Capítulo 37

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No tenía pensado salir aquella noche, su intención era quedarse en casa con sus padres, disfrutar de un café caliente y una película con ellos e irse a la cama, pero sus planes cambiaron cuando recibió un mensaje de Minji, su antigua compañera y ahora camarera de su bar de confianza. 

Quizás si el día hubiera sido diferente habría cumplido sus planes originales, quizás si todo con Jimin no se hubiera puesto tan turbio, estaría durmiendo plácidamente en su cama, pero de nuevo todo volvía a estar patas arriba. De nuevo necesitaba evadirse y olvidar, y no había encontrado una forma mejor.

No quería emborracharse, sabía que el exceso de alcohol solo le traería dolores de cabeza a la mañana siguiente, pero Jimin estaba tan clavado en su interior, que solo podía olvidarlo si dejaba de ser él, y para dejar de ser él necesitaba un poco de alcohol.

La fiesta de Navidad era en su mismo bar de confianza. Habían retirado las mesas para convertirlo en una especie de pista de baile y estaba mucho más lleno que de costumbre. Aunque Yoongi no era especialmente fiestero, en aquel lugar se sentía como pez en el agua, sobre todo viendo caras conocidas constantemente.

- ¿Te lo estás pasando bien? - le preguntó Minji que, con una copa en la mano se había acercado a él, que estaba apoyado en la barra observando a la gente.

- No es lo que había planeado, pero sí... Está bien. - le respondió él con una sonrisa. - ¿Y tú?

- Sí, aunque mis amigas están ahí bailando con unos tíos y no me hacen ni caso. - Yoongi soltó una carcajada y señaló el taburete vacío a su lado.

- Quédate aquí si quieres. 

- ¿Tus amigos no vendrán? - el pelinegro negó con la cabeza mientras daba un sorbo a su vaso de whisky.

- Ellos se fueron hace unos días, solo pasaron aquí el fin de semana. - Minji asintió.

- ¿Y cuál era tu plan perfecto para hoy? - Yoongi soltó una irónica carcajada.

- Pasar la noche en mi casa con el tío que me gusta habría estado bien. - la chica sonrió con tristeza.

- Te entiendo tanto...

- ¿Sales con alguien? - Minji negó rápidamente con la cabeza varias veces.

- Ya no, lo dejamos hace un mes más o menos. Las cosas se estaban poniendo demasiado difíciles y decidimos parar.

- Entiendo. - respondió él. - ¿Aún lo quieres?

- Sí, oppa, claro que sí... Pero el amor no es suficiente, hay situaciones que convierten una relación en algo complicado de mantener y aunque entiendo que habrá dificultades, creo que las cosas deben fluir... ¿no? Quiero decir... el amor no debería ser difícil en sí. - su estómago se revolvió al recordar a Jimin.

- Sí, supongo que llevas razón. - Minji lo miró preocupada.

- ¿Te encuentras bien? Te has puesto muy pálido. - Yoongi soltó el vaso sobre la barra.

- Creo que necesito vomitar. - le dijo justo antes de salir corriendo en dirección al baño.

Llegó al cubículo justo cuando sentía la bebida ardiendo en su garganta, cerró la puerta tras él, abrió la tapa y dejó que todo el alcohol que había ingerido saliera, quemándolo todo a su paso. Las palabras de Minji le habían hecho pensar que quizás estaba perdiendo el tiempo y se sentía extremadamente vulnerable.

Se limpió los labios con papel y salió del cubículo, se acercó al lavabo y mojó su cara con ambas manos, echando su melena negra hacia atrás. Luego se miró en el espejo, su cara lucía más demacrada que meses atrás, tenía las ojeras muy marcadas y había perdido peso, así que su mandíbula se marcaba de forma más evidente. 

- ¿Qué estás haciendo? - se preguntó a sí mismo en el espejo. Sentía que estaba perdiendo el rumbo de su vida, no podía seguir comportándose de esa manera, era una persona adulta, los juegos de amor adolescente ya habían pasado. Necesitaba volver a enfocarse, volver a encontrar el camino.

Sacó su teléfono del bolsillo y abrió el chat de Jimin, como esperaba, no había recibido ni un mensaje de él, así que comenzó a escribir.

- Hola, Jimin. Antes que nada quería disculparme por lo sucedido hoy, no sé que estaba pasando, pero me dejé llevar por mi rabia. He estado pensando y creo que sea lo que sea que haya entre nosotros, debería parar. Te quiero y estoy enamorado de ti, pero no puedo seguir fingiendo que no pasa nada. Me duele esta situación, me duele sentirme siempre en duda con nosotros, y sobre todo me duele saber que te estoy poniendo en una situación complicada con tu familia. Entiendo que tienes muchas cosas que solucionar, y siempre tendrás mi hombro si lo necesitas, pero no puedo continuar así. Es por eso que decido mandarte este mensaje. Espero que lo entiendas, espero que al menos podamos seguir saludándonos en el trabajo o si nos cruzamos por la calle. Espero que puedas sanar de todo lo que te hace daño. Adiós Jimin.

Salió del baño con el teléfono entre las manos, no sabía si se había explicado bien o si faltaba algo por decir, asi que estaba repasando bien el texto antes de enviarlo, por eso no se dio cuenta que Minji se acercaba a él.

- ¡Oppa! - su brazo chocó contra el cuerpo de Minji, que no se había dado cuenta que tenía el teléfono en las manos, y esté cayó contra el suelo, apagándose del golpe.

- No, no, ¡mierda! - exclamó recogiéndolo del suelo. No había mandado el mensaje.

- Lo siento, perdona mi torpeza, quería saber si estabas bien. - se disculpó ella avergonzada.

- No te preocupes, no pasa nada... - le respondió tratando de encender el móvil, que no daba señales de vida. 

- ¿Lo he roto? Pagaré lo que sea, te compraré uno nuevo si hace falta. Lo siento oppa.

- No te preocupes, Minji. - la tranquilizó él. - Creo que debería irme a casa.

- ¿Sólo y sin teléfono de madrugada? No, yo te llevo. - le dijo ella, tratando de arreglar la situación.

- No hace falta, no te preocupes.

- Oppa, por favor, déjame hacer esto por ti. - insistió. Yoongi asintió con la cabeza.

- Está bien. - la chica agarró su mano para no perderlo entre la multitud y se dirigió a la puerta. Luego buscaron su coche en el aparcamiento y se subieron a él. Necesitaba que esa noche terminase cuanto antes.

- Siento haber destrozado tu móvil. - le dijo Minji con una mueca de tristeza. Yoongi negó con la cabeza y se desabrochó el cinturón, habían llegado a la puerta de su bloque.

- No te preocupes, seguro que tiene solución. - le respondió tranquilizándola. Luego le dio un corto abrazo para despedirse de ella antes de bajarse del coche. - Gracias por traerme a casa.

- ¡Era lo mínimo que podía hacer! 

Volvió a despedirse de ella con la mano y abrió la puerta de su bloque, quería llegar a la cama, echarse a dormir y olvidarse por completo de aquel desastroso día. 

Trató de encender el teléfono un par de veces más, pero no había manera, estaba completamente muerto, así que desistió, se puso el pijama y se tumbó en la cama.

No había podido enviarle el mensaje a Jimin y aunque estaba dispuesto a hacerlo, una parte de él se alegraba de no haberlo hecho. No podía evitarlo, estaba enamorado de él. No le resultaba tan fácil borrarlo todo, dejarlo ir.

Sonrió irónicamente mirando el techo de su habitación en la oscuridad, mientras una lágrima resbalaba por su mejilla. Siempre había evitado el amor y, sin embargo llevaba meses comportándose de las formas más absurdas, haciendo las más grandes locuras y lidiando con montones de sentimientos a la vez.

Todo era complicado, demasiado complicado, y había intentado frenarlo sin éxito varias veces. Y aún así, a pesar de todo, por primera vez en muchos años, gracias a Jimin, se había sentido vivo otra vez.

Jungkook - Shot Glass of Tears

Agridulce (Parte I) [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora