𝗦𝗛𝗘 | ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄ [𝐏𝐀𝐔𝐒𝐀𝐃𝐀]

𝟑𝟔

𝐵𝑎𝑐𝑘 𝑤𝑖𝑡ℎ 𝐹𝑙𝑜𝑟'𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑝𝑒𝑐𝑡𝑖𝑣𝑒

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Recostada en mi cama, mi mente se perdía en un remolino de pensamientos mientras observaba el techo. Cinco días habían pasado desde aquel lunes en el que rodamos los primeros besos para la película con Enzo. A lo largo de la semana, el set se convirtió en el escenario de escenas llenas de pasión y complicidad, mientras que en casa, las miradas coquetas y los roces apenas se aventuraban más allá de lo pactado en el guión.

Hoy era sábado, y mi introspección se acentuaba mientras la voz de Matías se deslizaba desde el altavoz. Nuestra relación, cargada de matices, se transformaba en un juego peligroso entre la realidad del beso robado y las conexiones secretas. La llamada con Matías se alargaba, y entre risas y sugerencias coquetas, una tensión de deseo y confusión se instalaba en el aire.

Mientras cortaba la llamada, sus palabras quedaron suspendidas, resonando en mi mente.

Mis pensamientos se desviaron hacia Enzo, quien había salido temprano ese sábado sin dejar rastro. Las incógnitas sobre sus actividades de fin de semana se multiplicaban. ¿A dónde iría? ¿Con quién? La imagen de la rubia en la foto de su mesita de luz resurgía, despertando mi curiosidad.

La necesidad de entender más sobre Enzo, de ahondar en su pasado, se convertía en un deseo incontrolable. La casa se transformaba en un escenario de secretos, donde las emociones tejían una trama compleja.

Mi relación con Matías se entrelazaba con esta intriga, formando un triángulo emocional que desafiaba mi entendimiento. Cada palabra y mirada se volvían piezas de un rompecabezas que ansiaba resolver.

Entre las sábanas de mi cama, sentía la tensión de una historia que se desenvolvía frente a mis ojos. El deseo de entender quién compartía mi espacio, qué secretos guardaba Enzo, se volvía un impulso irresistible. La casa resonaba con susurros de misterio, y yo me encontraba atrapada en un juego de emociones que iban más allá de lo que podía comprender.