Capítulo 10

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Preparó todas las cosas temprano para ir a pasar el día en la playa de Gyeongpo con Jin y Holly. Había invitado también a Jungkook pero como ya esperaba, el menor de sus amigos tenía que trabajar. Handong tampoco había querido unirse a ellos, había quedado con sus amigas Alex y Siyeon para pasar el día en el centro de Seúl.

Yoongi era un cocinillas en sus tiempos libres, por eso había preparado varios platos fáciles de transportar y que se podían comer en frío. También llevaba suficiente comida y agua para Holly y, por supuesto, crema solar para su pálida piel.

No le gustaba demasiado conducir, pero a veces disfrutaba yendo a perderse en cualquier sitio tranquilo, solo, con Holly o con alguno de sus amigos. 

- ¿Has cogido todo? - le preguntó a su amigo, que abría la puerta del coche con una mochila al hombro.

- Eso creo. - le respondió Jin, dejándose caer sobre el asiento del copiloto. Yoongi suspiró y rodó los ojos.

- La última vez te dejaste la crema solar y te pusiste rojo como un cangrejo. - Jin, haciendo caso omiso a su amigo, se giró para saludar a Holly.

- ¡Hola mi pequeño! - le dijo con una tierna voz infantil que provocó el instantáneo movimiento de rabito del perro. 

- A veces pareces un crío. - protestó Yoongi, poniendo el coche en marcha.

- Y tú un viejo gruñón. - le respondió el mayor, abrochándose el cinturón. El pelinegro rodó los ojos, se bajó las gafas de sol y pisó el acelerador, ignorándolo.

A pesar de que el trayecto hasta la playa de Gyeongpo era de casi dos horas, a ambos amigos se les pasó volando. Lo mejor de ir en coche con Jin durante un viaje era que, de repente y sin previo aviso, se ponía a cantar a todo pulmón alguna canción que sonaba por la radio. Pero la parte favorita de Yoongi, sin duda alguna, era cuando el mayor se ponía a rapear. 

Jin era un auténtico payaso, en el mejor sentido de la palabra, y el psicólogo, aunque no lo reconocía a menudo, adoraba pasar tiempo con él.

Eran muy diferentes, pero se complementaban a la perfección, e incluso habían llegado a encontrar intereses comunes, lo que los unió aún más.

Uno de esos intereses era la playa, por eso Yoongi no dudaba en contar con él cada vez que le apetecía despejarse. Por eso y porque sabía que Jin, a pesar de sus momentos infantiles y divertidos, era una persona que sabía escuchar, aconsejar y, sobre todo, alguien increíblemente maduro emocionalmente.

- Pues hace bastante sol... - dijo Jin, en voz baja, colocando la toalla sobre la arena. Yoongi se tuvo que morder la lengua para contener la risa.

- ¿Te has traído la crema? - le volvió a preguntar. Y en vez de responder, Jin decidió ponerse a imitar a un cangrejo mientras correteaba por la arena. Yoongi no pudo evitar soltar una carcajada y se agachó a hurgar en su maleta.

- Toma, anda. - le dijo, lazándole el bote de protección solar. El mayor paró de hacer bromas y, aun con la sonrisa traviesa, le guiñó un ojo.

- Gracias, Yoon.

•••

Pasaron el día disfrutando del sol, la arena y el mar. Holly correteaba como loco por toda la playa, excavando y hundiendo la nariz en la arena. Jin corría con él, guiándolo hacia la orilla, incitándolo a mojarse y Yoongi, con su libro en la mano, sentado en la toalla, los observaba riendo.

Estar lejos de la vida agitada de Seúl, aunque no fuera demasiado y solo por unas horas, le hacía bien.

Fue capaz de desconectar de su rutina, de su ansiedad y de aquello que se la provocaba, y no pensó en Jimin en ningún momento.

Agridulce (Parte I) [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora