CAPÍTULO 5: Devoción y Desconcierto.

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«¿Es guapo? »

«Lo es y mucho».

Y soy de la opinión que no es pecado reconocer lo varonil del sacerdote y supongo profesor de filosofía, porque al final de cuentas es el reemplazo de Luis.

Soy, por el momento, la única persona que lo ha visto, muy aparte de Teresa y Sor Benita. Estuve al tanto de su cuidado los días que se encontraba en coma.

Órdenes de Teresa, la Madre Superiora.

La noche en la que nos topamos con Presley fue de pura casualidad. Suerte de Él. No dudé en ayudarle, aunque después me gané una reprimenda por parte de Sor Benita por alejarme de ellas y no hacerle caso, pero ¿quién entiende a Sor Disciplina?

El hombre se desangraba no es que lo íbamos a dejar en la carretera. En fin, eso es lo de menos.

A lo que voy es que si hubiésemos demorado unos minutos más en auxiliarlo, hubiera muerto desangrado.

«Dos sacerdotes muertos en menos de tres semanas, eso sí es muy siniestro.»

Lo peor ha pasado, menos mal. Ahora el nuevo sacerdote, a pesar de ser poseedor de músculos fuertes. Pero solo en los lugares adecuados que se ven incluso a través de las capas de tela que lleva puesta sin hacerlo ver vulgar. Es grande. Tanto en complexión como en altura. Es todo ángulos agudos y barba oscura, esta es un rastrojo intencional, no uno que gritara descuido o falta de tiempo.

Todo en él grita masculinidad. Su edad no debe bordear los 35 o 38 años, pero es un hombre adulto con un aura imponente y poderosa. Esa noche, no se me pasó por alto el bulto crecido entre sus piernas.

Debo confesar que ni en mis más calenturientos sueños pensé que fuera sacerdote.

Ni hablar de los pensamientos pecaminosos el cual se abrieron paso los días posteriores a su cuidado. Y cuando no despertaba, aún había algo atrayente hacia él, tenía la necesidad de probarlo.

Pero, lo que pasó después, cuando me topé con su mirada azul, cuando despertó, mis bragas se mojaron al segundo, su mirada era atrayente, dominante. Me vi reflejada en ella cuando le pregunté qué era lo que sucedía y las imágenes explícitas con él encima mío llevándome al borde de la locura con los orgasmos me hizo volar la cabeza.

«¿Tengo que confesar mis pecados? »

«Tal vez».

Aún así, no mostré atisbos de interés. Traté de mantener la calma y serenidad, "su presencia no me afecta para nada", el de arriba sabe las veces que repetí las palabras como un mantra en mi cabeza, o bueno, lo intenté.

Pero estoy segura que el rubor en mis mejillas me delató.

Al parecer mi mente y mi cuerpo son enemigos míos.

«Entiendan también que es difícil no mostrar interés».

Por supuesto que me acordé de Clarissa, mi mejor amiga. Yo estaba ovulando y cada vez que estoy en mis días rojos, también pensamientos calenturientos nublan mi mente, como mi amiga diría: «Me convierto en un horno».

A todo esto, súmale el día en que Teresa lo llama "padre", dando a entender que es Sacerdote. Esos momentos mis pensamientos se quedaron en blanco, las ganas que la tierra me trague no faltaron, o también las ganas de esconderme, perderme y no aparecer nunca...

«Podía sentir a Dios riéndose de mi».

Su aroma varonil me perseguía a donde quiera que vaya. Cuando salía al jardín para platicar con Alonso el aroma de aquel hombre era mucho más fuerte como si me llamara a invitarlo a pecar.

SACRILEGIUM [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora