Capítulo 7

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Se levantó de la cama en cuanto el despertador sonó. Los lunes siempre se le hacían cuesta arriba, por eso evitaba quedarse remoloneando. Se duchó, se vistió y desayunó bajo la atenta mirada de Holly, que también comía.

Tenía ganas de ir a trabajar, pero después de lo que había hecho la noche anterior con sus amigos, le daba vergüenza mirar a Jimin a los ojos. No podía seguir comportándose como un adolescente, si pasaba ya de los treinta.

Salió de casa y se dirigió a la estación, sabía que lo más probable era que se encontrase al castaño por el camino, pero no fue así.

- Qué raro... - pensó Yoongi, dejándose caer en uno de los asientos, mientras miraba a su alrededor. No había ni rastro de él.

El tren partió hacia su destino y el pelinegro se encogió de hombros, quizás Jimin iba en el siguiente. 

Cuando bajó del tren, un rato después, se recolocó su jersey y se dirigió hacia el instituto. A pesar de todo, estaba ansioso por empezar a preparar los talleres y esperaba que la Junta Directiva le diera su aprobación. 

Caminó por los pasillos esquivando a somnolientos muchachos que se dirigían a sus clases como zombies que llevan mucho tiempo sin alimentarse. Y no pudo evitar reírse al recordar que él, en su juventud, se comportaba exactamente igual. Siempre con esa poca energía hasta que daban, por lo menos, las diez de la mañana.

- Buenos días,  hyung. - Yoongi dio un respingo al girar la cabeza y encontrarse a Jimin en la puerta de la sala de profesores.

- Ho... Hola, buenos días. - le respondió, como si no acabara de pegarse el susto de su vida. 

- No te he visto en el tren, ¿acabas de llegar? - el pelinegro asintió con la cabeza, su corazón aún latía a mil por hora.

- ¿Llevas mucho tiempo aquí? - Jimin negó con la cabeza.

- He llegado hace menos de diez minutos. - le respondió. - Debo haber cogido el tren de antes.

- Sí, eso parece. - el castaño sonrió y se apartó de la puerta. 

- ¿Vas a entrar? - Yoongi volvió a asentir y cruzó el umbral. - Oye... - lo llamó Jimin.

- ¿Sí?

- Podríamos quedar a una hora fija y así venir juntos todas las mañanas en vez de esperar coincidir, ¿no? - el pelinegro tragó saliva.

- Me gustaría mucho. - el profesor de educación física sonrió de nuevo y cerró la puerta, dejando dentro a Yoongi a solas con sus pensamientos.

- ¿Me gustaría mucho? ¿Qué cojones te pasa Min Yoongi? - se preguntó a sí mismo con rabia. - Eres demasiado mayor para comportarte así.

•••

A pesar de sus quejas, a Yoongi le gustaba pasar tiempo con Namjoon. El moreno era, probablemente, la persona más interesante que conocía, a pesar de que a veces le encantaba tener conversaciones absurdas.

- ¿Qué hiciste el viernes cuando te fuiste? - el pelinegro arqueó la ceja izquierda y miró a su amigo.

- Me fui a casa... - Namjoon asintió, notablemente decepcionado. - Con Jimin.

- ¡¿Qué?! - gritó el profesor de historia, haciéndolo reír a carcajadas.

- No es lo que piensas, nos quedamos charlando, sin más. - el moreno asintió de nuevo con una sonrisa pícara.

- ¿Me vas a decir que no te gusta? Te conozco, hyung. - el pelinegro apoyó la cabeza en el respaldo de su silla y suspiró.

- No te voy a negar que pasaría una noche divertida con él. - le reconoció sin vergüenza.

Agridulce (Parte I) [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora