Epílogo

233 17 7
                                    

Daba vueltas y vueltas en la cama, pensando en todo lo que había vivido esos últimos meses. Cuando llegó a Seúl lo que menos pensaba era que conocería a alguien que cambiaría su vida de esa manera, pero la vida siempre tiene los planes más enrevesados y extraños preparados para sorprendernos.

Las cosas con Yoongi parecían ir bien, aunque sabía que algo seguía frenándolos, pero no era capaz de averiguar qué era. Había pensado hablar con él, preguntarle directamente, pero no sabía como hacerlo. Algunas cosas seguían resultándole difíciles a pesar de todo.

En cuanto a él, había empezado a asumir que la relación con sus padres estaba tocando fondo. Sabía que lo querían, o al menos eso quería creer, pero si no eran capaces de aceptarlo tal y como era y de respetar sus decisiones, entonces no tendría nada más que hablar con ellos.

Por eso había tomado la decisión de empezar a visitar a un psicólogo que le ayudase, desde fuera y con otra perspectiva a gestionar las cosas.

Ese fin de semana volvió a hacer pole dance, algo que le ilusionaba y llenaba por completo, tanto que comenzó a plantearse que quizás su futuro era educando, pero de otra manera.

Adoraba su trabajo en el Instituto, aunque se había dado cuenta de que cuando más libre y más él mismo se sentía era cuando bailaba, pero quería pensarlo bien antes de tomar una decisión precipitada.

Se giró y observó el reloj en su mesita de noche, eran casi la una del mediodía y aún no había sido capaz de levantarse de la cama. Sentía muchas agujetas por haber bailado la noche anterior tras varias semanas sin hacerlo.

- Dios... me quiero morir... - susurró para sí mismo, poniéndose en pie como podía. Lo mejor sería comer algo y tomarse un calmante para el dolor, o no podría dar clases en el instituto al día siguiente.

Se dirigió a la cocina, puso agua en una ollita y encendió el fuego, se haría unos fideos, algo rápido y delicioso, para poder tomarse la pastilla y volver a sentarse cuanto antes. Estaba agotado.

- Vamos, hierve. - le dijo molesto a la olla de agua que luchaba por burbujear. - ¡Qué tengo hambre! 

Como si hubiera podido oírlo, el agua comenzó a hervir y Jimin se apresuró a meter con cuidado los fideos dentro de la olla. En ese momento, el timbre de su casa sonó, haciendo que soltase la comida de golpe y el agua caliente salpicase en su mano, quemándolo.

- Mierda. - susurró enfadado cogiendo un trapo para secarse mientras se dirigía al telefonillo. - ¿Sí? - preguntó molesto, ¿quién iba a su casa un domingo a esa hora a molestar?

- ¿Habéis arreglado ya el ascensor? - sus ojos se abrieron de par en par cuando oyó su voz al otro lado del telefonillo, y el paño que sostenía en su mano cayó contra el suelo. No podía ser.

- ¿Hyung? - la risa de Yoongi le provocó un escalofrío en todo el cuerpo y sin darse cuenta, una lágrima de felicidad comenzó a rodar por su mejilla. - ¿Qué haces aquí?

- ¿Me abres? He traído sopa y se va a enfriar.

Jungkook - Yes or No

Agridulce (Parte I) [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora