Capitulo 18: Confesión 1/2

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El aroma tentador del café invade la habitación, activa mis sentidos obligándome a abrir los ojos. Con cautela, me siento en la cama, consciente de que moverme demasiado rápido podría hacerme sentir mareada. 

Estoy sola en la habitación, excepto por el desayuno dispuesto en la mesita de noche. 

Me acerco al café, dejándome envolver por su delicioso aroma mientras mi mente se llena de recuerdos revueltos de la madrugada. 

Estoy a punto de darme una bofetada para despertar cuando veo una mujer salir del cuarto de baño con una pequeña cesta de ropa sucia. 

—Oh, veo que has despertado, dice con amabilidad.

—Buenos días, saludo.

 —He preparado café para ti, junto con un bowl de frutas y tostadas con... —La frente de la anciana se frunce. Por su acento, deduzco que no es de la zona. Al revisar el plato, noto algo verde encima de las tostadas. 

—¿Aguacate?, ¿palta?

—Sí, aguacate, responde con entusiasmo. —A veces olvido como se dicen algunas palabras. 

Le sonrío en señal de agradecimiento.

—Por cierto. Soy Tina, la ama de llaves del pequeño Zar, se presenta.

—¿Pequeño Zar?

—Termina de desayunar —, ignora por completo la pregunta que acabo de hacer. —Presley te espera en su oficina. Dejas los platos aquí, después paso a recogerlos.

—Agradezco el desayuno.

—He dejado toallas limpias y ropa para que puedas usarla, agrega con calidez.

La observo detenidamente. Es de constitución robusta, con una estatura inferior a mi 1.60. Sus ojos rasgados de color negro están ligeramente arrugados a su alrededor, su cabello blanco está recogido en un moño. Viste un vestido sencillo de algodón celeste con estampado floral y unas zapatillas blancas cómodas. 

La señora Tina sale de la habitación y me centro en disfrutar mi desayuno para de ahí intentar darme un baño.


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Recorro los pasillos con curiosidad, maravillada por la exclusividad que los envuelve. 

Las paredes están revestidas de un mármol reluciente, cuya suavidad refleja la luz de las lámparas de cristal que cuelgan del techo con elegancia. Cada detalle parece cuidadosamente seleccionado para transmitir un aura de lujo, sofisticación y autoridad, como si eso fuera posible. 

«Y al parecer lo es».

El suelo está cubierto por una alfombra persa de colores ricos con diseños intrincados que amortigua cada uno de mis pasos con una sensación de opulencia. Las columnas de alabastro se alzan majestuosas a lo largo del pasillo.

Me quedo aturdida ante tanto lujo en un solo sector de la mansión, aunque la denominación le queda pequeña para el área que tiene todo este lugar, que podría llegar a compararlo hasta con un palacio.

«Madre mía».

Las puertas de roble tallado se abren a mi paso revelando habitaciones llenas de muebles antiguos y obras de arte impresionantes. Cada rincón parece susurrar secretos de una vida de privilegio y poder. 

SACRILEGIUM [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora