Capitulo 36

324 34 0
                                    

Narrador omnisciente:

Sabrina se encontraba corriendo con todas sus fuerzas por el pasillo, gritaba y reía a la vez, en ese momento Mattheo la toma de sus piernas para echarsela al hombro, cargandola como un saco de papas. Ella reía y patealaba sin parar.

—¡Mattheo! ¡Bajame malditasea!

El chico solo daba vueltas con ella aún en su hombro.

—¡Me estoy mareando! ¡Mattheo bajame!

Al escuchar la queja de la chica Mattheo opta por hacerla enredar las piernas en su cintura y poner las manos de la chica en sus hombros.

—Ay por Merlin, siento el cafe en la garganta.

—Perdoname.

La chica habia estado escapando de menor de los Riddle gracias a una apuesta, si el la alcanzaba podria hacerle cosquillas a la chica, si ella lograba escabullirse, ella seria quien le haria cosquillas al chico.

La verdad era que aveces se aburrian, y de vez en cuando no les venia mal soltar una que otra risa, teniendo en cuenta que se encontraban sumidos en una jodida situación que siempre los atormentaba.

—Te dare otra oportunidad, la proxima no te salvaras, ¿Okey?

—Bien.

Con ayuda de Mattheo Sabrina baja de sus hombros; El chico se va en dirección contraria a la que esta Sabrina.

Esta no desaprovecha la oportunidad para empezar a correr, pero una manos fuertes se aferran a su cintura para obligarla a entrar a un cuarto.

Al reconocer a Tom todo el miedo que se habia apoderado de su cuerpo desaparece, logrando respirar de nuevo con normalidad.

—Maldición, me asustaste.—Le dice esta con un pequeños hilo de voz mientras se lleva una mano al pecho.

—Lo lamento.—Se disculpa el chico.—¿Puedo saber que hacia con Mattheo?

—Amh si, estabamos jugando.

—Ah...Claro, jugando.

Ella asiente. 

Sabrina y Tom podian tener una relación, podian conocerse perfectamente el uno al otro, pero esto nunca quitaria la tensión que habia entre ellos.

—Me parece maravilloso, pero entonces, es momento de que tu y yo juguemos ¿No crees?

Ella asiente mientras se remoja sus labios, ansiosa por el juego que Tom estaba por proponer.

Ambos se complementaban, Tom queria hacerle de todo a su chica, y Sabrina estaba dispuesta a que su chico le hiciera todo lo que quisiera.

Los nudillos frios de el acarician las mejilla ahora ardiente de ella gracias al tacto y cercania de el.

—El primero que bese al otro perdera, y permitira que le haga todo lo que el otro desee.

Sabrina ni siquiera lo penso.

—Acepto.

Y sin pensarlo ni un segundo la chica se abalanza hacia los labios de Tom, dejando al chico durante varios segundos algo anonado.

Ella se separa de los labios de el para despues hablar.

—Perdí.—Dice sonriente.

Tom niega divertido para pasar a voltear a la chica, peg—ando su cuerpo a la espalda baja de ella.

—Ahora podre hacerte todo lo que quiera ¿Verdad Sabrina?

Ella asiente para empinar su trasero, logrando que roce justo el lugar que ella queria. Tom se aferra a la cintura de ella para pegar sus labios al lobulo de la oreja de ella.

El corazón enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora