𝗦𝗛𝗘 | ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄ [𝐏𝐀𝐔𝐒𝐀𝐃𝐀]

𝟓𝟔

𝐵𝑎𝑐𝑘 𝑤𝑖𝑡ℎ 𝐹𝑙𝑜𝑟'𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑝𝑒𝑐𝑡𝑖𝑣𝑒

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Me encontraba recostada en la cama, con la mirada perdida en un punto fijo de la blanca habitación. Mi madre se sentaba a mi lado, aferrando mi mano con preocupación, mientras Enzo y Matías ocupaban el otro extremo de la habitación, observándome en silencio. Todavía no entendía qué hacían ellos dos aquí.

No podía soportar mirar a Matías a los ojos. No después de lo que pasó. No después de ese encuentro fatídico con el auto rojo, un Chevrolet que ahora se me aparecía en flashes, como un espectro ominoso en mis pensamientos.

Todo era perfecto antes de ese auto. Pero ese golpe, ese repentino desmayo, revivió recuerdos confusos en mi cabeza. Cosas que no entendía, cosas que no comprendía.

Mi madre me bombardeaba con preguntas: ¿Te golpeaste la cabeza? ¿Te sentis bien? ¿Queres decirme algo? Pero solo podía negar con la cabeza. No había cambiado nada. No podía explicar lo inexplicable.

Lo único que había cambiado era mi percepción de Matías. No podía evitar sentir una mezcla de ira y dolor al verlo aquí, aunque también una pequeña parte de mí se conmovió al notar su presencia.

Pero lo que más me sorprendió fue ver a Enzo. Su rostro reflejaba preocupación y atención, como si cada uno de mis movimientos fuera crucial.

Debía hablar con Matías. Sabía que él también quería hablar conmigo. Pero las palabras se atascaban en mi garganta. No sabía por dónde empezar. No sabía si quería saber la verdad. Pero algo dentro de mí sabía que no podía ignorar lo que estaba sucediendo. Era hora de enfrentar la realidad, por más dolorosa que fuera.

Mi aura pensativa se esfuma al ver cómo el doctor ingresa por la puerta. No sé por qué tenía la sensación de que lo conocía, y eso me dejó conmovida. Dios, ¿por qué el rostro del doctor se veía tan familiar?