𝗦𝗛𝗘 | ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄ [𝐏𝐀𝐔𝐒𝐀𝐃𝐀]

𝟑𝟗

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Bajé de mi departamento sintiéndome algo insegura después de la situación con Enzo. Al llegar abajo, me sorprendió ver un auto blanco perfectamente estacionado frente al edificio. Con una sonrisa, decidí dejar atrás lo ocurrido y subí al auto, donde encontré a Blas Polidori y Felipe.

—¡Hola! —saludé cordialmente a Felipe, a quien apenas conocía.

Blas me saludó con dos besos y una sonrisa. Después de saludar a todos, noté a Juani en el asiento del conductor y no pude evitar expresar mi molestia fingida.

—Me olvidé que ibas a estar vos acá —comenté, refiriéndome a Juani. Él respondió con gracia que era el conductor y que, si quería, me sacaba a patadas.

—¿Y a mí no me vas a saludar? —preguntó Matías.

—¿Cómo querés que te salude si no te veo, Gil? —le respondí.

Después de un intercambio de comentarios, Matías, en el asiento del copiloto, y yo, en la parte trasera, compartimos un gesto "amistoso".

Él se había dado la vuelta más o menos y yo deje un beso en su mejilla casi cerca de su coronilla porque así me guió él, con su mano.

—Viste, yo te dije que eran todas iguales —comentó Juani, a lo que Blas exclamó que no todas eran iguales, sino peores. Me limité a reírme y a ponerme el cinturón de seguridad.

Blas, curioso, preguntó si realmente no tenía nada con Enzo, a lo que respondí con sinceridad sobre la diferencia de edad, así que no, la respuesta a su pregunta fue esa. La conversación se desvió hacia la película romántica que íbamos a filmar y la clase de intimidad que tendríamos con la directora. Cuando Felipe preguntó si ya nos habíamos besado, el ambiente se volvió tenso.

—Cambiemos de tema, ¿qué les parece si arrancamos el auto y nos vamos? —sugerí, logrando que todos rieran, excepto Matías, que no parecía encontrar gracia. Así empezó nuestra travesía hacia lo que esperaba fuera una noche inolvidable, o al menos eso esperaba, sin exagerar demasiado.