Se despertó de repente al oír los golpes en la puerta de su habitación y la voz de su madre llamándolo. Se frotó los ojos con ambas manos y se incorporó.
- Pasa, mamá. - le dijo reprimiendo un bostezo, aún no era capaz de abrir bien los ojos.
- Hijo, perdona que te moleste, no quería despertarte pero es importante. - le respondió ella, asomando la cabeza en su habitación sin abrir del todo la puerta.
- ¿Qué pasa? - le preguntó preocupado, intentando espabilarse.
- Verás es que... Hay alguien aquí que quiere verte. - Yoongi frunció el ceño confundido.
- ¿A mí? ¿Quién? - la señora Min sonrió nerviosa.
- Jimin. Está en el salón. - sus ojos se abrieron de golpe al oír ese nombre. ¿Jimin? ¿En su casa?
- ¿Qué dices? - se levantó de golpe para asomarse al salón, era imposible que Jimin estuviera ahí, su madre debía estar equivocada.
Caminó por el pasillo sin hacer ruido, escuchaba a dos personas hablar, pero no podía ser real, Jimin no podía estar sentado en el sofá de sus padres.
- Anoche salió, seguramente está con resaca. - oyó que decía su padre.
- Sí. He intentado llamarlo antes de venir, pero su teléfono está apagado. - respondió la otra persona. Asomó la cabeza con disimulo y lo vio: era él y estaba sentado hablando con su padre.
- Te he dicho que era Jimin. - le dijo su madre en voz baja, pasando por su lado.
Volvió corriendo a su habitación para ponerse una sudadera encima del pijama, estiró las sábanas y se dirigió al baño, se lavó la cara y se hizo una coleta para recoger su pelo. Estaba horrible, pero tampoco podía hacer mucho más.
- Hola. - los ojos de Jimin se iluminaron cuando lo vio aparecer en el salón y una enorme sonrisa se formó en su cara.
- ¡Hyung! - se levantó del sofá y se acercó a abrazarlo. Yoongi le devolvió el abrazo e inevitablemente cerró los ojos. Tenía un nudo enorme en la garganta, hacía semanas que no lo veía y no sabía como gestionar lo que estaba pasando.
- Bueno... Nosotros vamos a dar un paseo a Holly. - les informó su padre. No habían planeado ir a ningún sitio, pero entendían que necesitaban hablar a solas.
Jimin volvió a sentarse en el sofá y Yoongi se sentó a su lado. Le parecía increíble verlo ahí y tenía tantas dudas.
- ¿Recibiste mi mensaje anoche? - le preguntó preocupado, quizás con el golpe se había enviado solo.
- ¿Tu mensaje? No. - le respondió Jimin con el ceño fruncido. - ¿Qué me habías mandado?
- Nada. No te preoupes.
- Te he llamado un montón de veces, pero tu teléfono estaba apagado.
- Se me cayó ayer y no enciende. - le explicó. - Lo he intentado pero no hay manera.
- Siento mucho aparecer así, pero... bueno, han pasado muchas cosas y necesitaba verte, no podía más. - Yoongi tragó saliva.
- ¿Cómo sabías donde viven mis padres? - el castaño sonrió avergonzado.
- Jungkook me dio la dirección. Me dijo que tus padres me recibirían bien y que no dudase en venir si quería hacerlo. - el psicólogo asintió en silencio. - No sé si querías verme después de todo... Pero sentía que te debía una explicación y necesitaba verte...
- Yo... Ahora mismo estoy un poco confundido, pensaba que estabas enfadado conmigo.
- Lo estaba. Cuando me llamaste la cosa estaba muy tensa con mis padres, como pudiste comprobar, y exploté. Siento mucho no haberte escrito en todo el día, necesitaba pensar en lo que estaba pasando.
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Agridulce (Parte I) [YOONMIN]
FanfictionMin Yoongi no necesita amor. Él es feliz con su trabajo, sus amigos, su perro Holly y su copa de whisky. Pero, muy a su pesar, la vida tiene otros planes para él. "Se quedó absorto viéndolo bailar. Se movía con una soltura impresionante, deslizando...