𝗦𝗛𝗘 | ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄ [𝐏𝐀𝐔𝐒𝐀𝐃𝐀]

𝟑𝟑

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Recostada en mi cama junto a Matías, el silencio cómplice entre nosotros se veía interrumpido por nuestras risas compartidas. Describía con detalle la situación peculiar con Enzo, esa solicitud de ayuda para algo tan trivial como el funcionamiento de un lavarropas, una excusa tan evidente que incluso Matías se sumía en risas.

Entre carcajadas, le explicaba cómo Enzo, a pesar de sus habilidades dignas de un dios con la colada, me pedía orientación. Matías, entre risotadas, no escatimaba en sus comentarios sobre la genialidad malgastada de Enzo. Sin embargo, sus palabras posteriores generaron un cambio brusco en el ambiente.

"Debe estar muy enojado porque no seguí sus indicaciones", soltó Matías, provocando que me incorporara en la cama, con los ojos abiertos de par en par. ¿Indicaciones de qué se trataban? ¿Qué instrucciones podría haber dado Enzo y por qué él debería seguirlas? La confusión se instaló en mi mente, y la curiosidad me impulsaba a descifrar el enigma de esas misteriosas directrices.

¿Qué tipo de indicaciones les podría haber dado Enzo? ¿Eran instrucciones personales o estaban vinculadas con algo más profundo? Mientras mis risas confusas continuaban llenando la habitación, me sumía aún más en un torbellino de pensamientos, tratando de desentrañar el papel que yo jugaba en esta trama desconcertante.

Entre risas compartidas, la intriga se convertía en el hilo conductor de nuestra conversación, creando un escenario donde cada detalle parecía más enigmático que el anterior.

—Espera Matías, estoy tratando de hacerme la boluda, pero ¿cómo qué indicaciones?— Trato de no lucir histérica.

—Y sí, él nos amenazo a todos para que ni siquiera te respiremos cerca, y bueno, él único con huevos acá soy yo.— Dice para después correr el mechón de cabello que cubría mi cuello y dejar un húmedo beso en el.

Al sentir su beso sobre mi cuello, una cascada de sensaciones inundó mi ser. No entendía completamente por qué él había tomado esa iniciativa, pero aquel gesto había desatado un torbellino de emociones dentro de mí.