Primer día de julio y ya llevábamos una semana en Santa Barbara después del mini viaje express a San Francisco. No había vuelto a hablar con Stan desde lo del beso. ¿Tan tonta había sido como para que pasase? Le había hecho mucho daño a Stan, seguramente seguiría muy enfadado conmigo por lo que le hice pero no toda la culpa era mía así que no iba a ser yo quién lo llamara.
Sí que había vuelto a hablar con Blake. Finalmente decidí que no debería tener esos sentimientos de culpa porqué no había hecho nada malo así que lo llamé hace unos cuatro o cinco días. Es verdad que omití el desliz que tuve con Stan, pero tampoco le había hablado de él así que...
Gina seguía triste por lo de David, aunque ella no lo quisiera aceptar y Daisy seguía sin contarme de qué habló con Blake durante su conversación en la playa. Hoy Gina y yo habíamos vuelto a quedar con él así que si surgía el tema, se lo iba a preguntar.
-Gina, Blake nos viene a buscar en diez minutos. ¿Estás lista? -pregunté, terminando de peinarme.
-No voy a ir, tengo muchísimo dolor de cabeza -contestó, poniéndose una mano en la frente para acentuar más lo mucho que le dolía. Que exagerada.
-¿Y pensabas avisarme? -pregunté, sentándome a su lado y haciéndole un masaje para ver si mejoraba-. Ahora llamo a Blake y le digo de suspender la cena.
-Ya he hablado yo con él -dijo, sonriendo. De pronto caí en que algo no iba bien, conocía demasiado esa sonrisa como para saber que tenía algo entre manos.
-¿Entonces qué quieres hacer? ¿Miramos alguna película o prefieres estar sola? -murmuré cambiando de tema.
-Si eso ya miro yo la película porqué tu te vas a cenar con él -soltó de golpe. Y aquí estaba el plan de mi prima.
-¿QUE? - pregunté, sorprendida.
-Pues eso, que vais a cenar los dos. Cuando le he llamado me ha preguntado si el plan seguía en pie contigo y le he dicho que sí -aclaró, dando un bote en la cama y olvidando por completo su grandioso dolor de cabeza.
Me empezaron a sudar las manos, eso me pasaba cuando estaba nerviosa. Negué con la cabeza.
-Vuelve a llamarlo y dile que suspendemos el plan. No puedo dejarte sola si estás enferma... -intenté convencerla, aunque estaba claro que no iba a funcionar.
-Ni de coña chica -soltó, sin darme opción a replicar-. El pobre ya estará a punto de llegar así que termina de vestirte y pasatelo bien. Viven más de veinte personas en esta casa así que alguien me cuidará.
Vaya encerrona me acababa de hacer. Aún no le había contado nada de lo que pasó con Stan en el viaje ni que estuve evitando a Blake esos días así que no se imaginaba lo incómoda que sería la cena de hoy.
Eran las nueve cuando me subí al jeep rojo. Blake tenía la radio encendida pero yo no conocía la canción que estaba sonando. Me saludó y me preguntó dónde quería ir a cenar.
-¿Que habíais hablado tú y Gina? -pregunté, con intención de seguir con el plan que hubieran decidido.
-La verdad es que quedamos en cenar en mi casa pero si prefieres ir a un restaurante... -me explicó, dándome a elegir.
-Mejor un restaurante -propuse, terminando con mi idea de hacer lo que habían planeado-. Así me enseñas algún sitio con buena comida de por aquí -sugerí, aunque el motivo real por el que había elegido un restaurante era para no tener que estar a solas con él en su casa. Demasiado incómodo, éramos amigos pero no había tanta confianza.
-Muy bien. Que prefieres, pasta, pizza, sushi, hamburguesas... -sugirió, dándome opciones para escoger. De nuevo me dejaba escoger, qué mono. Y que guapo que iba hoy. Llevaba una camisa desabotonada con una camiseta blanca debajo y unos pantalones rotos que le quedaban especialmente bien. No es que me hubiera fijado expresamente en su ropa ni nada pero cuando alguien va guapo una se tiene que fijar...
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Pequeñas coincidencias
Novela JuvenilUna chica destinada a pasar el verano con su familia, alejada de su ciudad y sus amigos. Un chico con un pasado difícil pero con buen corazón. Una serie de pequeñas coincidencias hará que se conozcan. ¿Que les deparara todo un verano juntos?