Llegó al quinto piso completamente agotado después de unos minutos subiendo escalones. A la izquierda del rellano, asomado a la puerta y con el pijama puesto, Jimin lo esperaba.
- ¿Estás bien? - le preguntó, aguantando las ganas de echarse a reír al verlo. Yoongi jadeaba mientras asentía con la cabeza, tratando de volver a respirar con normalidad.
- Nunca más vengo a visitarte si no arregláis ese ascensor. - Jimin soltó la carcajada que trataba de retener.
- Entra, te daré un vaso de agua. - el pelinegro cruzó el umbral de la puerta, cerró tras él y lo siguió por el pasillo hasta el salón.
- Te he traído sopa, pensé que te ayudaría. - le respondió cuando pudo recobrar el aliento. Jimin lo abrazó agradecido con una enorme sonrisa y recogió el bote.
- Gracias, hyung. Deja la chaqueta donde quieras, y ponte cómodo. Ya vengo. - Yoongi asintió y se deshizo de su chaqueta, dejándola con cuidado sobre una silla. Iba a sentarse en el sofá a esperarlo, pero era la primera vez que estaba en casa de Jimin y le picaba la curiosidad, así que dio un vistazo a toda la habitación con la mirada.
Era una casa bastante normal, sencilla, no estaba muy decorada, pero se dio cuenta que, en el mueble de encima de la tele, había algunas fotos en marcos blancos de diferentes tamaños y se acercó a mirarlas.
En una estaba él, sentado junto a una mujer que Yoongi intuyó que sería su madre, al lado de su madre había un hombre que era idéntico a Jimin, pero más mayor, así que debía ser su padre, y junto a él, otro chico que parecía más pequeño, debía ser su hermano, le había hablado de él alguna que otra vez.
En la foto de al lado estaba Jimin solo, con apariencia bastante adolescente, sujetando varios trofeos. ¿Quizás era el instituto? No lo tenía claro.
En la siguiente, posaba sonriente abrazando a dos chicos a los que Yoongi no conocía. Podrían ser sus amigos, pero nunca les había dicho como se llamaban.
- Son Hoseok y Taehyung. - le dijo el castaño, como si pudiera oír sus pensamientos. Yoongi se giró asustado, no esperaba tenerlo justo detrás. - Mis mejores amigos de Busán.
- Me has hablado de ellos alguna vez, ¿verdad? - un brillo de tristeza apareció en los ojos de Jimin mientras le daba el vaso de agua.
- Muy poco. Nunca te había dicho como se llaman... Las cosas cambiaron mucho cuando me fui de allí.
- ¿Por qué? Perdona, no quiero incomodarte. - le dijo al darse cuenta de que quizás se estaba metiendo en terreno pantanoso.
- No te preocupes. No es que haya pasado nada como tal. - explicó sentandose en el sofá. Yoongi lo siguió y se sentó a su lado. - Ellos no querían que me fuera de allí y no entendían por qué lo hacía.
- Vaya... - dio un sorbo a su vaso de agua porque no sabía qué decir.
- Sigo teniendo relación con ellos, pero las cosas han cambiado y los echo de menos. - un sutil puchero se formó en los labios de Jimin.
- ¿Por qué no los invitas a venir alguna vez? - el castaño se encogió de hombros.
- Sí... Quizás eso ayude. - Yoongi asintió y se quedó mirandolo. Tenía los ojos hinchados y la nariz muy roja.
- Estoy horrible, ¿verdad? - el pelinegro soltó una carcajada y negó con la cabeza. - No sé por qué ayer por la tarde empecé a sentirme mal y esta mañana estaba absolutamente destrozado.
- ¿Habrás cogido frío? - el silencio se adueñó de la conversación por unos segundos, pero Jimin lo rompió con una estruendosa carcajada.
- Perdona, es que he recordado que el sábado... - las mejillas de Yoongi se encendieron cuando la imagen del castaño bailando con el pantalón extremadamente corto volvieron a su mente.
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Agridulce (Parte I) [YOONMIN]
FanfictionMin Yoongi no necesita amor. Él es feliz con su trabajo, sus amigos, su perro Holly y su copa de whisky. Pero, muy a su pesar, la vida tiene otros planes para él. "Se quedó absorto viéndolo bailar. Se movía con una soltura impresionante, deslizando...