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Me encontraba abrumada, molesta, muy molesta, con el peso de la indignación que se había desencadenado por los videos que Juani había publicado.

Mi mente estaba inmersa en un mar de pensamientos, y el enojo parecía extenderse por cada rincón de mi ser. ¿Cómo podía la gente relacionar la película con una noche en la que decidí salir de mi zona de confort y permitirme disfrutar? ¿Qué tenía que ver una cosa con la otra?

No soy de salir, no me emborracho, y aquella fue la primera vez que lo hice porque me sentí segura, respaldada por la compañía de los chicos, especialmente Matías, en quien raramente confiaba.

Quizás me confié demasiado. Puede que haya estado mal decirle a Juani que subiera los videos, o tal vez fue un error de él publicarlos.

Pero en este momento, sinceramente, no me importaba. Mi molestia se dirigía hacia la estupidez de la gente, que no entendía que nuestras vidas trascienden los rodajes y las películas. Tenemos una vida, y la mía no debería ser juzgada por un par de videos. Además, sentía una carga de culpabilidad por el impacto negativo que esto podría tener en la reputación de la película.

La intrusión de la gente me irritaba. No comprendía cómo podían perjudicar una película solo porque su protagonista aparecía en dos videos, uno bebiendo de un vaso y otro besándose con un chico.

La falta de comprensión me desconcertaba. La gente no sabía que más allá de las pantallas y los sets, tenemos nuestras propias vidas.

Me desahogué con Enzo mientras reflexionaba sobre todo esto, y él comprendía mi posición. Aunque también estaba molesto con los videos, era consciente de que eran mis problemas y mi vida.

Así que, resignada, asumí que me tocaría intervenir en las redes sociales para tratar de calmar la situación. La realidad de enfrentar la tormenta mediática se cernía sobre mí, y la incertidumbre se mantenía en el aire mientras esperaba a que Enzo hablara sobre cómo abordaríamos esta situación.

Enzo admitió que tenías razón, que cada acción que tomé tenía su lógica, pero también recordó y me recordó la realidad del mundo en el que vivimos hoy en día. La gente juzga cada movimiento, cada error, y los paparazzi buscan captar todo para obtener atención y fama.

𝗦𝗛𝗘 | ᴇɴᴢᴏ ᴠᴏɢʀɪɴᴄɪᴄ [𝐏𝐀𝐔𝐒𝐀𝐃𝐀]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora