Capitulo 4

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Narrador omniscente:

Ya habian terminado todas las clases, Sabrina se tenia que cambiar gracias a que iria a tomar un cafe a hogsmeade con Pansy, Draco y Blaise.

La pelinegra decide ponerse un vestido rojo que le llega a la mitad del muslo y sandalias, cambia el liston verde con el que tenia recogido su cabello por uno rojo, se pone un collar en forma de corazón que le habían obsequiado y vuelve a aplicar su labial rojo para estar lista.

Toma su libro de Astronomia para dirigirse a la sala comun a esperar a sus amigos, mientras espera decide ponerse a leer.

Asi pasa unos minutos hasta que Tom Riddle entra como siempre a pasos rapidos a la sala comun.

El chico se queda de pie detallando a la pelinegra, su vestimenta no era nada casual, Tom podria asegurar que saldria, a Tom le costaba admitir que la pelinegra no se veia tan desagradable, el color rojo resaltaba con su tono de piel y cabello. Tambien noto que su vestido era bastante corto, dejando ver demas la piel de su muslo.

¿Tan solo llevaba un dia en hogwart y ya tenia una cita?

—¿Se te perdio algo Riddle?—Habla Sabrina sacandolo de sus pensamientos, la pelinegra nisiquiera quito su mirada del libro para hablarle.

—No, ¿Saldra hoy?

Tom se reprendio internamente, a el no le importaba si Sabrina saldria o no.

La pelinegra deja su libro en su regazo para que su mirada verdosa se encotrara con la azulada de el.

—Si.

—¿Cuando haremos el trabajo de Astronomia?

—Cuando quieras Riddle.—Dice la pelinegra para encojerse de hombros.

—Hoy.

—Tom, hoy saldre.—Dice la chica observandolo seria.—Ademas tenemos una semana.

—¿Tom?—Vuelve a hablar Sabrina.

El de ojos azules por fin sale de sus pensamientos. Así que decide sentarse al lado de la chica.

Era un idiota ¿Que le estaba pasando?

—Mañana estaria bien, me gusta hacer los trabajos con tiempo por si surge algun inconveniente—Habla el pelinegro serio.

—Me parece perfecto. Entonces mañana sere toda para ti Riddle.—Dice la pelinegra para guiñarle un ojo.

Tom en cambio solo le da una mirada fria, claro estaba para el que la pelinegra hacia todo para fastidiarlo.

—¡Sabrina!—Dice Pansy acercandose a Sabrina con una sonrisa en su rostro.—¡Estas preciosa! vas a conquistar a todos.

—No esta en mis planes conquistar a alguien pero gracias. ¿Y los demas?

—Ya vienen, dicen que tienen que estar bien para sus "Nenas"

Sabrina sonrie para negar con su cabeza, al llegar los chicos esta se pone de pie y la atencion de Tom se dirige a los muslos de Sabrina.

—Bueno, vamonos.—Dice Draco con una sonrisa en su rostro.—¿Vendrás con nosotros Tom?

—No, ese tipos de planes para mi son una pérdida de tiempo.

—Bueno, eso eres tu.—Responde Pansy.—Adios, espero que disfrutes con tus libros.

—Oye, con los libros no.—Dice Sabrina señalandola con su dedo indice.

Pansy solo levanta sus manos para reir.

—Ya vamonos.—Habla Draco para salir de la sala común.

Todos lo siguen, Sabrina iba tras ellos pero rápidamente se devuelve, flexiona sus rodillas y se inclina levemente para poner su mano en la rodilla de Tom, dejando sus rostros un poco cerca.

—Puedes leer mi libro de Astronomia.—Dice la pelinegra para inclinar levemente su cabeza mostrándole el libro que estaba en el sillón de al lado.—Estoy segura que te ayudará con tu promedio.

La chica le guiña un ojo para salir de la sala común.

El comportamiento de Sabrina confundía mucho a Tom.

¿Tendria el libro información falsa para hacerlo perder Astronomia?

El estaba seguro que ella finjia, Sabrina Black no era una persona dulce y mucho menos amable.

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Los chicos ya se encontraban en una cafetería.

—No puedo creer como les puede gustar el café sin azúcar.—Dice Pansy  bebiendo su café, el cual seguramente tenía más de tres cucharadas de azúcar.

—Que quieras que te de un coma diabetico no es culpa de nosotros.—Responde Sabrina encogiendose de hombros.

Pansy le saca el dedo de el medio a Sabrina para reir.

—Solo es un poco de azúcar

—¡Tienen donas!—Menciona Draco con emoción para dirigirse hacia la vitrina en la cual estaban estas.—¿Quieres una Sabrina?

La pelinegra asiente con una sonrisa en su rostro.

—Somos cuatro, por cierto.—Habla Blaise observando serio al rubio.

—Exacto, no vino solo Sabrina.—Apoya Pansy a Blaise.

Draco asiente con una mueca de fastidio.

—Señorita, deme cuatro donas.—Le dice el rubio a la chica que atiende.

Pansy y Blaise chocan los cinco con una sonrisa en su rostro.

Draco llega a la mesa con las cuatro donas en una canasta.

—Gracias Draquito.—Dice Sabrina en tono burlesco para tomar una dona de chocolate.

—No me llames "Draquito" Suena como niño pequeño.—Dice el rubio con una mueca de asco.

—¡Sabrina yo quiero la dona de chocolate!—Reclama Blaise.

—Ya es mía.—Le responde Sabrina observandolo desafiante.

—No me mires así, aveces se te sale lo Grindelwald.

Sabrina no puede evitar soltar carcajada gracias a las palabras de Blaise.

—Por eso no te metas conmigo, soy peligrosa.

La risa de los chicos resuena por toda la cafetería.

La risa de los chicos resuena por toda la cafetería

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El corazón enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora