Capítulo 38

115 15 11
                                    

Se despertó de repente al oír los golpes en la puerta de su habitación y la voz de su madre llamándolo. Se frotó los ojos con ambas manos y se incorporó.

- Pasa, mamá. - le dijo reprimiendo un bostezo, aún no era capaz de abrir bien los ojos.

- Hijo, perdona que te moleste, no quería despertarte pero es importante. - le respondió ella, asomando la cabeza en su habitación sin abrir del todo la puerta.

- ¿Qué pasa? - le preguntó preocupado, intentando espabilarse.

- Verás es que... Hay alguien aquí que quiere verte. - Yoongi frunció el ceño confundido.

- ¿A mí? ¿Quién? - la señora Min sonrió nerviosa.

- Jimin. Está en el salón. - sus ojos se abrieron de golpe al oír ese nombre. ¿Jimin? ¿En su casa?

- ¿Qué dices? - se levantó de golpe para asomarse al salón, era imposible que Jimin estuviera ahí, su madre debía estar equivocada.

Caminó por el pasillo sin hacer ruido, escuchaba a dos personas hablar, pero no podía ser real, Jimin no podía estar sentado en el sofá de sus padres.

- Anoche salió, seguramente está con resaca. - oyó que decía su padre.

- Sí. He intentado llamarlo antes de venir, pero su teléfono está apagado. - respondió la otra persona. Asomó la cabeza con disimulo y lo vio: era él y estaba sentado hablando con su padre.

- Te he dicho que era Jimin. - le dijo su madre en voz baja, pasando por su lado.

Volvió corriendo a su habitación para ponerse una sudadera encima del pijama, estiró las sábanas y se dirigió al baño, se lavó la cara y se hizo una coleta para recoger su pelo. Estaba horrible, pero tampoco podía hacer mucho más.

- Hola. - los ojos de Jimin se iluminaron cuando lo vio aparecer en el salón y una enorme sonrisa se formó en su cara. 

- ¡Hyung! - se levantó del sofá y se acercó a abrazarlo. Yoongi le devolvió el abrazo e inevitablemente cerró los ojos. Tenía un nudo enorme en la garganta, hacía semanas que no lo veía y no sabía como gestionar lo que estaba pasando.

- Bueno... Nosotros vamos a dar un paseo a Holly. - les informó su padre. No habían planeado ir a ningún sitio, pero entendían que necesitaban hablar a solas.

Jimin volvió a sentarse en el sofá y Yoongi se sentó a su lado. Le parecía increíble verlo ahí y tenía tantas dudas.

- ¿Recibiste mi mensaje anoche? - le preguntó preocupado, quizás con el golpe se había enviado solo. 

- ¿Tu mensaje? No. - le respondió Jimin con el ceño fruncido. - ¿Qué me habías mandado?

- Nada. No te preoupes.

- Te he llamado un montón de veces, pero tu teléfono estaba apagado. 

- Se me cayó ayer y no enciende. - le explicó. - Lo he intentado pero no hay manera.

- Siento mucho aparecer así, pero... bueno, han pasado muchas cosas y necesitaba verte, no podía más. - Yoongi tragó saliva.

- ¿Cómo sabías donde viven mis padres? - el castaño sonrió avergonzado.

- Jungkook me dio la dirección. Me dijo que tus padres me recibirían bien y que no dudase en venir si quería hacerlo. - el psicólogo asintió en silencio. - No sé si querías verme después de todo... Pero sentía que te debía una explicación y necesitaba verte...

- Yo... Ahora mismo estoy un poco confundido, pensaba que estabas enfadado conmigo.

- Lo estaba. Cuando me llamaste la cosa estaba muy tensa con mis padres, como pudiste comprobar, y exploté. Siento mucho no haberte escrito en todo el día, necesitaba pensar en lo que estaba pasando.

Agridulce (Parte I) [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora