𝟑𝟒

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𝐸𝑠𝑡𝑒 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑒𝑠𝑐𝑒𝑛𝑎𝑠 𝑒𝑥𝑝𝑙𝑖́𝑐𝑖𝑡𝑎𝑠

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𝐸𝑠𝑡𝑒 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒 𝑒𝑠𝑐𝑒𝑛𝑎𝑠 𝑒𝑥𝑝𝑙𝑖́𝑐𝑖𝑡𝑎𝑠

Me lanzo al sillón con fuerza, provocando un sonido sordo en la habitación. En ese momento, mi mente se nubla con la necesidad ardiente de que Enzo me posea, me destruya y me haga sentir viva. Quiero que cada beso, cada mordisco, cada caricia, haga que el beso compartido con Matías valga la pena. Anhelo ver a Enzo enfadado, quiero que se desquite conmigo.

Observo cómo Enzo se sienta y, con un ágil movimiento, me acomoda sobre él. En un abrir y cerrar de ojos, agarra mi cabello con firmeza, estampándome contra su boca. Sus labios comienzan a moverse en perfecta sintonía con los míos, una danza frenética de deseo que arranca un gemido de placer de mi boca.

Siento sus dientes morder y succionar uno de mis labios, causando un dolor que, lejos de ser de sufrimiento, es puro placer. Repetimos esta danza deliciosamente dolorosa una y otra vez hasta que un sabor metálico se desliza por mi boca, y Enzo sonríe mínimamente antes de seguir besándome.

Desesperada, introduzco mi lengua en su boca y él acepta el movimiento gustosamente, sus manos se aferran a mis caderas, pegándome aún más a él. Puedo sentir un bulto formándose en sus pantalones, provocando otro gemido al sentir el contacto, el roce.

En un instante, Enzo deja de besarme para iniciar una travesía de besos desde mi mandíbula hasta mi cuello. Cierro los ojos y tomo su cabello, hundiéndolo más contra mi piel. Su mordida enojada arranca un jadeo de mi boca, y sus palabras sobre el olor a Matías solo intensifican la tensión del momento.

Con cierta violencia, Enzo arranca mi vestido, literalmente desgarrándolo. El sonido de la tela rompiéndose se mezcla con mis jadeos, dejándome con el torso desnudo ante él. Su mirada intrigada ante la ausencia de sujetador es recibida con un simple comentario:

—No me gustan. Odio usar corpiño.

Él sonríe y continúa devorando mis pechos como si fueran su última cena.

𝗦𝗛𝗘 | ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄ [𝐏𝐀𝐔𝐒𝐀𝐃𝐀]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora