Los domingos eran su día favorito de la semana, pues era el día que más tranquilo solía estar.
A veces iba a comer con Jin, su mujer Handong y con Jungkook. A veces se iba a tomar algo con el más pequeño y otras veces, como era el caso, se quedaba en casa, leyendo un buen libro o viendo una película con la compañía de Holly.
Yoongi sabía disfrutar de la soledad, aunque a veces, a pesar de no querer reconocerlo, le apetecía la compañía de alguien.
Él nunca había tenido una relación seria, y no porque no quisiera, sino porque nunca las cosas habían funcionado. El amor no se le daba bien. Le costó asumirlo, pero al final lo consiguió y aprendió a disfrutar de las otras cosas que le daba la vida.
Su vida sexual, por otro lado, si que había sido amplia. Yoongi disfrutaba del sexo y no se avergonzaba de ello. Pero aquel día... aquel día necesitaba algo más.
Intentaba prestar atención a la película, pero su cabeza lo llevaba una y otra vez a la misma persona. ¿Por qué Jimin llamaba tanto su atención? Era guapo, divertido y amable, pero tampoco era nada del otro mundo.
Se sorprendió a sí mismo, cortando sus pensamientos con una irónica carcajada.
- Que no es nada del otro mundo... - susurró para sí.
En ese instante, su teléfono móvil sonó, vibrando sobre la mesita de café y Yoongi se apresuró a cogerlo. Jungkook le había escrito un mensaje.
- Hyung, me he enamorado. - el pelinegro soltó una carcajada al leerlo, Jungkook se enamoraba unas tres veces de media al mes.
- Eso dices siempre. - le respondió.
- Te juro que esta vez es verdad, hyung. - Yoongi abrió los ojos sorprendido y esperó a que le escribiese más. - ¿Te acuerdas de Mochi?
- ¿Cómo puedo olvidarme de alguien con semejante nombre? - le preguntó en tono burlón.
- No es su nombre de verdad, hyung, solo es un apodo. - le aclaró ofuscado. - Es el bailarín que no pudo venir ayer.
- Ah, sí.
- Pues hoy sí ha venido, está dando una clase y Dios bendito... - Yoongi soltó una carcajada.
- ¿Te estás poniendo cachondo en el trabajo?
- ¡NO! - estalló en risas al imaginar la cara de su amigo. Había escuchado ese grito a través del mensaje.
- Bueno y qué pasa, cuéntame. - le preguntó mostrando interés.
- Te juro que no he visto a nadie tan guapo en mi vida. - Yoongi sonrió vacilante, "no conoces a Jimin" pensó.
- Pídele el teléfono.
- Sí, claro, ¿estás loco? Es inalcanzable. - el pelinegro resopló.
- A veces eres tan idiota que no entiendo por qué somos amigos. - le respondió exhausto. - Si te gusta, pídele el teléfono y déjate de tonterías.
Salió del chat ignorando los llantos dramáticos de su amigo. Jungkook podía ligarse a cualquiera, pero no se lo creía y eso lo ponía de los nervios. Era hora de que espabilase y tendría que hacerlo por su cuenta.
- ¿Qué estará haciendo Jimin? - se preguntó, mirando la foto del chat del castaño. Y abrió la conversación. Pero hacía mucho rato que este no se conectaba.
Dejó el teléfono de nuevo sobre la mesa y volvió a poner toda su atención en la película, aunque a los quince minutos ya estaba desvariando otra vez.
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Agridulce (Parte I) [YOONMIN]
FanfictionMin Yoongi no necesita amor. Él es feliz con su trabajo, sus amigos, su perro Holly y su copa de whisky. Pero, muy a su pesar, la vida tiene otros planes para él. "Se quedó absorto viéndolo bailar. Se movía con una soltura impresionante, deslizando...