno al otro y esa conexión no pudo ser mejor. La confianza que había entre nosotros nos permitió entregarnos al máximo y ninguno dudó en ningún momento que eso no fuera lo correcto.

Pequeñas coincidenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora